El juez aprovechó un receso en la sesión del pasado jueves para comunicar al ciudadano belga su decisión: 15 años de prisión por supuesta pertenencia a una red yihaidista y tráfico de armas.
“Nos la han jugado”, afirmó ayer el portavoz de la plataforma melillense, Abderramán Benyahya, en apoyo de la causa del ciudadano belga nacido en Melilla, Ali Aarras. El tribunal de Salé, tras cuatro horas de exposición de los alegatos finales en la sesión del pasado jueves por parte de la defensa y la Fiscalía, convocó un receso, emplazándoles a las 16:00 horas, en el horario marroquí, para comunicarles el veredicto. Sin embargo, el tribunal esperó a que todos se marcharan de la sala para comunicar a Aarrás su condena: quince años de cárcel por su supuesta implicación en la red terrorista del ‘Movimiento de los muyhaidines’ y tráfico de armas.
Tanto los letrados marroquíes, como los abogados relacionados con el caso y las plataformas sociales en apoyo de Aarrás en Melilla y Bélgica están “indignados” con la decisión judicial. La defensa se plantea recurrir la sentencia, que aún no está redactada, el Tribunal tiene un plazo de 20 días para hacerlo, y el modo en el que el juez procedió ya está denunciado ante el Tribunal de los Derechos Humanos de la ONU.
El abogado melillense, Nayim Mohamed, explicó a El Faro, que aún no se sabe los cargos por los que el tribunal ha emitido tal veredicto, aunque sí tienen claro que los cargos por los que se le ha procesado y condenado, pertenencia a una red yihaidista y tráfico de armas, “son diferentes a los motivos alegados por Marruecos para pedir la extradición”, indicó, por lo que, consideran que “se ha negado un juicio justo a Aarrás, vulnerándose la legalidad internacional”, apuntó por su parte Benyahya. Mohamed añadió, además, que el ‘Movimiento de los Muyahidines’, “nunca ha existido” como red terrorista.
Benyahya, que asistió al juicio junto con representantes de la plataforma belga, familiares y abogados de uno y otro lado del Mediterráneo, afirmó que en el alegato de la Fiscalía “no hubo sorpresas. No presentó ninguna prueba y se basó en la sospecha de Baltasar Garzón”.
El portavoz de la plataforma melillense señaló que esas “sospechas” del juez Garzón no son tales. “Es una investigación de la que no encontraron ninguna prueba, porque de lo contrario, se habría procesado y condenado a Aarrás en España y no en Marruecos”, razonó y recordó que Garzón “archivó el caso porque no encontró nada”.
Así pues, ante la falta de pruebas contra Aarrás, la defensa procedió a su alegato. En él, el letrado francés, Nicolás Cohen, insistió en que la Fiscalía aportara pruebas y “las pusiera encima de la mesa”, dijo Benyahya, y se preguntó por qué no se admitieron en el juicio las declaraciones de Belliraj, quien implicó a Aarrás y El Bay en la causa, por qué no existen diligencias policiales del registro que supuestamente se llevó a cabo en la casa de un familiar de Aarrás en Beni Sidel, cerca de Melilla, en busca de armas o por qué Marruecos no instruyó diligencias de la extradición del ciudadano belga hasta diez días después de que fuera entregado por España.
“Seguiremos luchando”
Está claro que para los que apoyan la causa de Aarrás, el veredicto del juez no les ha amilanado para seguir “luchando” por su liberación. Están a la espera de que el Comité de Derechos Humanos de la ONU se pronuncie sobre el recurso presentado por la extradición que ordenó el Gobierno de España, al que se ha solicitado también la notificación oficial de la extradición; la denuncia a la Fiscalía marroquí, que aún sigue sin respuesta, sobre las supuestas torturas que Aarrás habría sufrido tras su extradición ha llegado ya al Comité de Derechos Humanos de la ONU y una posible denuncia al Gobierno español por desobedecer el dictamen de la ONU en relación a la extradición, son algunas de las iniciativas que aún están pendientes.
Una familia destrozada que lucha por mantener la unidad
Los familiares de Aarrás están “destrozados”, así lo explicó ayer el portavoz de la plataforma melillense, Abderramán Benyahya. El padre de Aarrás sufre problemas de corazón y la desolación se ha adueñado de la familia. Además, la situación de la esposa e hija de Aarrás es “desastrosa”. Desde la detención de su marido, ambas viven con los padres de Aarrás en su casa de Melilla, sin recursos y con dificultades económicas.
“La hija de Aarrás tiene ahora seis años y tenía tres cuando le detuvieron. Se ha perdido una etapa importante en el crecimiento de su hija que es irrecuperable”, comentó Benyahya.
“La familia de Aarrás está rota y es difícil que puedan recuperar la unidad”, afirmó, tras tres años que el ciudadano belga ha estado en la cárcel de Botafuegos en Algeciras, en Madrid y finalmente en la prisión marroquí de Salé.
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