Categorías: Sociedad

La misión en el Líbano, desde Melilla

El pasado viernes llegó a la ciudad la última rotación de militares melillenses que han participado en la Operación Libre Hidalgo XVI y fueron recibidos un gran número de familiares y amigos.

Aunque llames por teléfono y dejes mensajes en el Facebook todos los días; a pesar de poder hablar gracias a Internet a través de una cámara, cinco meses lejos de la familia es mucho tiempo. Cuando te despides de ellos les aseguras que volverás y que no te va a pasar nada, pero tus padres, tu pareja, tus hijos y tus amigos se quedan con el corazón encogido porque al día siguiente no van a poder verte ni abrazarte ni besarte.
Victoria Sánchez es la madre del sargento primero Siles. La Operación Libre Hidalgo XVI en el Líbano es la segunda misión en la que participa su hijo, pero la experiencia de haberle esperado antes a que regresara sano y salvo no le ha servido de mucho en los últimos meses. Como en la ocasión anterior, fue contando los días y tachaba los números del calendario conforme llegaba la mañana. Más de 150 días es mucho tiempo para una madre. También lo es para Bárbara, la hija del sargento primero, y para su mujer. Todas esperaban con muchas ganas que el barco de Málaga atracara el pasado viernes en la Estación Marítima. Arropadas por tías, hermanos, cuñados, suegros y amigos, estas tres mujeres ansiaban con nerviosismo poder abrazar a su ‘sargento’.
Las lágrimas asomaron por sus ojos al ver llegar al barco y todo el grupo se arrimó a los cristales que separan la pasarela de la sala de espera. Saludaban con la mano y buscaban ansiosos a su militar entre las personas que se habían asomado por la borda del barco.
Victoria y toda la familia iban a dar un gran recibimiento a este soldado melillense, para el que habían preparado un gran banquete, con pinchitos, pollo y tortilla de patata, su plato favorito. La celebración fue mayúscula el pasado viernes.
Estos meses se viven con mucha inquietud en Melilla y también con mucho miedo. A estos melillenses se les encogía el estómago cada vez que escuchaban en el telediario noticias de países cercanos al Líbano. Victoria aseguró que no han podido estar tranquilos en estos días y que sólo cuando ves aparecer a tu militar por la puerta de la estación marítima puedes recuperar la calma.
“Gracias a Dios vienen bien él y todos sus compañeros”, comentó sonriendo esta melillense.
La hija del sargento Siles, Bárbara, le ha escrito una carta estos meses. No recordó bien lo que le decía a su padre, pero aseguró a El Faro que entre esas líneas le aseguraba que le echaba mucho de menos y que comprendía que su trabajo en el Líbano era ayudar a otras personas.
Victoria explicó que aunque todos han vivido muy preocupados por su hijo en estos meses, se sentían muy orgullosos de la labor, la valentía y el coraje de estos militares, de hombres y mujeres que durante un largo tiempo dejan sus familias en Melilla para echar una mano allí donde se les necesita.
También han vivido con mucha inquietud durante estos largos cinco meses la familia del militar Fernando. Chaveli, su cuñada, aseguró a El Faro que ha sido muy dura la espera y que no podían aguantar más la emoción que les producía volver a ver a este gran hombre de nuevo en Melilla. El hijo de este militar, que también se llama Fernando, comentó que habían estado en contacto con él durante estos meses a través del ‘Whatsapp’ y con llamadas telefónicas, de forma que sabían que se encontraba bien en todo momento.
La Operación Libre Hidalgo XVI en el Líbano no era la primera para este militar melillense, pero sí que lo era desde su boda. A los seis meses de haberse casado, Fernando tuvo que dejar a su esposa en Melilla para acudir a esta misión. Incluso, el año de casados se cumplió estando separados. Estos cinco meses y medio sin ver a Fernando han sido muy tristes para ella porque echaba de menos sus abrazos, su cariño y conversar con él. Por ello, cuando este militar vio al bajar del barco la gran pancarta que portaban sus familiares no pudo reprimir las lágrimas. Todos se fundieron en un gran abrazo, su hijo, sus sobrinos, sus tíos y con un gran beso, saludó a su mujer.
Ni las videoconferencias por Internet ni los mensajes por el Facebook ni las llamadas de teléfono durante estos meses pasados fueron suficientes para que la mujer de Fernando se sintiera más tranquila. También ellos han estado muy pendientes de las noticias sobre los países árabes y cada vez que había una revuelta o escuchaban que había habido una atentado en un lugar cercano al Líbano la preocupación aumentaba hasta que conseguían hablar con él y les aseguraba que estaba bien. Aunque para su mujer no ha habido consuelo durante estos días y tan sólo estrechándolo entre sus brazos, sus nervios se calmaron.
La familia de Fernando sabe que este tipo de misiones forma parte de su trabajo. Para estos militares el peligro no pasa hasta que llegan a casa. Saben que el trabajo que realizan los españoles destinados en el Líbano es muy importante y por ello, ésta y otras familias melillenses se sienten tan orgullosas de estos soldados.

Compartir

Artículos recientes

Prueba Video Embed DailyMotion

La segmentación geográfica no funciona. Compruebe si la geolocalización IP está habilitada en su cuenta…

1 semana hace

Los Caleros de Ayamonte de Pepe Gámez

En la obra pictórica presente en Melilla de escultor y pintor Pepe Gámez (Melilla, 20…

3 meses hace

Indagando sobre el sentido del temor a la muerte

Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un asunto que nos interpela, casi en igual medida,…

3 meses hace

Percebes

De Galicia al Mediterráneo Si vemos la imagen de una colonia de percebes (Pollicipes pollicipes)…

3 meses hace

Derecho a discrepar

Dedicaba el diario El País dos páginas de su publicación dominical del pasado domingo, 4…

3 meses hace

Verano del tiempo viejo (VII)

Queridísimos; Si algo caracteriza a la señora Díaz Pérez (doña Yolanda, "Yoli", "Yoli O' Trapiño"),…

3 meses hace