Los editores Rafael Soler y Santiago Villanueva y la coordinadora de la revista Inmaculada Reus comentaron con ‘El Faro’ cómo surgió y cuáles son las características de la publicación.
El pasado mes de septiembre la Asociación Melillense de Investigación Clínica (AMIC) presentó la primera ‘Revista Clínica de Melilla’. Dos de los editores de la revista, los doctores Rafael Soler y Santiago Villanueva, y la coordinadora técnica, Inmaculada Reus, comentaron para ‘El Faro’ el nacimiento de esta revista y la importancia que puede llegar a tener para la comunidad científica de la ciudad. Por otro lado, el jefe de cardiología del hospital Comarcal, Enrique Crespillo, es otro de los editores de esta publicación cuya primera impresión fue en junio del pasado año y la próxima será en el mes de marzo.
El primer número contó con cuatro artículos originales, un documento de actualización, cinco guías de práctica clínica, dos comunicaciones breves y dos artículos especiales, entre ellos están ‘Proyecto de pulsera identificativa para el brazo no portador de fístula arterio-venosa en pacientes en tratamiento con hemodiálisis’ y ‘Abordaje actual del síndrome de fibromialgia en la consulta de reumatología’. El 70 por ciento del coste de publicación fue asumido por la Ciudad Autónoma, gracias al interés del consejero de Presidencia y Participación Ciudadana, Abdelmalik El Barkani, y el resto se subvencionó con recursos propios de la asociación. Alrededor de 70 personas colaboraron en los artículos publicados en este primer número.
– ¿Cómo surgió el emprender esta iniciativa de crear una ‘Revista Clínica’ en Melilla?
– Villanueva: Yo siempre digo que todo nació en una comida.
– Soler: En mi opinión fue en una conversación con Santiago en el pasillo del hospital, pero como muchas veces comentas tanto una idea, al final no sabes de dónde partió. Sin embargo, la idea básica es que hay un grupo de personas que pensamos que era muy interesante hacer una revista clínica de calidad en Melilla. Da igual como surgiese, el caso es que nos pusimos todos en marcha y al final el producto se ha materializado.
– Reus: Surgió realmente en los pasillos porque Rafael se lo comentó a Santiago, luego me lo contaron a mí. Quise colaborar desde el principio pero no sabía nada de los que había que organizar para llevar a cabo una publicación a través de esta revista.
– Soler: Una revista biomédica, aunque haya pasado mucho desapercibida, se trata de un modo de difusión de las investigaciones locales y también es un estímulo para continuar realizando este tipo de estudios. No estoy seguro de que en otra ciudad de 80.000 personas cuente con un grupo que realice un revista de información biomédica. Que salga a la luz y de forma independiente sin contar con ningún organismo oficial detrás es un reto logrado.
– Villanueva: Ha sido un trabajo de equipo. Cada uno ha desarrollado su tarea y todos hemos puesto muchísimo de nuestra parte. Nadie ha puesto más que los demás. Yo tengo la impresión que todo surgió a través de conversaciones informales. Diría que el minuto cero de la revista sería una conversación que tuvimos hace un par de años.
– Soler: Luego ha tenido varios meses de maduración de la idea para poderla llevar a cabo.
– Villanueva: Fue ahí cuando nos comprometimos para que todo esto no quedara en ideas.
–¿Para qué sirve una revista clínica?
– Reus: Yo no sabía la importancia que podía a llegar a tener este tipo de publicaciones para los facultativos porque yo no soy sanitaria, pero se trata de que cuando se averigua algo se muestre a los demás, es una forma de enseñar a los demás lo que se hace aquí en Melilla. Con las revista de impacto todos los profesionales se ponen al día enseguida.
– Villanueva: En el mundo científico la forma de dar a conocer los descubrimientos, los trabajos, los estudios o la producción científica se realiza a través de las publicaciones. La comunidad científica nos comunicamos a través de las revistas. Por decirlo de otra forma, cualquier descubrimiento científico no lo es hasta que no se publica., esto es, que cualquier contribución al mundo no tiene importancia hasta que se publica.
– ¿Cómo se decide qué artículos y cuáles no entran en este primer número?
– Villanueva: En este primer número han entrado casi todos los artículos y colaboraciones que hemos recibido. Ha sido un número experimental puesto que no sabíamos cuál iba a ser el resultado final. No hemos aceptado todas pero sí la práctica mayoría, pero hasta que no hemos tenido un suficiente número de trabajos dignos de ser publicados no hemos hecho la edición. También hemos procurado estimular a la gente a estas personas que sabemos que tenía nivel científico para elaborar estos escritos.
