Ayer se despedían de Melilla los dieciséis agentes policiales de distintos países europeos que durante esta semana han estado de visita en la ciudad conociendo de primera mano el trabajo que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado realizan en la frontera. No han dado a conocer ni balance ni informe de esta experiencia, aunque sí ha trascendido la sorpresa que en todos ellos produjo la complejidad de nuestro paso fronterizo y sobre todo lo que aquí conocemos como comercio atípico.
Para los residentes es ya un hecho cotidiano; una seña de identidad que, en más de una ocasión, ha creado algún que otro conflicto.
De ahí, la importancia de cuidar y atender como se merece –si es necesario con más personal– la frontera y hacer todo cuanto sea posible por evitar esos problemas.
Uno de los más álgidos, el de las multas por la no renovación de la ‘tarjeta verde’, parece que tiene algún viso de solventarse. Al menos así lo vendía ayer la CIM, quien anunció el acuerdo alcanzado con el país vecino para retirar las multas ya impuestas.