{jaimage crop="TC" /}El artista Ariel Rot ofrece mañana un concierto en la plaza de Armas a las 22:00 horas l Asegura que nunca se sienta a componer y que, a veces, las canciones surgen cuando toca por placer.
Su acento argentino, su tono desenfadado y directo y su sinceridad son claves en su vida y en su música. Ariel Rot es uno de los artistas más conocidos del rock por parte de varias generaciones de melillenses. El ex componente de ‘Tequila’ y de ‘Los Rodríguez’, llega a Melilla este fin de semana para presentar su último disco ‘La huesuda’. Su concierto será mañana a las 22:00 horas en la plaza de Armas, en El Pueblo.
Rot ha estado en varias ocasiones en Melilla. Recuerda que en su etapa como solista estuvo ofreciendo un concierto en la ciudad, así como cuando aún era componente de ‘Tequila’. En cuanto a los recuerdos que tiene de Melilla confiesa que son pocos. Aseguró ayer a El Faro que cuando ha venido a tocar para los melillenses apenas tenían tiempo de cenar y dar un vuelta por los alrededores del hotel. “Espero que no se ofendan, pero aparte de los hoteles, poca cosa podemos ver al estar de gira”, afirmó. La propuesta de cantar de nuevo en Melilla surgió de la organización de ‘Música a la Luna’. Rot tiene los mismos representantes que Sole Giménez, así que fue fácil contactar con él. Le gustó este proyecto y aceptó volver a tierras melillenses.
–¿Es una buena idea tocar en un espacio con tanta historia como Melilla La Vieja?
–Sí y además, es curioso. No se suelen hacer muchos conciertos al aire libre gratuitos y con un formato íntimo. Normalmente este tipo de conciertos se hacen con banda eléctrica, pero me gustó la combinación de concierto electro-acústico, pues voy con dos músicos más.
–’La huesuda’, su nuevo disco, será el protagonista de este concierto. Pero, ¿escucharemos canciones de su etapa anterior con ‘Tequila’ o ‘Los Rodríguez’?
–Tocaré canciones básicamente de mi carrera en solitario. Algún tema del pasado que se adapte a este formato se puede hacer, pero eso sí, va a ser raro tocar un tema de ‘Tequila’ en acústico.
–Los años pasan y su música sigue encandilando al público. ¿Cómo lo hace?
–Cuando uno sube al escenario tiene que cumplir con su deber. No puede ser un momento que se tome a la ligera. Uno tiene que ir ahí y poner todas sus armas, su creación y su conocimiento para que ocurra ese momento mágico, que es cuando el público y el artista conectan y se arma una especie de ceremonia entre todos. Es un misterio también.
–¿Ni su experiencia sobre el escenario le ha revelado dónde está su secreto?
–Bueno, para mí el secreto está en no bajar la guardia y mantener la calidad. En hacer las cosas meticulosamente, con cariño y utilizar todo lo que tengo, la música y el ingenio.
–Afirman que ‘La huesuda’ es su disco más sensible. ¿El paso de los años ha hecho que deje su lado roquero más desenfadado?
–Creo que tiene que ver con el momento. Nunca se sabe cuándo va a ser el siguiente paso. Lo mismo es un disco más frívolo, más eléctrico... Justamente una dieta variada es lo que nos hace más felices y mejores personas. (Risas).
–¿Se ha sentido como un camaleón teniendo que adaptarse cada cierto tiempo a los cambios del mundo musical?
–No. Tengo mis propios tiempos y mis propias estaciones. A estas alturas me mantengo bastante al margen de la manada. Voy por libre. Mi público, aunque es pequeño o minoritario, agradece justamente eso.
–¿Es más complejo hacer rock ahora con tantos estilos nuevos de música y fusiones?
–Hacer rock es sencillo, lo que es difícil es vivir del rock. (Risas).
–No se apuesta por estos ritmos. Parece que no está de moda.
–Creo que al dejar las radios de programar rock la situación cambió radicalmente. Hace tiempo que no existe un ‘hit’ de rock. Todo se convirtió en algo minoritario y de culto. Es tan sencillo como esto. Es poca la gente que decide lo que quiere escuchar. Normalmente, las personas actúan más a modo ganado o manada. Si un año es de tal, todos van con esto. No se distribuye de una manera equitativa. Lo peor es que muchas veces no se rige por cosas como el talento o la inspiración, sino por un momento. La gente siente que tiene que estar ahí, que tiene que comprar este disco que es el del momento porque alguien así lo impuso. Es una pena que sea de esta forma porque la música está hecha para que seamos más libres y no para esclavizarnos.
–¿Alguna vez no ha sentido esa libertad a la hora de componer sus discos?
–No. Cuando trabajo para mí lo único que actúa es un criterio de calidad, que para algunos puede ser acertado o no, pero es el único que utilizo. Pero sí que me he dedicado en algún momento de mi vida a hacer jingle de publicidad. Te marcaban cómo tenía que ser esta minipieza de 30 segundos y, tampoco fue un drama.
–¿Se siente una estrella del rock? ¿Un referente?
–(Silencio). Sería muy ridículo sentirse eso, ¿no? Me levanto cada mañana y en lo último que voy a pensar es en eso. Tengo muchas cosas en las que pensar, desde mis obligaciones cotidianas, mi familia, sentarme en el piano y hacer una buena música, practicar... No sé. Para bien o para mal el ‘star system’ del rock no existe.
–De todas formas, las canciones de ‘Tequila’ y ‘Los Rodríguez’ son los clásicos que se escuchan en todos los bailes de boda. ‘Dime que me quieres’, ‘Salta’ o ‘Sin documentos’ se escuchan en las orquestas de todos los pueblos de España. Forman parte de la cultura popular.
–Es algo curioso. Son canciones que forman parte de la memoria colectiva de este país. Han pasado muchísimos años y siguen sonando en la calle, las casas o en los bares. Es una especie de milagro y lo increíble es que no pasó una sola vez, sino varias.
–¿Es un sueño logrado que la gente reconozca la música que hace un artista?
–Sí, pero digamos que mi cuota de popularidad ha tenido tiempos mejores. (Risas).
–¿Cómo es su trabajo de composición? ¿Tiene una rutina o es un roquero caótico?
–No soy disciplinado en este sentido. Jamás me siento a componer una canción. Las canciones van apareciendo, muchas veces cuando toco por placer. No tengo horarios ni mucha disciplina. Lo que sí soy responsable cuando tengo que hacer un nuevo show, por supuesto, armo unos ensayos. Pero no soy de los que tienen organizado el tiempo que le dedican a cada cosa.
–¿Le queda alguna meta por conseguir?
–Pues probablemente componer la canción perfecta.
–¿No lo ha hecho aún seguro?
–Bueno, quiero pensar que todavía no llegué a mi cúspide.
–¿Hay algún cantante actual que le guste?
–De los que se escuchan en la radio, prácticamente nada. Sólo rescataría a Leiva. Realmente la música que me gusta no suena en la radio más estándar. Hay muchas cosas que me gustan como Nick Lowe, pero es un tipo de 60 años que no suena en la radio. También Daniel Melingo, pero canta tangos en Argentina.
–¿Qué destacaría del concierto para animar a los melillenses a asistir?
–Que vamos a darlo todo.