La ONG recoge ahora donaciones solidarias porque el almacén está vacío y precisa de productos para 8.500 beneficiarios
Fue en Navidad cuando se organizó un gran número de campañas de recogidas de alimentos, ropa y juguetes por parte de varios grupos de ciudadanos. Y desde esos días no se ha vuelto a emprender una iniciativa de este tipo. Pero hay una ONG que consigue mantener ese espíritu navideño y aún hoy recoge donaciones solidarias de los melillenses: El Banco de Alimentos. La sede de esta entidad está vacía. “Nos hemos quedado a cero”, asegura su presidente, Juan Paredes, que añade que entre noviembre y diciembre repartieron todos los productos que tenían almacenados para que las familias tuvieran alimentos para varias semanas. Tras la vuelta de vacaciones, los voluntarios se están centrando en volver a llenar las estanterías porque antes de Semana Santa desean realizar un nuevo reparto de comida no perecedera y los alimentos de la Unión Europea no llegarán hasta junio.
Paredes asegura que nunca deja de “llorar” a las empresas colaboradoras y a otros bancos de alimentos para conseguir palés de productos. “Pedid y se os dará. Así que yo lo hago constantemente”, afirma. Y no le queda otra opción porque los alimentos que manda la UE llegarán muy tarde este año. Cosas de la burocracia. Los políticos tienen que aprobar el presupuesto para los bancos de alimentos, sacar a licitación la ‘fabricación’ de esos productos y luego, repartirlos por toda Europa. No es un asunto que se vaya a resolver antes de junio y mientras las personas que no carecen de recursos tienen que comer, indica Paredes. Por ello, lleva varias semanas demandando ayuda a otros bancos de alimentos que están cerca de industrias y que tienen más fácil conseguir grandes donaciones.
El viernes llegaron dos palés de lentejas desde Jaén, que se quedarán guardadas junto con los cargamentos que lleguen en unos días del Banco de Alimentos de Zamora y de Almería. Ellos enviarán de todo un poco, afirma Paredes.
El objetivo es recoger entre 30.000 y 40.000 kilos. Con eso se haría un reparto “regular que no bien” para los 8.500 beneficiarios que hay registrados en esta entidad, de los que 700 son niños. Para que cada persona tuviera cuatro kilos de comida necesitarían al menos recaudar 34.000 kilos analiza. Pero tiene sólo un mes y medio para llenar el almacén porque luego tocará repartir los productos entre las 25 ONGs colaboradoras que trabajan en Melilla.
“No podemos llegar a más”
Paredes asegura que a diario llegan nuevas propuestas de ONGs que piden entrar en el Banco de Alimentos con un listado de familias necesitadas. Sin embargo, resalta que “no podemos llegar a más”. No sabe el dinero que le corresponderá a Melilla este año procedente de la UE para la compra de alimentos. Hasta que no tenga confirmada una cifra no sabrá si tiene más presupuesto que el pasado año o algo menos.
El presidente del Banco de Alimentos asevera que no se puede arriesgar a aumentar el número de beneficiarios sin saber si tendrá recursos para atenderles. No está dispuesto a reducir la cantidad de alimentos que recibe cada familia por incluir a otras nuevas en el listado. Además, destaca que tampoco Melilla cuenta con industrias y grandes superficies para conseguir productos suficientes para cubrir la demanda de los beneficiarios mientras que llegan los alimentos de Europa.
Recoger más alimentos
Paredes también indica que todas las personas que deseen colaborar con esta ONG tan sólo tienen que dejar una bolsa en los supermercados a nombre del Banco de Alimentos. Los voluntarios de la entidad pasarán a recogerlos. El presidente de la institución señala que todas las aportaciones son bien recibidas. Necesitan de todo ahora mismo, desde leche a conservas o kilos de pasta y legumbres. Además, insiste en que con la colaboración de todos los ciudadanos conseguirán llenar el almacén. Es de los que piensan que si sumas los granitos de arena, se consigue crear una montaña.
El 10% de la pensión para donar alimentos
Juan Paredes, presidente del Banco de Alimentos, asegura que no deja de sorprenderse con la solidaridad de los melillenses. Fue hace unas semanas cuando contactó con él un matrimonio. Quieren donar el 10% de su pensión a la ONG. Sin embargo, Paredes les pidió que ellos utilizaran ese dinero para comparar productos de primera necesidad y luego donaran esos alimentos. Desde aquella conversación, el matrimonio paga un carro lleno de comida no perecedera y lo deja en el supermercado donde realiza su compra habitual. Luego, el Banco de Alimentos recoge esta donación.
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