El director provincial del Ministerio de Educación y Formación Profesional en Melilla, Juan Ángel Berbel, ha puesto en valor este viernes el hecho de que la nueva ley de Formación Profesional (FP) permita que trabajadores con experiencia profesional acreditada, pero sin título, o con una titulación no reglada, puedan acreditar sus competencias profesionales, y cursar los módulos que les faltan para conseguir la titulación reglada.
La normativa también establece una actualización de toda la formación profesional llevada a cabo en España y donde se oferta de manera, única, modular y flexible lo que es la estructura y el cambio económico que ha de surgir en el país para atender la demanda que habrá de aquí a 2025.
Con la nueva ley, según ha resaltado Berbel, la FP se estructura en cinco grados, entre los que se encuentra el Grado A, que supone las microformaciones; el Grado B, que es el certificado de competencia profesional; el Grado C, el certificado de profesionalidad; y el Grado D, el conocido como ciclo formativo, que puede ser Básico, Medio o Superior.
Por último, aparecen también los cursos de especialización con una duración de 300 a 800 horas y que faculta para obtener el título de especialista -si está asociado a un Grado Medio-, o el título de Máster, -si la enseñanza es continuación de un ciclo formativo de Grado Superior.
A tenor con lo que ha explicado Berbel, a través de la consolidación de los microformaciones cualquier ciudadano podrá, si cumple los requisitos estipulados, certificar esos conocimientos que tiene en el desempeño de su profesión, oficio o aplicación laboral, y tener acceso académico. Se trata de un proceso que está abierto de forma permanente, o lo que es lo mismo, que se puede solicitar en cualquier momento.
En tanto, como puede haber personas que no tengan conocimientos digitales avanzados, la dirección de Educación y FP en Melilla brinda ayuda a todos los ciudadanos que la requieran, mediante el portal todofp.es o de forma presencial en la propia dirección.
En este sentido, Berbel ha recordado que en el anterior proceso de acreditación permanente de competencias profesionales se acreditaron 300.000 personas y que el reto es cualificar a tres millones para 2025.
Berbel ha precisado que, para cubrir la demanda de los distintos sectores productivos y empresariales de España se necesita, sobre todo, una cualificación de técnicos, es decir, aquellas personas que obtengan el equivalente a un ciclo formativo de Grado Medio, bien a través de certificado de profesionalidad o bien cursando los ciclos correspondientes, o bien a través de los procesos acreditados para dicha regulación.
Se estima que son un 34% las personas que no han acreditado suficientemente sus conocimientos profesionales, o sea, que saben hacer su trabajo pero, por diferentes circunstancias, no disponen de la correspondiente titulación. La idea, ha resumido, es que todos los ciudadanos puedan adquirir esa competencia.
Para participar, se exige poseer la nacionalidad española, haber obtenido el certificado de registro de ciudadanía comunitaria, o la tarjeta de familiar de ciudadano comunitario, o ser titular de una autorización en vigor de residencia o de residencia y trabajo en España.
También se requiere tener 18 años cumplidos en el caso de que quieran acreditar cualificaciones profesionales de nivel 1, que se traduce en una formación profesional básica; y 20 años, en el caso de querer acreditar competencias profesionales o cualificaciones profesionales de nivel 2 o nivel 3, el equivalente a un grado medio o superior.
Igualmente hay que poseer experiencia laboral o formativa relacionada con las competencias profesionales que se quieran acreditar. Si es laboral, debe ser justificada con al menos tres años y un mínimo de 2.000 horas trabajadas.
Mientras, para las unidades de competencia de nivel 1, se requieren dos años de experiencia laboral. En el caso formativo, tienen que justificar 300 horas en los 10 últimos años transcurridos y, si son unidades de competencia de nivel 1, solo 200 horas.
Además, para ayudar a la tramitación de la solicitud de inscripción y de presentación, se ha puesto a disposición de la ciudadanía cinco funcionarios, por lo que el registro se podrá hacer en papel de manera presencial o a través del portal web habilitado por el Ministerio.
La solicitud requiere una copia del DNI, NIE o pasaporte de la persona solicitante, el currículum vitae hecho con el modelo europeo Europass (para lo que se cuenta también con la asesoría de la dirección provincial), y la documentación que acredite la experiencia laboral de trabajadores asalariados, autónomos, voluntarios o becarios.
Durante el procedimiento, que se divide en una etapa de asesoramiento y otra de evaluación, hay que aportar el historial formativo del candidato: cualquier título, diploma, o curso realizado, etc., y será la dirección provincial quien determine si es o no acreditable para la jornada de formación.
Primero, la persona será asesorada por un profesional de la familia profesional por la que se quiere cualificar y, hasta que éste guía no la vea preparada para la realización de la prueba, no le aconsejará que sea evaluada.
Para Berbel, lo fundamental es que también el evaluador será un docente de esa familia profesional, por lo que no le indicarán hacer una prueba, si antes no han comprobado que, efectivamente, conoce lo suficiente como para superarla con éxito.
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