El hijo de Karima tiene 14 años. Sueña con ser doctor y salvar muchas vidas. Su madre asegura que es muy buen estudiante. Sin embargo, el chico lleva más de una semana sin asistir a clase. Karima es una de las madres que, desde el pasado lunes, acompaña a sus hijos para que estudien en la Plaza de España. Sus niños, como tantos otros, no han sido admitidos en los colegios públicos de la ciudad. La razón que alegan desde la Administración es que carecen de la residencia, que no tienen padrón o que podrían ser menores que viven en Marruecos. “Nuestros hijos nacieron en Melilla, son niños de Melilla y deberían tener los mismos derechos que el resto”, responden las madres.
El presidente de la Asociación Pro Derechos de la Infancia (Prodein), José Palazón, asegura que en esta primera semana han llegado a dar clases a más de cien menores sin escolarizar. La mayoría de ellos acudían anteriormente a la Residencia de Estudiantes Marroquíes Musulmanes.
Futuro embargado
“Van allí obligados porque los rechazan en el resto de los colegios. No nos dejan otra opción porque los niños no pueden estar sin estudiar”, comenta Naima, madre de tres menores que asisten desde el pasado lunes a la céntrica plaza. “Esos estudios no sirven en España, sólo sirven en Marruecos. Aquí es como si no tuvieran nada, los están dejando sin posibilidades de cara al futuro”, lamenta.
Estas madres han solicitado en varias ocasiones que sus hijos puedan estudiar en centros de la ciudad. Según señalan, muchas veces ni siquiera obtuvieron respuesta por parte de la Dirección Provincial de Educación. Sólo recibieron silencio. “Este rechazo me hace sentir muy mal porque veo que tratan a nuestros hijos como si no existieran. Y sí existen. Como cualquier madre, sólo quiero lo mejor para ellos”, subraya Karima.
Decenas de niños de entre 6 y 11 años continuarán dando clases en la Plaza de España hasta que consigan ser escolarizados. No les importa aprender a la intemperie, sin estar sentados en sillas o sin hacer los deberes en una mesa, con tal de que les permitan acceder a un colegio de verdad. “Vamos a seguir aquí hasta que consigamos lo que esperamos”, dice Latifa, madre de dos niños pequeños.
Situación documental
Varias madres relatan que no disponen del permiso de residencia, lo que las impide empadronarse en la ciudad. Muchas de ellas llevan más de una década viviendo aquí. Algunas incluso nacieron en Melilla, donde han pasado toda su vida. “Yo he solicitado la residencia en tres ocasiones y tengo a mis niños con toda su documentación en regla, pero nada”, comenta una de las mujeres, quien prefiere no desvelar su identidad.
Esta madre llegó a nuestra ciudad con 14 años y, aunque se siente melillense, no deja de tropezarse con el rechazo de la Administración. “No entiendo que se niegue a unos niños el derecho a ir a la escuela, a estudiar”, manifiesta.
Concentraciones
Además de continuar dando clases con los pequeños, la asociación Prodein comenzará a concentrarse a partir de mañana lunes frente a la Delegación del Gobierno, el Palacio de la Asamblea y el Ministerio de Educación. “Vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para que los niños puedan dar clase en un colegio”, asegura Palazón.
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