La huerta de la Melilla antigua, la zona favorita de Daniel Ventura

Daniel Ventura (1962) creó el grupo de Fotos Antiguas de Melilla en Facebook el 7 de abril de 2012. Había pasado algún tiempo después de que un compañero de trabajo de entonces en el Ministerio de Defensa le regaló un deuvedé donde venían fotos de la Melilla antigua, así como del Desastre de Annual y otros hechos relacionados con la campaña de Marruecos, cuando lo rescató de un cajón y se le ocurrió compartirlo para que la gente pudiera disfrutar de esas imágenes.

Cuenta Ventura que fue la primera página de fotos de una localidad española y que, de hecho, a partir de ahí se pusieron en contacto con él personas de otras provincias y después nació el grupo de fotos antiguas de España.

Comenzó él subiendo fotos de ese deuvedé y le resultó “curioso” que melillenses que se encontraban en la península y otros lugares del mundo se empezaron a poner en contacto con él a través de esa página y, a partir de entonces, mucha gente empezó a colaborar compartiendo fotos personales o familiares.

Fue, dice, un inicio de grupo “muy interesante”, porque a él, además, le gusta lo tradicional y poder recordarlo a través de las imágenes: cómo vivía o se vestía la gente, cómo era la ciudad 80, 90 ó 100 años atrás.

También le gusta del grupo que las fotografías han sido interpretadas por gente “que tenía mucho conocimiento”. Historiadores o “gente con muy buena memoria”, como sucede con el cronista oficial de Melilla, Antonio Bravo, que explicaban las imágenes. Así, además de la fotografía en sí, la historia que la gente aportaba era otro punto positivo.

Sin embargo, no todo es positivo, porque también cuenta Ventura que había choques entre personas con distintas ideologías. Gente, en ocasiones, asegura, “muy extremista”, lo que obligaba a poner cierto orden. En ocasiones, algunas personas abandonaban el grupo y otras eran expulsadas cuando comenzaban a insultar.

Con todo, Ventura está satisfecho de haber podido, como administrador, mantener el grupo “lo más neutro posible”. Aunque ha habido algunas quejas, “se trataba de poner orden, porque, si no, el grupo habría muerto hace muchos años y, en cambio, sigue muy vivo”, asegura el actual consejero de Medio Ambiente y Naturaleza, quien recalca que, especialmente los últimos meses, el crecimiento ha sido “exponencial”, de caso 1.000 personas al mes hasta llegar a las 30.900 seguidores de la actualidad.

“Es un grupo que mucha gente de Melilla y de fuera está orgullosa de tener, porque sobre todo los mayores reviven los recuerdos de su infancia, sus barrios, su forma de vida, sus padres y los acontecimientos que ocurrían”, comenta Ventura.

Como los olores, las fotografías también despiertan recuerdos “dormidos en la memoria”, por lo que, al final, por lo que le comentan los participantes del grupo, compartir todo eso resulta agradable.

Últimamente, además, se suben recuerdos del pasado aunque no tengan estrictamente que ver con Melilla. Por ejemplo, este jueves se subió un enlace de otra página rememorando que hacía 52 años que comenzó el programa de televisión Un, dos, tres. Y es que, aunque la foto no sea de Melilla, el creador del grupo asegura que también tienen “la misión de dejar recuerdos positivos de 40, 50 ó 60 años atrás”.

"Ecologistas sin saberlo"

Hablando de lo que fue su infancia, lo primero que le viene a la mente, y más ahora como consejero de Medio Ambiente y “viendo cómo están las cosas en este mundo”, es pensar que los de su generación y mayores eran “ecologistas sin saberlo”. Sus padres los mandaban a comprar a la tienda de enfrente de casa o en la esquina y tenían que llevar con ellos un envase de vidrio que les devolvían lleno con lo que adquirían. O, si lo que compraban era a granel, se lo envolvían en un papel de periódico. “Es que nosotros éramos verdaderos ecologistas”, insiste, y entonces recuerda su “cuidado extremo” con el agua o con dejar la basura correctamente en su sitio.

Y, sobre todo, mucho estar en la calle disfrutando de juegos que ya no son tan comunes, como las canicas, o a meter chapas o huesos de albaricoque en el hoyo, o al fútbol con chapas. Ese “nivel de creatividad” para los juegos no existe hoy, cree Ventura. Y antes se jugaba más acompañado, por lo que se socializaba mucho más fuera del colegio.

Preguntado acerca de los lugares de la ciudad que le traen más memorias a la cabeza, Ventura responde que “curiosamente” esos sitios, que son los que frecuentaba en su infancia y su adolescencia, ya no existen. Habla de un lugar muy grande de huerta en el barrio del Real, donde él vivía, y de la estación de tren de las Minas del Rif, y de todo ese espacio de juego para muchos niños en un entorno natural. Construían casetas o celebraban San Juan. Primero acumulaban madera y ramas durante mucho tiempo para después hacer las candelarias.

Son lugares que hoy en día están totalmente urbanizados, pero toda desde el Real hacia la frontera era huerta. La granja escuela Gloria Fuertes también era una granja agrícola. Esa era la zona de su desarrollo personal y social.

Para él, la “pena” es que mucha gente no haya podido vivir esa Melilla antigua “que era muy ecologista, muy social y que ofrecía cosas que hoy no da”. Hoy en día, en cambio, anota, “ofrece otras cosas, es moderna y muy diferente a la otra”.

Si tuviera que quedarse con una, estaría ante “un dilema”, pero siempre teniendo en cuenta que es “imposible” volver atrás y que “lo que tenga que llegar, llegará”. Mientras tanto, asegura que hay que vivir la época actual, “que también tiene sus cosas interesantes”. “El pasado está muy bien, pero tenemos que seguir construyendo Melilla dándole calidad de vida. No son épocas comparables, sino que son muy diferentes, y lo que está por venir será también muy diferente al presente”, concluye Ventura.