El acuartelamiento de Millán Astray acogió un sábado legionario muy especial, en el que se produjo el encuentro entre la nueva imagen del Cristo y la antiguos.
El acuartelamiento de Millán Astray vivió ayer un sábado legionario muy especial. Después de que el viernes se bendijera la nueva imagen del Cristo de la Buena Muerte, cedido por la congregación del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas y Nuestra Señora de la Soledad de Málaga, ayer se produjo el encuentro entre la talla recién llegada y la que durante medio siglo ha acompañado a los legionarios de Melilla. Un emotivo acto en el que dos grupos de legionarios del Tercio del Gran Capitán portaron las dos figuras que se encontraron en el centro del patio del cuartel.
Desde ahora la nueva talla deñ Cristo será la protagonista de los sábados legionarios, como lo había sido durante cincuenta años la que ayer fue sustituida , una imagen que también fue cedida por la congregación malagueña y que ahora regresa a la capital de la Costa del Sol.
Hay que recordar que desde finales de los años veinte del siglo pasado este Cristo ha sido el protector de la Legión. La relación entre esta imagen y este cuerpo del Ejército se remonta a las campañas de Marruecos, en las que era habitual que los heridos se trasladaran a Málaga para recibir atención médica y completar su recuperación. Esto dio origen a una especial y muy estrecha relación con la sociedad malagueña en general y algunas instituciones en particular. Como consecuencia de estas relaciones en 1928 apareció la figura del protector de La Legión que desde entonces es el Cristo de la Buena Muerte.
Tanto la talla que se ha ido, como la que acaba de llegar, cumplen la misma función, la de proteger a los legionarios cuando están de servicio de los peligros a los que se enfrentan.