‘El Faro’ recoge cuatro testimonios para tratar la conciliación familiar y la igualdad en el instituto armado
‘El Faro’ ha entrevistado a cuatro mujeres militares que están desempeñando su trabajo en la ciudad en diferentes puestos y cargos para recoger sus testimonios y charlar sobre el desarrollo de sus carreras profesionales, al haber elegido las Fuerzas Armadas, una institución en la que hasta el año 1988 sólo podían entrar los hombres en los cuerpos militares, y la conciliación de la vida familiar y laboral.
En septiembre de 1988 se permitió la entrada de las primeras mujeres españolas a las academias militares, desde entonces el ascenso en el número de féminas que han optado por las Fuerzas Armadas como su profesión ha ido aumentando cada año. Así, España es uno de los países europeos con mayor presencia femenina en sus filas.
De esta forma, se calcula que para los años 2015 ó 2016 se nombre la primera general de brigada, ya que el puesto más alto al que de momento han podio optar las mujeres es el de comandante y coronel, al tratarse de ascensos que están reglados por los años de servicio.
Además, el Ministerio de Defensa está dirigido por una mujer, Carma Chacón, que embarazada de siete meses cogió este cargo en el 2008, justo cuando se cumplieron los 20 años de la entrada de las féminas en el Ejército español.
Observatorio en Defensa
Actualmente, este Ministerio cuenta con un Observatorio de la Mujer que fue creado en 2005 como órgano administrativo de asesoramiento para analizar y promover la integración y permanencia de la mujer en esta institución, impulsar las perspectiva de género en las políticas de Seguridad y Defensa, trabajar para la igualdad efectiva entre mujeres y hombres, así como favorecer la conciliación de la vida personal y laboral de los componentes del Ejército.
Una mujer militar puede desempeñar cualquier trabajo dentro de la institución armada, un factor que en otros países está limitada en diferentes puestos. Además, en los últimos años se está trabajando para que la incorporación de la mujer y el hombre sea compatible cada vez más con la vida familiar, como la aprobación el pasado 15 de febrero de una Orden Ministerial donde se recogen este tipo de situaciones.
“Ha habido promociones enteras de mujeres, esto va paso a paso”
María Victoria Cascallana de la Varga, teniente auditor de la Asesoría Jurídica de la Comgemel
“En el ámbito de las Fuerzas Armadas la incorporación de la mujer fue en el año 1988 y esto va por escalafones. De momento se ha llegado hasta comandante pero es que la incorporación es paulatina. En la fotografía de mi promoción la mitad eran hombres y la otra mujeres. Desde hace unos años, ha habido promociones enteras de mujeres, esto va paso a paso. En cuanto al cuerpo jurídico militar, se va a llegar, puesto que es cuestión de tiempo porque se ha producido esta incorporación”, tal y como indicó la teniente auditor de la Asesoría Jurídica de la Comandancia Militar de Melilla, María Victoria Cascallana de la Varga.
Su puesto es el de instructora de expedientes disciplinarios y gubernativos de la plaza militar de Melilla. Se trata del un procedimiento administrativo sancionador, ya que uno de los principios de esta institución es el de disciplina y cuando se comenten faltas, se incurre en una irresponsabilidad y se lleva a cabo este procedimiento. También es asesora jurídica accidental cuando no está el asesor jurídico, el comandante Palau, y se centra en hacer informes. Ella es la única mujer en Melilla en este área, ya que se compone de los dos jurídicos del jurado togado militar número 26 y el asesor jurídico y su propio puesto.
Su decisión de entrar en el Ejército fue tras finalizar Derecho. El mundo militar no le era ajeno puesto que parte de su familia forma parte de las Fuerzas Armadas, así que acudió a la Delegación de Defensa de León, su localidad natal, para informarse sobre las oposiciones al Cuerpo Jurídico Militar.
En ese momento, no miraba una expectativa como profesional de las armas sino como órgano de asesoramiento para aplicar los conocimientos de la licenciatura de Derecho y, sobre todo, “por el amplio abanico de posibilidades que te ofrece ser jurídico y distintas ramas, ya que una vez que apruebas la oposición tiene la opción de encaminarte por la asesoría jurídica, como es mi caso o la rama de la jurisdicción, es decir, para formar parte de juzgados y tribunales”, indicó. Además, comentó que “con independencia de esto la posibilidad de proyectar tu carrera a nivel internacional a determinados puestos, como la OTAN”. .
