La Benemérita dice que es “constante” que encuentren a menores en zonas de acceso restringido l El Instituto Armado subraya que esta situación es “dramática” y que los jóvenes ponen en peligro sus vidas a diario
La Guardia Civil localizó este fin de semana en zonas de acceso restringido del Puerto a doce menores que se pusieron a disposición de los Servicios Sociales de la Ciudad. Cinco de ellos fueron recogidos el sábado y otros siete, el domingo. Fue precisamente este último día cuando El Faro fue testigo de cómo un grupo de menas saltaba la valla que separa la Estación Marítima de la Cuesta de la Florentina para colarse en la zona del aparcamiento y de ahí, dirigirse al otro lado del muelle, mientras que la Cofradía del Nazareno hacía el traslado de sus tronos.
La Benemérita afirmó que imágenes como éstas son “constantes” y se producen “a diario”. Aseveró que las actuaciones para localizar a menores en las cercanías del Puerto son continuas.
La Guardia Civil resaltó que estos jóvenes “corren un gran peligro para su integridad”. Añadió que se trata de una situación dramática porque se pueden hacer daño al saltar desde las murallas de El Pueblo o al intentar llegar a nado a los barcos.
Saltar y esconderse
Como publicó este periódico, el domingo cinco menores treparon por esta verja aprovechando el barullo de la gente que acompañaba a la Cofradía del Nazareno en su traslado desde El Pueblo hasta la Plaza de Toros. Los jóvenes saltaron esta valla y se escondieron en los matorrales de una mediana que separa la carretera del aparcamiento de la Estación Marítima.
Cuando comprobaron que no les veía nadie, anduvieron entre los vehículos que estaban estacionados y corrieron hasta la verja que separa esta zona de la del puerto comercial. También lograron superar este obstáculo, aunque a los pocos minutos eran localizados por los agentes de la Guardia Civil.
Los chicos salieron corriendo mientras gritaban y reían, como si se tratara de un juego.
Los agentes les gritaban “Venga para afuera” y ellos huían de la Estación Marítima para mezclarse con los melillenses que esperaban que los tronos del Nazareno continuaran su camino.
Actuaciones frecuentes
La localización de menores en el Puerto o en sus inmediaciones es una actuación “frecuente” para la Guardia Civil. A pesar de que consigue evitar que algunos menores arriesguen sus vidas, como los cinco menas que encontraron en el muelle el domingo. En otras ocasiones, los jóvenes burlan la vigilancia de los agentes y ponen en peligro sus vidas.
Esto ocurrió el pasado sábado 12 cuando un grupo de menores saltó al mar para alcanzar los barcos que conectan Melilla con la península. Sin embargo, uno de ellos de entre 14 y 15 años no lo logró y murió de hipotermia. Este joven había estado hasta en seis ocasiones acogido en La Purísima.
Según los últimos datos facilitados por el consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, habría unos 500 menores acogidos en Melilla, en diferentes centros y en la calle, y se estima que hay entre 180 y 200 al otro lado de la frontera esperando a entrar.
“Si hay menores en la calle es por la política de tutela de la Ciudad”
El presidente de la Asociación Prodein, José Palazón, aseguró a El Faro que la imagen de menores corriendo por la Estación Marítima para colarse en el Puerto es algo habitual. “Eso es así cada día y cada noche”, aseveró Palazón, que añadió que se trata de “una población en peligro” porque se juegan la vida para llegar a los barcos.
Para este dirigente de la ONG, “si hay menores en la calle es como consecuencia de la política de tutela de la Administración, de las condiciones de La Purísima y de la falta de documentación”.
En este sentido, explicó que no se trata sólo de las denuncias que ha realizado Prodein en estos años, sino de las que hizo el Defensor del Pueblo, tras su visita a finales de septiembre del pasado año a este centro de acogida de la ciudad.
Esta institución señaló la falta de espacio para los menores en La Purísima, la demora en obtener la autorización de residencia y la extinción de la misma cuando cumplen 18 años y la discriminación en su escolarización como circunstancias que “desincentivan su permanencia en el centro de acogida”.
Es más añadió que son “un acicate” para que estos jóvenes quieran dirigirse a la península.
También recordó Palazón que el Defensor del Pueblo solicitó más medidas educativas porque las policiales no estaban dando resultados. “Más trabajadores sociales y menos agentes”, añadió.