Se le acusa de sendos delitos de robo y lesiones, presuntamente cometidos poco después de haber cumplido otra condena.
El Ministerio Fiscal solicitó ayer una pena de prisión de cinco años por un robo con fuerza y otra de un año por un delito de lesiones para un hombre que llevaba escasos meses en la calle tras haber cumplido condena por otro delito.
El 23 de agosto de 2014, el acusado, cuyas iniciales son F. D., presuntamente agredió a un joven dentro del portal de un edificio de viviendas para robarle. El inculpado niega que perpetrara ese acto y asegura que a las horas en las que se produjo había ido en su coche a recoger a su mujer en un bar del barrio de El Real donde ella trabaja.
La victima del asalto, J. N., aseguró que el acusado fue quien le “agredió” el día de los hechos.
“¿Está usted seguro?”, le preguntó la fiscal, subrayando la gravedad de los hechos que se le imputaban a F. D. “Se pide una condena de seis años”, le informó, haciéndole saber de esta forma que su declaración era fundamental para condenar o absolver a esa persona.
Momento de la agresión
El testigo perjudicado aseguró estar convencido de que F. D. fue la primera persona que lo atacó. Indicó que el acusado se dirigió a él cuando llamaba al timbre del portal. “No entendí lo que me dijo”, declaró, para añadir a continuación que, una vez dentro del inmueble, el inculpado le asaltó.
“Vino por detrás y me agarró del cuello”, aseveró J. N. , especificando que este ataque sucedió “cuando subía las escaleras”. Después, añadió que llegaron otros dos hombres que lo golpearon. “Luego perdí el conocimiento”, señaló.
La víctima sufrió una brecha en la cabeza como consecuencia de la agresión. Tras recuperar el conocimiento, se encaminó a la comisaría de Policía, donde el agente que lo atendió le mostró fotografías de delincuentes habituales.
Contradicciones
El agredido afirmó que dudó entre dos de las imágenes que se le mostraron, pero que al final vio claro que quien lo atacó era el acusado, al que identificó en la vista de ayer como autor de los hechos.
El policía, sin embargo, declaró ante la juez que la víctima reconoció “sin duda” a F. D. cuando se le mostraron las fotografías.
El abogado defensor preguntó a la víctima si su agresor “tenía un tatuaje en el brazo”, algo que no recordaba. Así, basó parte de su alegato de defensa en que su cliente sí tenía el brazo tatuado en el momento de los hechos.
Asimismo, el letrado afirmó que la imagen de su defendido “salió en los medios de comunicación por los incidentes en La Cañada de siete meses antes” al momento de las conductas enjuiciadas ayer. Ésa es, según el abogado, la razón de que el denunciante tuviera en mente el rostro de F. D. “No hay pruebas directas ni indicios”, concluyó.
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