El proyecto melillense que ha vestido de luz al Fuerte Victoria Grande y sus zonas aledañas no deja de recibir el fruto de su trabajo en forma de premios y reconocimientos.
El equipo encargado de la ejecución de la obra lo conformaron casi íntegramente personas nacidas en nuestra ciudad, como lo eran el director de obra, ingenieros y demás operarios. El agente foráneo, el almeriense Javier Górriz, fue el responsable de diseñar la iluminación estricta de la obra y atendió a El Faro tras el último premio que se le ha concedido en México, el ‘Sentido de la Luz’ de los Construlita Awards.
Górriz, que vivió doce años en Melilla, adquirió aquí gran parte de las tablas profesionales que hoy demuestra en sus trabajos, por lo que se siente “doblemente orgulloso” de poder contribuir con su tesón “a la preserva y promoción de un material histórico tan importante”.
‘Digno de concurso’
El encargado de pintar de luz este bastión militar alega que sigue asombrándose con los galardones recibidos, pero reconoce que, nada más acabar la obra, comentaba con el arquitecto del proyecto, Jose Antonio Fernández, que el resultado “era digno de concurso”.
Javier Górriz es tan sólo un componente del multidisciplinar equipo que llevó a cabo esta restauración. Bajo la tutela de la Consejería de Fomento de la Ciudad han trabajado DCI (empresa de iluminación fundada por Górriz), y el estudio Chacel 8 Arquitectura, comandado por José Antonio Fernández, pieza clave del proyecto.
La singularidad y valía de la obra reside en la concatenación de elementos pasados y presentes, en la vida del fuerte y de Melilla misma. Gracias a la armoniosa disposición de las fuentes lumínicas, se han resaltado o difuminado ciertas componentes históricas adheridas a cada una de las salas y pasadizos del Fuerte Victoria Grande.
Así pues, paseando por el monumento, podremos sentir en primera persona la evolución misma de la historia fortificación. A lo largo de ese discurrir del tiempo, esta plaza ha sido bastión defensivo de la ciudad, para más tarde convertirse en prisión y finalmente quedar abandonado en la ruina.
Sobre el proyecto, que en todo momento ha sido impulsado por la Consejería de Fomento, destacó el interés especial de Antonio Jódar por el mismo. Con este trabajo se quería dar relieve así al pasar de los años por el fuerte, anexionando épocas y experiencias distintas sobre la estructura de una edificación olvidada.
Si bien cuando fue construido el fuerte, en el siglo XVII, no había iluminación artificial, ahora se han incorporado técnicas contemporáneas para contar la historia del mismo. Se ha jugado con las luces y sombras, ocultado puntos de luminosidad o llegando a la recreación del efecto que producían las lámparas de aceite que, originariamente, colgaban de las paredes del recinto amurallado.
Górriz, el encargado de la iluminación, considera clave ésta y otras consecuciones similares, pues con elementos del siglo XXI han conseguido crear un “entorno mágico en un lugar mágico, con un enclave espectacular, una construcción muy interesante y una serie de galerías y pasadizos únicos en el continente”.
Exprimiendo los LEDs
Para la propicia ambientación del Fuerte Victoria Grande se ha trabajado con las diferentes posibilidades que ofrece la tecnología LED. La iluminación de la obra se ha propuesto como un elemento de integración en la arquitectura, sin que pueda interferir abruptamente en el disfrute visual de los visitantes.
La diferente disposición de los elementos lumínicos confieren un amplio abanico de sensaciones, como las proporcionadas por la luz indirecta en forma de estructura colgantes bajo las bóvedas del interior, o los dramáticos contraluces observados en las celosías de piedra del exterior.
Otras fuentes lumínicas, por ejemplo, están dispuestas con aletas cortaflujos para hacer dirigir al visitante su mirada hacia las garitas de vigilancia. Desde el foso, además, se da luz a todo el perímetro con un haz que se va difuminando hasta la parte superior de la muralla. La mesura e integración del alumbrado con la fortaleza han sido las premisas principales de la obra, como reconocía Górriz.
Toda la iluminación está digitalizada y es regulable desde un mando de control, un tablet o un smartphone. Con este sistema de control de la luminotecnia instalada se puede gozar de una mayor eficiencia energética. Según la hora que sea, así se programa una determinada cantidad de luz a proyectar sobre el edificio. La obra está abierta al público desde el pasado 30 de marzo, y el coste total de la operación rondó los 1,2 millones de euros.
Con este trabajo, según Górriz, se ha conseguido potenciar la belleza de la fortificación, pues con la simple incidencia de la luz solar no se pueden apreciar los bellos matices que dan relieve, profundidad y solemnidad a la fortaleza melillense.
La iluminación del fuerte, recien premiada con el ‘Sentido de la luz’ de los Construlita Awards de México
La rehabilitación e iluminación del Fuerte Victoria Grande ha recibido hasta el momento una gran cantidad de reconocimientos y agasajos. El último de ellos, en forma de premio y proveniente de México, donde ha recibido el galardón ‘Sentido de la luz’, otorgado en los Construlita Lighting Awards, galardón otorgado por una famosa empresa de luminotecnia con sede en el país centroamericano.
Esta consideración se une a las anteriormente recibidas en otros certámenes como el City People Light, donde recibió el Premio del Público, y en Codega 2015, donde obtuvo el primer puesto en la categoría de Diseño de Iluminación.
Además, la obra fue finalista en los Darcawards, una de las ceremonias más prestigiosas del mundillo, si no la que más. Allí concurría como postulante al galardón de Mejor Montaje Exterior.
Además, el proyecto de Górriz y Chacel 8 ha tenido la repercusión suficiente como para aparecer en las mejores revistas especializadas, como lo son Icandela (en los números 17 y 19), Iluminet, Lightecture o la más prestigiosa y leída del género, Mondoarc.
Górriz reconoció a El Faro que, pese a la magnitud de los galardones obtenidos, el que más ilusión le hizo al equipo fue el otorgado por el público del City People Light, pues considera que lo más gratificante de su trabajo es poder levantar gratas sensaciones entre los espectadores de la obra.
Comentó Górriz que una de las valías del proyecto es haber conseguido transmitir diferentes estados de emoción que hagan revivir a los visitantes distintas épocas pasadas. Recuperar recuerdos limpios y peliagudos jugando con los claroscuros.
El trabajo finalizará con el alumbrado de todos los fuertes
En vista del buen trabajo realizado, y como colofón de un proyecto espectacular que dotará de luz todo el recinto amurallado de Melilla, se planea a corto plazo la iluminación de los otros dos fuertes que circundan al de Victoria Grande: el Victoria Chica y el del Rosario. Para tales proyectos se contará con la colaboración de la arquitecta Ana Viñas y del director de obra Luis Montero, respectivamente.
Se pretende así dotar de toda la magia posible a un enclave privilegiado, con unas vistas magníficas, que tras la acometida de esta iluminación conformarán un paisaje visual sin parangón.
La idea inicial es relatar, con las luces, diferentes historias en cada uno de los recintos. Se jugará con una composición coral que aglutine elementos comunes, pero también con otras más transgresoras que transporten al visitante a diferentes espacios temporales.
Así pues, cada fortificación tendrá su iluminación propia, especialmente en cada uno de los patios interiores.
La idea es transformar un paisaje “peliagudo”, según Górriz, en la cálida puerta de entrada a la ciudad autónoma.