María García Rodríguez prometió ejercer “con independencia e imparcialidad”.
“Velar por la independencia de los tribunales, defender los derechos de los ciudadanos y proteger la Constitución”. Esta fue la declaración de intenciones que realizó en la jornada de ayer la nueva fiscal jefe del área de Melilla, María Rodríguez García, a la hora de tomar posesión del cargo en un acto celebrado en el los juzgados de la ciudad.
Como no podía ser de otra manera, la fiscal señaló que ante su nueva responsabilidad renovaba su promesa de velar por el cumplimiento de la Carta Magna, aplicando siempre la Ley con total independencia e imparcialidad. Al hilo de su intervención, resaltó que las Fiscalías por áreas han servido para acercar al poder Judicial a la realidad de cada zona de España, haciendo de éste un poder más efectivo en todos los sentidos, ya que se ha ganado “en calidad y rapidez”.
En cuanto a Melilla, resaltó que aunque la historia pueda indicar que está “en cierta desventaja” con el resto de la península por su posición geográfica, la dedicación de las instituciones ha demostrado que tal afirmación “es una simple anécdota”.
También tuvo palabras de alabanza para sus compañeros profesionales, ya que destacó la labor que realizan los fiscales de la ciudad a diario. Además, puntualizó que recibía el cargo con honor y que asumía con responsabilidad la confianza depositada en ella. Por último, agradeció los apoyos recibidos a nivel personal.
Por otro lado, el fiscal superior, Jesús García Calderón, expresó sus mejores deseos a Rodríguez, al tiempo que recordó que su cargo viene acompañado de un nuevo reto; la constitución de la nueva Oficina Judical.
Por último, recordó que “cada vez que nos ponemos la toga es para defender la Constitución Española y la Ley. Desde el mundo clásico, el decoro ha tenido gran importancia para el poder judicial, no por estética, sino para resaltar la autoridad y la obligación moral de los que visten con toga”.
El reto de la Oficina Judicial
Como resaltó García Calderón, la inminente implantación de la nueva Oficina Judicial supone uno de los primeros retos para la nueva fiscal de Melilla, ya que su constitución conlleva una redistribución de las competencias, pues el objetivo es descargar a jueces y tribunales de toda tarea que puedan asumir los secretarios judiciales.
Desde el Ministerio de Justicia han reiterado en numerosas ocasiones que Melilla se convierte en una de las ciudades españolas pioneras en este sistema, así como que no afectará a los derechos de los ciudadanos, sino “que agilizará la Administración de Justicia y mejorará la calidad del servicio público que se presta”.