El líder de Coalición por Melilla, Mustafa Aberchán, negó ayer la mayor y aseguró a la prensa que no está detrás de ninguna moción de censura contra el presidente Juan José Imbroda.
Desmiente así las insinuaciones del coordinador de Ciudadanos, Eduardo de Castro, que el pasado viernes dio a entender, utilizando la fórmula ‘blanco y en botella’, que CpM tramaba hacerle la zancadilla a Imbroda.
De Castro encadena así una mala racha de dimes y diretes con varios frentes abiertos. Por una parte su rifirrafe con la consejera Paz Velázquez, que va camino de convertirse en un tema pasional.
Por otro, su contienda verbal con Ignacio Velázquez, que ha llegado incluso a recomendarle que vaya a terapia para sacarse el rencor que siente hacia PPL.
Y si De Castro ya no tenía bastante, ahora viene Aberchán y lo deja con las vergüenzas al aire.
Consultadas todas las partes da la impresión de que el coordinador de Ciudadanos es el único al que “alguien” consultó la posibilidad de presentar una moción de censura a Imbroda. Eso, suponiendo que ese “alguien” existe y que no es fruto de una alucinación o de un malentendido. Ahora bien, ese “alguien”, de existir, se cuidará muy-mucho de volver a consultar a De Castro en una primera ronda, porque digamos que la discreción no es su fuerte. Su forma de actuar va más en consonancia con la ‘estrategia’ informativa de Pablo Iglesias que con la ecuanimidad del líder de C’s, Albert Rivera.
En cualquier caso, la polémica moción de censura contra Imbroda, a la que hipotéticamente podría sumarse Paz Velázquez a cambio de un segundo sillón para su partido, como sugirió De Castro en el último Pleno, es un tema zanjado por Mustafa Aberchán. Pero no nos engañemos, el carpetazo del cepemista deja en muy mal lugar al diputado de C’s.
A esas aguas revueltas de la política local vinieron a poner algo de calma el vicepresidente del Gobierno, Manuel Ángel Quevedo, y la diputada popular por Melilla, María del Carmen Dueñas, cuando defendieron ayer el estado de forma de Imbroda para continuar al frente del Ejecutivo local durante toda la legislatura.
Fue el propio presidente autonómico el que abrió el debate sucesorio al asegurar en una entrevista en la cadena Cope que se iría “más pronto que tarde”.
Ayer el vicepresidente Quevedo se autodescartó en la quiniela de los futuribles: “Yo estoy bien donde estoy, haciendo los que me he comprometido”, señaló.
Dueñas fue más clara aún, si se quiere, y dijo que se puede hablar de la sucesión de Imbroda “a nivel interno”, pero fue tajante: eso no toca en este momento.
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