Presión social no ha sentido ninguna porque su familia cuenta con militares en el Ejército del Aire aunque sí le advirtieron de lo duro de las pruebas físicas.
La preparación para el cuerpo jurídico es distinto y confesó que se volvieron un poco los para encontrar a un preparador. Se trata de una oposición muy dura con 265 temas temas oficiales que se tienen que preparar por cuenta propia. Además, salen pocas plazas a nivel nacional y tras la fase de aislamiento preparando las oposiciones se trasladan a la academia militar. “Allí se vive lo que es el espíritu militar y el compañerismo”, declaró.
Conciliación
Asegura que no cree que tenga problemas en un futuro para compaginar su vida familiar y laboral puesto que este tipo de situaciones están previstas en la normativa militar. Así, se permite acogerse a determinadas figuras que en un momento dado pueden ser necesarias.
“Los militares contamos con reducción de la jornada laboral o flexibilidad horaria que están contempladas en nuestras normas y nos vamos adaptando. Tenemos una orden ministerial que fija las licencias vacaciones y permisos que fija un régimen de lactancia, guardia legal, situaciones de excedencias para el cuidado de hijos o familiar enfermo, flexibilidad horaria, reducción de jornada. La legislación militar, pese a que ha sido siempre un mundo de hombres, se va adaptando a las nuevas circunstancias y a la incorporación de la mujer.
“No eres hombre o mujer, sino militar, no hay desigualdad”
Heidi Ruiz Méndez, cabo primero de Artillería que desempeña actualmente funciones de oficina
“Cuando entras no eres hombre o mujer, sino que eres militar. No hay desigualdad. A mí me gusta ser uno más. Cuando me pongo el uniforme no quiero un trato de favor por ser mujer sino que me traten como lo que soy una militar. Si soy un soldado, soy soldado, no quiero que me traten diferente por ser mujer”, explicó el cabo primero de Artillería, Heidi Ruiz Méndez.
Aseguró que el Ejército hoy en día “es una gran familia militar” a la que considera su segunda casa. De esta forma, Ruiz indicó que, por ejemplo en las maniobras, “nos unimos y no ves ni hombres ni mujeres sino compañeros. No hay distinción de sexos cuando llevas el uniforme, no hay femenino o masculino sino que todos somos iguales”.
Ella entró en las Fuerzas Armadas por vocación porque desde que era pequeña iba a los desfiles con la familia y a ellos siempre les ha gustado mucho este mundo. “Siempre decía que no me puedo morir sin ponerme un uniforme del Ejército”, apuntó. Por estos motivos, no encontró impedimentos para desarrollar esta profesión y asegura que siempre la han animado, incluso le hubiera gustado entrar antes pero tenía un niño pequeño y no pudo hacerlo.
“Cuando tienes familia sopesas más y entre los dos nos repartimos la tarea, es decir, si tenemos servicio pues alguno de los dos lo cambia y este sacrificio merece la pena porque te gusta”, explicó sobre cómo pone en marcha ella la idea de compatibilizar la vida familiar y laboral. “En el ejército la mujer y el hombre se pueden pedir la reducción de jornada. Somos tan iguales que no hay diferencias. En ocasiones, son ellos las que solicitan esta reducción”, explicó la sargento. Su deseo ahora es ir de misión pero aún esperará un tiempo.
Para la mujer duro es más duro, tal y como comentó, añadiendo que si se pone ganas y esfuerzo se consigue todo lo que se quiera. “Nadie te va a poner trabas ni va a dificultarte el camino. Los mandos están siempre para ayudarte”. Además, señaló el hecho de que se dedique una hora para la preparación física, “todo un l
“Nosotras hacemos lo mismo que un hombre, trabajamos igual”
María de la Paz Reguera de la Flor, sargento y jefe de un puesto de tiro mistral
“Nosotras hacemos lo mismo que un hombre y trabajamos igual que ellos”, indicó la sargento y jefe de un puesto de tiro mistral, María de la Paz Reguera de la Flor. Ella es natural de San Martín del Tesorillo de la provincia de Cádiz y confesó que desde pequeña le gusta el Ejército.
En su familia hay guardias civiles y eso le motivó a que estudiara para este Cuerpo de Seguridad del Estado, sin embargo, como era muy complicado entrar por oposición libre, decidió meterse en las Fuerzas Armadas y a través de este puesto ingresar en la Guardia Civil por promoción interna. Pero le gustó mucho el desempeño de su trabajo y decidió irse a la academia de suboficiales.