–¿En la revista podrán participar todos los interesados en publicar un artículo científico?¿Es preciso que sea médico?
– Villanueva: Podrán participar todos los profesionales que se dediquen a los cuidados de salud en esta ciudad, como médicos, enfermeras, auxiliares, farmacéuticos, psicólogos o fisioterapeutas. Todos los que trabajan este área que en la ciudad seríamos unas 400 personas. Por supuesto, como cualquier revista que se precie, aceptamos contribuciones de personas que no estén trabajando en Melilla.
– Soler: La idea es divulgar el conocimiento y la producción científica melillense, hacer que otras personas a nivel nacional publiquen en esta revista para enriquecerla y que sea también un impulso para que la gente de aquí aumente su nivel de conocimiento. Al final, lo que pensamos es que sin investigación no puede haber una asistencia de calidad, por lo que había una laguna importante en Melilla y la pretensión es cubrir este hueco. Fomentar las investigaciones de forma que esto sea una especie de bola de nieve que implique a todo el mundo.
–¿Han pensado en la facultad de Enfermería como posibles colaboradores a la hora de incluir algún artículo de sus estudiantes?
– Villanueva: Es un proyecto y la Escuela nos ha mostrado su ánimo y su espíritu de colaboración. Con respecto a los alumnos, si en Melilla ya hay varios cientos de personas dedicándonos a temas de salud, en la propia facultad hay otros cientos. Los alumnos no tienen un nivel científico adecuado hasta los cursos más avanzados, pero a partir del segundo ciclo de formación es posible que tengan su rinconcito en la revista o en una sección indicada para ellos. De hecho, en la propia Escuela cada año se promueve una serie de congresos y jornadas dirigidas a los alumnos y una posibilidad es que los ganadores de los primeros premios de estas jornadas publiquen su investigación en la revista para darles mayor difusión.
–¿Tienen pensado realizar una versión digital de la revista para facilitar su acceso a aquellas personas interesadas que no puedan adquirirla en papel?
- Soler: Hoy en día se tiende a prescindir del papel y con Internet se suelen realizar en digital las publicaciones. De todas formas, para el siguiente número nuestro objetivo es hacer una tirada aún mayor de esta revista, por lo menos en sus inicios. Así, pensamos en unos 500 números o incluso llegar a los 1.000, además de que se podrá consultar a través de Internet con la apertura de la página web de la asociación, donde no sólo se podrá consultar los artículos sino las actividades que emprendamos desde AMIC. La idea de imprimir la revista en papel también es hacerla llegar a todos los lugares posibles, como sociedades científicas nacionales o autonómicas y en hospitales, y de esta forma darle la máxima difusión.
Además, desde el punto de vista curricular publicar en esta revista sirve con una baremación a nivel nacional. La hemos hecho así para que se consulte más allá de nuestra frontera.
–¿Qué importancia puede tener para un sanitario realizar una publicación de una investigación para su curriculum?
– Soler: Se han cumplido todas las normas nacionales e internacionales de publicación de revista biomédica y esto hace que la ‘Revista Clínica de Melilla’ tenga difusión nacional. ¿Cuál es su relevancia? Pues que publicar en esta revista tendría la misma puntuación que otra de nivel nacional con un factor de impacto no alto para una oferta pública de empleo. Muchas veces la gente no publica no por la falta de tiempo sino de costumbre y si le facilitas un medio esto hará que mejore en la calidad de su producción científica. Al fin y al cabo se trata de que la gente investigue. Por lo que, quien colabore en la ‘Revista Clínica de Melilla’, mejora no sólo aquí sino en cualquier lugar donde presente ese curriculum.
– Villanueva: En el mundo científico la forma más objetiva de evaluar la cualificación profesional de una persona es contar el número de publicaciones que tiene. Prácticamente para todas las oposiciones cuenta y tanto en las contrataciones públicas como privadas tu producción científica y la calidad de los artículos tiene una importancia.
–¿Esta baremación depende de la capacidad de difusión de la revista?
– Villanueva: El factor de impacto es un índice de difusión o relevancia y que se puede contabilizar en una base de datos privada americana. Las revista que entran en esta base de datos son las que se denominan con factor de impacto y son las marcadas como más importante. Españolas puede haber unas diez en esta base de datos. Artículos muy buenos y con una trascendencia muy importante para el mundo científico se han publicado en revistas de mediana difusión y en cambio revistas muy famosas publican artículos mediocres. Lo que es en sí un mérito es llevar a cabo una investigación, escribirla y publicarla. Medir el impacto es un factor discutido y suele tenerse en cuenta para las facultades. Al final se trata de que si citan a tu artículo en otras publicaciones es porque lo has impreso bajo estos criterios.
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