La mezquita sellada a cal y canto

Vecinos del Monte afirman que un local que era utilizado como mezquita lleva cerrado desde el sábado. Dicen que quien tiene las llaves les exige “9.000 euros”. Lo han denunciado ante el juez

Era el local de una asociación de vecinos, pero no recibía ese uso. Realmente, llevaba tiempo sin utilizarse para nada. Así las cosas, el hombre que disponía de su llave permitió que los fieles musulmanes del barrio la utilizaran como lugar de oración.

Esta improvisada mezquita se ubica en el Monte María Cristina, en lo que un día fue la Asociación de Vecinos Mar del Norte.  Sin embargo, desde el sábado pasado está cerrada a cal y canto y los feligreses se han quedado sin ese espacio para rezar.

Todo comenzó en la mañana de ese día. Numerosos fieles se congregaban ante la puerta de la nueva mezquita para la oración del mediodía, y su sorpresa fue mayúscula cuando observaron que la puerta principal estaba sellada con “cadenas y tres candados”. Así consta en la denuncia presentada ante el juzgado de guardia el mismo sábado, documento al que ha tenido acceso El Faro.

Un pago de 9.000 euros

El denunciante, que prefiere mantener en secreto su identidad, acudió al juzgado acompañado de un abogado. En su declaración ante el juez asegura que el día anterior al cierre de este lugar de oración, A. T., que así se llama el denunciado, “amenazó a los responsables de la mezquita con que “si no le pagaban 9.000 euros”, la “cerraría”.

Al no poder acceder al inmueble para el rezo del mediodía, los fieles intentaron localizar a familiares de la persona que en su día les permitió emplear el local como mezquita. No obstante, no fue posible encontrarlo.

Acude la Policía Local

Ante esta situación, los feligreses optaron por comunicar el caso a la Policía Local, que envió una patrulla y levantó atestado de lo ocurrido. Fue entonces cuando hizo acto de presencia el hombre más buscado del momento en el Monte María Cristina.

Según el denunciante,           A. T. respondió afirmativamente cuando los agentes le preguntaron si había sido él quien había colocado las cadenas y los candados para evitar que los fieles entraran al edificio. Así consta en la denuncia a la que este diario ha tenido acceso.

En el mismo documento, el denunciante asegura que el denunciado justificó ante la Policía Local su conducta afirmando que los responsables de la mezquita “le tenían que pagar 9.000 euros”. No obstante, el firmante de la denuncia asevera en la misma que “no hay ningún contrato de arrendamiento ni el denunciado es el propietario del local”, del que “no tiene contrato de escritura”.

Derecho al culto

La persona que presentó la denuncia ante el juzgado de guardia entiende que “se está vulnerando un derecho fundamental de la Constitución, el derecho al culto”. De esta forma, solicita que el juez adopte “como medida cautelar la intervención inmediata a fin de que se pueda hacer uso de la mezquita para el culto a la mayor brevedad posible”.

Asimismo, el denunciante considera que A. T. ha efectuado una “realización arbitraria del propio derecho”, lo cual está castigado por el artículo 455 del Código Penal, que establece lo siguiente: “El que, para realizar un derecho propio, actuando fuera de las vías legales, empleare violencia, intimidación o fuerza en las cosas, será castigado con la pena de multa de seis a 12 meses”.

Otra fuente consultada por El Faro asegura que el denunciado “llevaba tiempo chantajeando a los miembros de la junta de la mezquita. La última vez les pidió 9.000 euros y dijo que si no se los daban, la cerraría”. La cantidad monetaria aludida coincide con la mencionada por el denunciante en su escrito ante el juez.

El Faro se desplazó ayer al Monte María Cristina y observó que el local de la Asociación de Vecinos Mar del Norte, el inmueble empleado como lugar de oración, tenía la verja echada y herméticamente cerrada con cadenas y candados.

Sin actividad

“Aquí hay varias asociaciones de vecinos, pero no funciona ninguna”, dice Ahmed, un lugareño que prefiere ocultar su nombre real. Este joven confirma lo ocurrido el pasado sábado, cuando la Policía Local se desplazó hasta el Monte tras haber recibido la llamada de los fieles que se quedaron sin poder entrar al lugar de oración.

Mientras, el denunciante y los feligreses de la mezquita cerrada al culto por el hombre que dispone de las llaves del inmueble esperan que la Justicia tome cartas en el asunto cuanto antes. “Estamos a la espera de la respuesta del Juzgado”, declara a El Faro.

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