Nadie le dijo que no entrara e incluso sus amigos lo veían como algo normal y mi hermano y mi padre y mis abuelo y cosa normal. Así, asegura que cuando era pequeña y le preguntaban qué quería ser de mayor, ella contestaba que militar.
“No es nada difícil desempeñar mi puesto de trabajo, ya que hace veinte años que la mujer entró en el Ejército y al principio sí que se pudo ver como algo raro que funciones que siempre había realizado un hombre las hiciera una mujer, pero ahora está normalizada”, indicó.
Además, aseguró que el día que sea madre tiene la posibilidad de acogerse a la reducción de jornada. Un pendiente que tiene en las Fuerzas Armadas es irse de misión, algo que le gustaría mucho. Por último, aseguró que “todavía no hay ninguna mujer general pero llegará porque hay muchas oficiales”.
“Llegar a un puesto alto depende de tus propias capacidades”
María del Pilar López Delgado, cabo primero en la tercera sección de la Plana Mayor de Regulares
“Llegar a un puesto alto depende de tus propias capacidades. Creo que el Ejército está acostumbrado a tener tanto a mujeres como hombres y no hay diferencia en el trato. Las órdenes las dan tanto unos como otros”, aseguró el cabo primero en la tercera sección del grupo de la Plana Mayor de mando de Regulares, María del Pilar Delgado López. Ella trabajaba de vigilante y decidió entrar en el Ejército a raíz de que un compañero se lo comentara. “Me lance a la aventura y le pregunté a mi padre que es Guardia Civil sobre el tema y desde 1998 soy militar”, indicó. Natural de Málaga estuvo en la quinta sección de Comandancia y 2005 hizo el curso de cabo primero y consiguió una plaza en Regulares por el baremo ya que la puntación era más alta.
Actualmente, desempeña su labor como auxiliar de tercera sección. Desde este puesto, se llevan todos los cursos para los militares, ejercicios y maniobras y se dan entrada a los escritos, se archivan y se mira que la documentación va bien cumplimentada y sino se devuelve a las compañías.
“Jamás me dijeron que no”, explicó respecto a su familia y amigos cuando les indicó su interés por entrar en las Fuerzas Armadas, ya que su padre es Guardia Civil y su hermana está también el cuerpo. Así, confiesa que su padre se sintió muy orgulloso porque vio a sus dos hijas jurando bandera.
Además de militar, su vida personal está al completo ya que es madre de tres niños, uno de ocho años y un niño y una niña mellizos de cinco. “Tenemos la suerte de poder solicitar reducción de jornada, ya que para madres que no tienen familia aquí donde poder dejar a los niños es perfecto”, apunto. Así, ella disfruta de una hora de reducción de jornada para poder llevar a los niños al colegio.
Estadísticas 2009
Evolución
En el año 1991 había 137 mujeres en el Ejército y en el 2009 se registraron 16.448. El total de hombres es 119.166.
Efectivos
Los efectivos de hombres y mujeres en los Ejércitos y Cuerpos Comunes fueron en Tierra 72.028 hombres y 10.258 mujeres; en la Armada 19.705 hombres y 2.667 mujeres; en Aire un total de 19.773 hombres y 2.890 mujeres; y en Cuerpos Comunes 2.700 hombres y 16.448 mujeres.
Rangos
Máximos de empleo alcanzados por las mujeres fueron en oficiales un 6%, siendo una Teniente General y 181 Comandante Capitán de Corbeta. En suboficiales se dio 1,8%, siendo tres Brigada y 47 para Sargento Primero; y en los rangos de militar y tropa marinera se dio un 17,1%, siendo una Cabo Mayor y 854 Cabo Primero
Extranjeras
El porcentaje de mujeres extranjeras en el Ejército es de 17,4%, siendo Ecuador y Colombia los países de procedencia con mayor número de militares
Normativas
La primera normativa sobre la mujer en el Ejército español fue la regulación de su entrada a este sistema en 1988. En 2009 se aprobó un Real Decreto sobre medidas de protección de la maternidad en el ámbito de la enseñanza de las Fuerzas Armadas. El pasado 15 de febrero se dio una Orden Ministerial para regular los permisos, vacaciones y licencias de los profesionales de las Fuerzas Armadas
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