Los equipos de mantenimiento del cementerio se afanaron durante toda la mañana en recoger el agua acumulada provistos de escobas, cepillos y cubos.
La lluvia caída a primera hora de la mañana en el Día de Todos los Santos inundó varios pasillos del cementerio de la Purísima, así como algunas parcelas del campo santo. El viceconsejero de Servicios Operativos, Francisco Villena, explicó a El Faro que el agua se acumuló, por ejemplo, en el camino principal. Aunque señaló que los trabajadores del cementerio se encargaron de recorrer todas las parcelas achicando el agua con recogedores y escobas para que los melillenses pudieran limpiar las sepulturas de sus familiares sin problemas.
Villena aseguró a El Faro que una vez que se inicien las obras para poner hormigón en una de las parcelas que aún está pendiente de este arreglo, se verá la posibilidad de trazar un plan de evacuación de las aguas, con el objetivo de que no se vierta todo hacia el pasillo central y éste acabe inundado.
El viceconsejero de Servicios Operativos indicó que no ha habido muchas quejas por parte de los melillenses sobre el estado del cementerio, a excepción de un grupo de personas que el miércoles se mancharon las manos con la pintura de una fuente. Villena comentó que entre las labores de conservación y restauración del cementerio está pintar los diferentes elementos de la Purísima. Así, destacó que un trabajador aprovechó la pintura de una brocha para darle unos toques a una fuente, y aunque dejó un cartel de recién pintado, alguien lo quitó y todo el mundo que estaba cogiendo agua de este punto se manchó la manos.
Villena señaló que este año han mejorado el servicio de distribución de las fuentes. En concreto, se han colocado en las parcelas que están más a la izquierda subiendo las escaleras unos grifos para que la gente no tuviera que recorrer unos 200 metros con los cubos llenos de agua.
El viceconsejero de Servicios Operativos indicó que, al salir el sol, era probable que unas 3.000 personas visitaran ayer el cementerio.
No obstante, aseguró que este año han notado muchas menos visitas en los días previos a la festividad de Todos los Santos. Villena explicó que llevan cerca de un mes haciendo mejoras en el campo santo y que los visitantes no se han animado a llevar flores y a velar a sus difuntos hasta esta semana. Indicó que era curioso, pues otros años la Purísima ha contado con mucho más movimiento de personas que iban a limpiar las sepulturas de sus seres queridos hasta dos y tres semanas antes del 1 de noviembre.
El cementerio de la Purísima cuenta desde hace unos años con una entrada especial para personas con problemas de movilidad. Así, se abre una de las puertas laterales de este campo santo que cuenta con una rampa de fácil subida. Además, el servicio de ascensor a la parte más alta del cementerio permite a los visitantes que las escaleras no sean un problema para que puedan homenajear a sus difuntos.
Por otro lado, la Purísima cuenta con un servicio de atención al público en la entrada principal por si alguien desea saber la zona en la que está enterrado un familiar lejano o un amigo. Además, se recordó que el cementerio estará abierto estos días con un horario mucho más amplio y no cerrará sus puertas hasta que los melillenses no se vayan.