La mayoría de jóvenes árabes rechaza al grupo terrorista Daesh y no cree que éste pueda imponer su modelo de califato en la región, según un estudio de la consultora Burson-Marsteller de ayer. El informe revela una disminución del apoyo tácito a la organización del Estado Islámico (EI) ya que solo un 13% de los encuestados podría respaldarlo “si no usara tanta violencia”, frente al 19% de 2015. Según las entrevistas presenciales realizadas entre enero y febrero de 2016 a 3.500 hombres y mujeres de países como Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Irak, Egipto, Libia, Marruecos y el Yemen, el 50% considera al EI “el principal obstáculo en la región”. Tres de cada cuatro jóvenes árabes están preocupados por el auge del grupo terrorista, pero sólo uno de cada seis cree que pueda imponerse en Oriente Medio. Un 25 % opina que la falta de empleo y oportunidades es el principal factor que impulsa el reclutamiento en las filas yihadistas, mientras que otro 25 % no ve ninguna razón para que alguien quiera unirse al EI. La encuesta apunta que el país que más influye sobre los jóvenes árabes es Arabia Saudí por quinto año consecutivo (31%), seguido de los Emiratos Árabes Unidos (28%) y EEUU (2 %). En cuanto a EEUU hay cierta división: dos tercios de los jóvenes ven a este país como un aliado y un tercio lo ve como un enemigo, sobre todo en Irak (93%), en Yemen (82%) y Palestina (81%). La potencia chií Irán es por su parte considerada un enemigo por el 52% de los jóvenes árabes y sólo como un aliado por el 13%, mientras que un 45% apoya el acuerdo nuclear con este país y un 39% lo rechaza. Sobre las relaciones entre las dos principales ramas del Islam, entre suníes y chiíes, casi la mitad de los encuestados opina que ha empeorado en los últimos cinco años. Un 52% afirma además que la religión juega “un rol demasiado importante en Oriente Medio·. El estudio aborda también el conflicto en Siria, que es visto por el 39% de la juventud como ·una guerra de poder internacional entre las potencias regionales y globales·; como una revolución contra el régimen de Bachar al Asad, por el 29%; y como una guerra civil entre los sirios, por el 22 %.