Tras la finalización de la fiesta del Pesaj que comenzó el pasado miércoles 5 de abril y finaliza este jueves 13 de abril con la última noche de la fiesta de Mimona o también conocida como la noche de las mesas, es una de las celebraciones más emblemáticas del calendario en la religión judía.
Por ello, El Faro se ha trasladado hasta los diferentes comercios hebreos de la ciudad para saber cuál es la gastronomía y las comidas típicas que se toman en estos ocho días, además de entrevistar al presidente de la Comunidad Israelita de Melilla, Mordejay Guahnich, para conocer la intrahistoria de la fiesta del Pesaj.
En primer lugar, Guahnich cuenta que el Pesaj conmemora la historia de la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud de Egipto y los 40 años de trayecto por el desierto en camino hacia la Tierra prometida, dirigida por el personaje bíblico de Moisés.
Además, el presidente cuenta como en ese momento los judíos se consolidaron oficialmente como “un pueblo” y por eso es fundamental que las raíces y la historia se mantenga y se inculque a los más pequeños.
Por ello, la comerciante Mercedes explica como las dos primeras noches del Pesaj se lee un libro en el que se cuenta parte de la historia del pueblo judío en ese momento. Según comenta, en su familia la primera noche se lee en hebreo y la segunda en castellano después de salir de la sinagoga tras el rezo.
Una de las premisas principales que cumplen todos los judíos en esta festividad es la eliminación de todo tipo de productos que estén fermentados. Por ello, el comerciante Jaime, propietario del local número 10 de la calle Margallo, Jaime, cuenta que esto se debe a que en la salida del pueblo judío de Egipto no dio tiempo a que la harina se fermentase completamente y por ello para conmemorar dicho momento deben de tomar productos que están completamente exentos de productos que tengan harina o levadura.
Por lo tanto durante los días previos al comienzo del Pesaj eliminan en sus casas cualquiera de estos productos para estar preparados. Ahí es donde entran las famosas galletas ‘matzá’ o pan ‘ácimo’, que es la que sustituye al pan clásico y es un producto que simboliza el Pesaj.
De esta forma, el comerciante Amselem cuenta que todos los productos que se consumen en estas fechas vienen con la etiqueta de Cosser Passover o Cosser de Pesaj, ya que son especiales para la Pascua y están exentos de todo tipo de fermentación. Dentro de todos estos productos, el melillense destaca las salsas, las especias, bollerías, vinos, cacao en polvo, los chicles, las patas fritas y cualquier tipo de vino.
Además, los quesos ya vienen preparado para el Pésaj y por eso no hay ningún problema en consumir topo tipo de productos. A pesar de esta gran cantidad de productos preparados especialmente para esta festividad, Amselem confiesa que él personalmente no toma muchos de estos nuevos alimentos porque “pierde la esencia de antaño y no se añora nada”, porque según afirma, él prefiere vivir el Pésaj como siempre.
Dentro de ese gran abanico de productos que se pueden comer en esta festividad, Amselem destaca la ‘Dafina Koraba’, que es un cocido que se prepara para los sábados y normalmente se hace con garbanzos y habichuelas. También explica que como hay algunas personas que no comen garbanzos en esta época se le echan habas frescas porque también le dan un sabor muy bueno.
Por otra parte, tanto Mercedes como Jaime comentan que la carne es la base fundamental de la dieta en estas fechas, ya que la carne simboliza “alegría, fiesta y grandeza”, por lo que el cordero y el pollo es algo indispensable.
Por último, la comerciante María, propietaria de la tienda de ‘Super Sport’, situada en la Avenida Juan Carlos I, dice que hay varias comidas que les gusta tomar en estas fechas especialmente, destacando el pescado guisado con verdura, el solomillo con salsa y los dulces con frutos secos.
Hay dos teorías sobre su origen, la primera data del Siglo XII del Sefardí por excelencia Rabí Moshe Ben Maimón, conocido por Rambam o Maimónides. Este erudito del judaísmo celebraba una seuda (comida religiosa) esa noche, con la Emuná (fe) que la celebración de Pesaj se haya efectuado según marca las múltiples y dificultosas Halajot (preceptos religiosos). Su nombre viene de una deformación lingüística de Noche de la Emuná a Memuná, y después a Mimona. La segunda teoría no rechaza la anterior y pueden ser complementarias.
Tras 8 días de elevación espiritual, inmerso en la Kedushá de la festividad y sus preceptos, se tiene Emuná (fe) que es el momento propicio para la redención final y llegada del Melej Hamashiaj (el Mesías de Israel). Por otro lado, se puede encontrar multitudes de costumbres y Minjaguim (tradiciones ancestrales), algunas de ellas milenarias, llevabas a cabo principalmente por los Sefardíes. En Melilla (ciudad española en el norte de África), los judíos son de tradición marrocana (unión de los judíos expulsados de Sefarad “España” en 1492, y los residentes en la zona norte del Magreb).
Lo primero que se hace es guardar todos los utensilios de cocina de Pesaj y tras salir las estrellas se sacan los que han estado guardando estos 8 días y se utilizan todo el año. Todas las casas visten la mesa con el mantel más fino y bello, la mejor cubertería, vajilla y cristalería. Se hace un despliegue de la variedad gastronómica sefardí, mesas dignas de Reyes para recibir a familiares y amigos.
Las mujeres suelen permanecen en sus hogares con la puerta abierta, sin obstáculo para recibir a los que quieran honrar con su presencia esta morada. Mientras el padre e hijos comienzan su dilatada ruta, una odisea donde no paran de subir y bajar escaleras, de ascensor a ascensor. Suelen visitar a familiares y amigos para felicitar el fin de la fiesta y desearle un año mejor. Se suele comer algo en cada casa para bendecir sobre el alimento y que recaiga en el hogar que nos agasaja.
La juventud juega un papel muy importante, por grupos vistan las casas alegrando a las familias que les espera como al verdadero Mashiaj. Sus cánticos y risas, mientras disfrutan de una copa, llenan la casa de Simjá (alegría) y luz de esperanza en el futuro del Am Israel. Es digno verlos deambular por la ciudad, mientras los maduritos recuerdan con nostalgia cuando tenían su edad y no dormían en toda la noche. Los judíos que no tienen en sus tradiciones conmemorar La noche de Mimona, dicen que es la festividad de la amistad, unión, la fraternidad y la hospitalidad, un regalo hermoso de los Judíos Sefardíes y en particular del Norte de África.
Para finalizar se debe hacer un especial hincapié en una tradición ancestral de la Sinagoga Truzman, que estaba en el Polígono, barrio de Melilla (España), prominentemente judío desde principios del siglo XX hasta mediados. Ahora siguen fiel a esta costumbre heredada en la Sinagoga Benarroch-Truzman.
Entonándose al unísono por varios correligionarios desde la Tevá (pulpito), Pesukim (párrafos) de los Perakim, y el último de los Pasuk del Pirket Avot. Primera y última estrofa de Azarot. Y el primer y último Pasuk de Mishlé. El pueblo judío suele ser fiel a sus costumbres para dar fe de que hacen lo mismo que sus ancestros y con la autenticidad de sus tradiciones milenarias.
Por otro lado, otra costumbre que ocurre por ejemplo en Casablanca es a ir al día siguiente del final del Pesaj, si es festivo, a la playa para mojarse en el agua del mar, por tener sal como Segulá (protección) que ha empezado el Omer. De esta forma, las nuevas tecnologías también hacen su presencia y los familiares y amigos desde la lejanía se felicitan por las redes sociales y videollamadas en esta fecha tan señalada.
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