La nueva ley de Bienestar Animal, a la vuelta de la esquina

La nueva ley de Bienestar Animal entrará en vigor en toda España el próximo 29 de septiembre. Con la llegada de esta normativa, habrá que cumplir ciertos puntos para no incumplirla y ser sancionado, como es la obligatoriedad de que todos los perros cuenten con un seguro de responsabilidad civil o que todos los gatos estén identificados mediante microchip. 

La ley de Bienestar Animal tiene como objetivo implementar mecanismos legales para fomentar la protección animal y prevenir el alto grado de abandono de animales que registra nuestro país. La normativa refleja que la tenencia de mascotas deberá ir acompañada de una responsabilidad a la altura del cuidado que se debe dar y supondrá un compromiso con su cuidado. 

Entre las nuevas medidas que se pondrán en marcha a partir de septiembre se encuentra la obligatoriedad de que todos los canes dispongan de un seguro de responsabilidad civil, algo que hasta hace muy poco tan solo debían tener las razas consideradas como potencialmente peligrosas. 

Así lo recoge el texto de la ley, que se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el pasado 28 de marzo. Según este, “la persona titular deberá contratar y mantener en vigor un seguro de responsabilidad civil por daños a terceros, que incluya en su cobertura a las personas responsables del animal, por un importe de cuantía suficiente para sufragar los posibles gastos derivados”. 

Junto a esta novedad, cabe recordar que también se incluye en la nueva normativa la realización de un curso de formación para la tenencia de perros que tendrá una validez indefinida para todas aquellas personas que quieran tener un can. 

Aunque todavía está por ver cómo se desarrollan ambas medidas y los plazos para acatarlas una vez entre en vigor la ley, las nuevas normativas cuentan con posturas a favor y en contra. 

Es el caso de Antonio, un melillense que tiene dos perros pequeños, uno de ellos de raza chihuahua y el otro de bichón maltes. Ninguno de los dos supone ningún peligro cuando salen a la calle; “son mayores y tranquilos, pese a la mala leche de este (refiriéndose al chihuahua)”, comenta bromeando. 

No entiende que, sin ser potencialmente peligrosos y dado su tamaño, ahora se vea obligado a contratar un seguro de responsabilidad civil. “Encima no es uno, tendré que contratar dos. Eso unido a los gastos habituales. Es un despropósito”, afirma. Para este melillense, esta medida supone un gasto extra en su bolsillo, en un momento en el que la economía no está pasando por su mejor momento.

Aún así, se mantendrá a la espera de que la ley entre en vigor y se aclare todo un poco más, así podrá saber con certeza si es obligatorio que sus dos perros cuenten con el seguro o si habrá distintas opciones. 

En el otro punto se sitúa Noelia, una melillense que cuenta con un perro mediano, cruce de bodeguero, y está dispuesta a pagar un seguro de responsabilidad civil de su mascota, aunque su perro no es potencialmente peligroso y asegura que es un can “muy tranquilo y educado”. 

Sin embargo, ella señala que “por muy tranquilo que sea, no deja de ser un animal y los animales responden por estímulos. No importa lo bien educado que esté, hay casos en los que el perro ha actuado de una manera contraria a lo que le indicaba el dueño. Es algo que le puede pasar a cualquiera en cualquier momento”. 

Por eso, cree que es una buena opción que el seguro sea obligatorio para todos los perros y que, en caso de que pueda llegar a pasar algo, pueda cubrirlo: “más vale prevenir que curar”, dice. 

Cabe recordar que muchas empresas del sector ya tienen seguros para mascotas con distintas coberturas, incluyendo la de responsabilidad civil, con un rango de precio variado y que incluye diferentes opciones de animales, desde razas domésticas hasta las más exóticas. 

Chip obligatorio en gatos

Hasta ahora no era obligatorio poner un microchip a tu gato en algunas comunidades autónomas, pero la situación cambia con la entrada en vigor de la nueva ley de Bienestar Animal: todos los gatos estarán obligados a tener un chip identificativo. 

Para los animales, el microchip funciona a modo de DNI, ya que tiene una secuencia irrepetible de 15 dígitos alfanuméricos con los que el gato queda completamente identificado y deberá llevarlo antes de que cumpla los seis meses de edad. De esta manera, se registran de forma digital todos sus datos, los de su dueño y los del veterinario. 

A María le parece estupendo que la ley contemple la obligatoriedad de que los gatos deban llevar microchip porque así pueden ser fácilmente localizados si se escapan o se pierden, además de poder identificar a las personas que los abandonan. 

En su caso, ella tiene un gato y lleva microchip. Algunas veces se escabulle a casa del vecino, cuenta, y le ha dado “más de un susto”. Si alguna vez se pierde, espera que si alguien lo ve por la calle lo lleve al veterinario más cercano para poder identificarlo y que se le devuelva. 

“Cuando ves un gato por la calle se nota cuando es callejero y cuando tiene dueño”, explica esta ciudadana. 

Desde Fundación Affinity recuerdan que la identificación de los animales de compañía mediante el microchip es la mejor opción para luchar contra el abandono de animales y para que los que se pierden, puedan regresar a casa. 

Según el estudio ‘Él nunca lo haría’ sobre el abandono y adopción de animales de compañía, sólo el 28,3% de los perros recogidos por las protectoras llevan microchip y sólo el 3,8% de los gatos lo tiene implantado en España durante 2021.

La Sociedad Protectora de Animales de Melilla apunta que se abandonan más gatos que perros en la ciudad, y la mayoría de ellos no tienen microchip.Tampoco cuentan con vacunas ni están correctamente cuidados; todo ello debido a la irresponsabilidad de los dueños. 

Y es que, aunque la tendencia a nivel nacional, según Affinity, es que se abandonan más perros que gatos, en Melilla el escenario es diferente. Los gatos callejeros son una de las estampas más habituales en la ciudad, por eso es importante que tengan un chip identificativo además de controlar las colonias felinas.