No conocen al detenido y aseguran que Ouchda no estaba embarazada: “No podía tener hijos”. La hermana y el cuñado de Ouchda deciden armarse de valor y conceder una entrevista en exclusiva a El Faro con la intención de lavar su imagen, después de las “mentiras y barbaridades” que se han dicho relacionadas con la muerte de su hermana. Ouchda tenía 24 años, hacía dos que vivía en Melilla cuidando de su sobrino porque su hermana viaja frecuentemente a Francia por motivos médicos. “Estaba llena de vida. Mi hermana era una joven alegre y se reía mucho. Aún no puedo creer lo que ha pasado”, afirma.
Niega rotundamente que su hermana ejerciera la prostitución, aunque tenía dos amigas que sí “hacen la calle”. De hecho, la hermana de Ouchda asegura que una de ellas “sabe algo” de lo que le pasó a la joven en la noche del domingo 27. El cuñado afirma que cenaron y recibió una llamada de esta ‘amiga’. Salió a la calle a medianoche y no tuvo noticias suyas hasta tres días después.
“Ella no era prostituta. Es mentira. Tiene a su novio Ángel, que está destrozado”, lamenta la hermana, quien dice no entender por qué se ha extendido la idea de que Ouchda ejercía la prostitución. Desmiente así las afirmaciones de una de las supuestas ‘colegas de la calle’ de su hermana. “Los que han extendido estos rumores no tienen corazón. La familia en Mekinez (localidad marroquí cerca de Fez) y en Francia están destrozados. Todos lo estamos y no dejan de decir mentiras y publicar su foto”, lamenta.
Ante todo tanto ella como su marido quieren dejar claro que Oucha ni era prostituta, ni estaba embarazada, ni estaba extorsionando a nadie. Tenía su novio, apenas salía de casa y ni mucho menos fue hallada descuartizada. El cuerpo estaba metido en una bolsa de deportes, bajo unos cartones y lo habían lavado. La familia de Ouchda quiere justicia. “Si es verdad que lo ha hecho, que lo pague con la cárcel”, afirman sobre la detención de Juan Manuel Coronil.
Estaba en Francia cuando le comunicaron el trágico desenlace de su hermana. “No pude creerlo, aún no lo creo. Mi hijo lleva desde que desapareció llamándola ‘mamá’, porque ella era quien le cuidaba”, explica.
Sospecha que el detenido y presunto asesino preparó el crimen y que su hermana se defendió cuando la agredió. Si no, no se explica que, además del golpe en la cabeza, el cuerpo de Ouchda presentara otras lesiones. Su marido coincide con esta valoración, máxime tras conocer que el supuesto autor del crimen fue visto con arañazos en la cara. “¿Por qué la Guardia Civil no me miró a mí si tenía moratones? Cualquier persona, cuando la atacan, se intenta defender”, se pregunta.
La hermana de Ouchda recuerda que le gustaba mucho la ropa. “Cada vez que venía de Francia, le traía ropa nueva porque le gustaba mucho la moda. Para mí era como una hija, no podía negarle nada. Cuidaba a mi hijo y, de hecho, él le llama ‘mamá’. ¿Cómo iba a ser prostituta si tenía que cuidar al niño?”, se pregunta.
Recuerda que hace dos años vino a Melilla para cuidar del pequeño. En Marruecos, cuando aún era menor, se casó y al poco tiempo se divorció. “Eran muy jóvenes”, afirma el cuñado de Ouchda. Él fue el último que vio con vida a la joven de 24 años aquel domingo por la noche. “Estuvimos limpiando pescado y después de cenar, salió a la calle”, recuerda.
Le han contado que el lunes, varias amigas suyas fueron a la comisaría a poner una denuncia, “pero no les hicieron caso, bien porque son extranjeras o porque son prostitutas. No les hacen caso. Las agreden, las lesionan y la Policía no les hace caso”, afirma el cuñado de Ouchda. Por ello, reclama a las autoridades que, cuando se encuentren con estos casos, “al menos deberían escuchar a estas mujeres”.
Ahora este matrimonio únicamente quiere dos cosas: Llevarse el cuerpo de Ouchda a Marruecos para enterrarla y que el peso de la justicia caiga sobre el asesino. “Si es la persona que han detenido, que lo pague en la cárcel”.