El Centro de Día acoge música y rezos cristianos para celebrar la Semana Santa de Melilla.
Una de las tradiciones más arraigadas de la Semana Santa es que la mujer vaya de mantilla. Esta prenda que cubre el pelo y que se sujeta con peinetas de carey pasa de generación en generación. Resalta la belleza de la mujer que lleva y la engalana para acompañar a la Virgen o al Cristo en la procesión. Tanta importancia tiene esta prenda que son muchas las asociaciones e instituciones que le dedican un acto, como el Centro de Día que ayer realizó la exaltación de la mantilla. Son diez ediciones ya las que celebra esta entidad. Las mujeres de mantilla y la música de la Banda del Cautivo fueron los principales protagonistas de este acto.
La encargada de ofrecer el pregón fue María Dolores Arjonilla, presidenta de la Asociación de Familiares y Enfermos de Alzheimer. En su discurso, en el que intercaló relato y poesía, narró la historia de la mantilla y los recuerdos de infancia que le trae a la memoria esta prenda. Explicó que cuando era niña su madre se vestía de mantilla al llegar la Semana Santa.
Y sobre la mujer y su papel en la sociedad también habló ayer Arjonilla. Destacó que es ella la que trasmite las tradiciones a los hijos y la que consigue conservar la costumbres para que no se pierdan con el paso del tiempo.
En sus poesías, recogió el sentimiento de las mujeres que caminan junto a los cristos y vírgenes en Semana Santa y el de sus familiares, que les dan aliento acompañándolas durante las procesiones.
Además del pregón de Arjonilla, el acto de Centro de Día contó con la interpretación de varias piezas de Semana Santa por parte de la joven banda de tambores y cornetas de la Cofradía del Cautivo. Desde hace años colaboran con esta actividad y los mayores de la institución agradecen mucho que toquen para ellos, ya que no todos tienen la oportunidad de ver las procesiones y escucharles en directo durante el recorrido que realizan acompañando al Cautivo o al Rocío.
También hubo una actuación de fandangos y saetas que estuvo a cargo de Pepe Pozo y Encarnación González. Son las saetas, una forma de rezarle a Dios y de hacer llegar al público el sentimiento de los hombres de trono. Y Adeli, una de las usuarias con más años en el centro, dedicó varias poesías a la mantilla y a la mujer que la lleva. El Centro de Día homenajeó de esta forma a la mujer que el próximo Lunes Santo lucirá la mantilla por las calles de la ciudad para acompañar al Cristo en su camino a la cruz y a la Virgen que sufre el dolor de perder a su hijo.
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