Durante el mes de diciembre la luz ilumina la oscuridad en muchas religiones y culturas, como ocurre con la festividad cristiana de la Navidad. Estas fechas las comunidad judía celebra Januká, una fiesta que conmemora la reedificación del Segundo Templo de Jerusalén y el milagro que aconteció entonces. Para esta conmemoración Museos de Melilla ha elegido como pieza museística del mes la janukía, el tradicional candelabro de nueve brazos que se enciende estas fechas.
Aunque la menorá es el candelabro habitual para muchas celebraciones hebreas, la janukía se utiliza especialmente para la Januká. Durante ocho días se encienden sus nueves velas con el propósito de atraer la paz al hogar y al mundo entero.
La historia de la janukía se remonta a la época del Segundo Templo de Jerusalén, durante el siglo II aproximadamente, cuando sucedió el milagro de Januká. Por aquel entonces Judea vivía una crisis política-religiosa, porque los judíos eran víctimas del yugo del gobierno de Antíoco IV Epifanes, que buscaba terminar el judaísmo obligándoles a abandonar su religión y costumbres.
Esta opresión condujo a varios grupos de rabinos escapasen con sus familias a la montaña. Durante estos momentos obligaban a los judíos a hacer idolatría, que es uno de los pecados capitales que hay. Al ver que querían hacer un ritual pagano en el templo de Jerusalén, empezó una revuelta popular que llevó a que los judíos restaurasen el servicio en el templo de Jerusalén.
En estas fechas lo que realmente se conmemora es el gran milagro que ocurrió cuando se preparó la menorá para el encendido. Cuando iban a encenderla solo había una vasija de aceite puro. Se tardaba ocho días en recuperar el aceite porque se necesitaba con la primera gota del aceite de una oliva.
El milagro ocurrió cuando durante ocho días la menorá estuvo encendida con esa única vasija. Justo el tiempo necesario para producir el nuevo suministro de aceite.
A partir de ahí los rabinos estipularon que para las generaciones venideras durante ocho días se encendieran luces para recordar este milagro.
Este año Museos de Melilla también ha dedicado algunos de sus talleres infantiles a esta festividad judía en el que los más pequeños pudieron aprender sobre la Januká a traves de manualidades, cuentos, canciones y otros juegos.
Ya en 2019, Museos Melilla dedicó la muestra museística del mes de diciembre a la Januká, con un janukía de latón labrado y ricamente decorada con formas de hojas, y un servivon (una peonza), que se utilizaba como juego para distraer a las personas que impedían a los hebreos poder estudiar su fe.
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