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La incesante crisis Marruecos-Argelia acaba salpicando a España en 2021

Las relaciones cada vez más tensas entre Marruecos y Argelia culminaron este año con una ruptura diplomática que salpicó directamente a España, tras el corte del Gasoducto Magreb Europa (GME) que suplía de gas argelino a la península ibérica a través del territorio marroquí.

Las relaciones entre los dos gigantes norteafricanos siempre han sido complicadas, con el conflicto del Sáhara Occidental como telón de fondo y ante el apoyo de Argel al movimiento independentista saharaui del Frente Polisario.

En 2021, la tensión bilateral subió un peldaño cuando Argel rompió el pasado agosto sus relaciones diplomáticas con Rabat, una decisión con la que Argelia, según los expertos, intenta recuperar la influencia perdida en la franja africana del Sahel durante los últimos años del mandato del expresidente Abdelaziz Buteflika, en el poder desde 1999 hasta 2019.

"Existe una preocupación argelina por el avance diplomático marroquí con los países de África Occidental y su retorno en 2017 a la Unión Africana", cree Mohamed Masbah, director del Moroccan Institute for Policy Analysis (Mipa).

El arma del gas

En su estrategia de boicotear a Marruecos, Argelia cerró a finales de octubre el Gasoducto Magreb Europa, que llevaba suministrando 25 años gas natural a España y Portugal a través de Marruecos.

La decisión ha supuesto un golpe para la economía marroquí, que pierde unos 200 millones de dólares anuales en derechos de paso y parte del gas con el que producía el 12 % de su electricidad. Pero también a España, que cubría casi la mitad de sus necesidades con gas de Argelia.

Ahora todo el gas argelino llegará a la península a través de Medgaz, el tubo que une directamente Argelia con España, pero cuya capacidad (8.000 millones metros cúbicos anuales) no alcanza la del otro cerrado (de más de 10.000 millones). En espera de su ampliación, España tiene que importar el resto a través de buques metaneros, lo que encarece el precio del gas.

Según los expertos, el cierre de GME afecta también a la propia Argelia, que pasa a depender de un solo tubo con España.

"El gasoducto es una expresión simbólica de ruptura, pero con ella se produce la autolesión. Argel se hace daño para perjudicar a Rabat", cree Masbah.

Acercamiento a Israel y rivalidad militar

Una de las razones que anticiparon la ruptura entre Rabat y Argel fue la normalización de relaciones entre Marruecos e Israel en diciembre de 2020 a cambio del reconocimiento estadounidense de la soberanía marroquí sobre el Sáhara.

Argel ve este acercamiento como una amenaza para su seguridad nacional, una inquietud que se agudizó con la visita el mes pasado a Rabat del ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, quien firmó un memorando de cooperación militar con sus homólogos marroquíes.

"Cuando el ministro de Defensa visita Marruecos, Argelia es el objetivo", dijo entonces Salah Goudjil, presidente del Senado argelino, en reacción al viaje de Gantz.

La revista "Al Djeish" (El Ejército), órgano de propaganda del Ministerio argelino de Defensa, publicó recientemente un editorial en el que afirmaba que Marruecos lo que busca con el acuerdo de cooperación militar con Tel Aviv es su apoyo para "sacar adelante su plan de anexión de los territorios saharauis".

Este contexto de crisis va aparejado con un incremento del gasto militar de ambos países magrebíes: Marruecos aumentó en un 6 % el gasto destinado a Defensa en los Presupuestos de 2022, lo que supone un 4 % del PIB del país, frente a Argelia que destina el 6 % de su PIB a Defensa.

¿Posibilidad de enfrentamiento armado?

En este contexto, y casi un mes después de la muerte de tres camioneros argelinos en un supuesto bombardeo en el Sáhara que las autoridades argelinas atribuyeron a Marruecos, se plantean preguntas sobre una posible confrontación militar entre ambos países.

Akram Kharief, periodista argelino experto en asuntos de seguridad, excluye este escenario, porque "Argelia buscará un medio de respuesta no necesariamente militar, sino bien estudiado y bien proporcionado".

Otros creen que la tensión entre los dos países durará un tiempo, ante la falta de canales de contacto directo y la ausencia de mediadores: "Los intentos de mediación iniciados por España y algunos países del Golfo fracasaron, porque no tienen herramientas para imponer a los dos países entenderse", argumenta el experto marroquí.

Para Masbah, "la mejor opción ahora es que ambos vuelvan al 'statu quo' anterior y mantener la rivalidad dentro de un nivel mínimo".

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