La falta crónica de fondos en la salud pública de Melilla

Febrero y marzo del año 2023, dos fechas marcadas de las que no hay nada que celebrar. Ganas de llorar es lo que le han dado a un paciente al ver que nadie le atiende en el hospital.

A lo que voy. Como consecuencia de un dolor crónico que me ha aparecido en ambos talones y de sufrir alteraciones respiratorias, decidí acudir en busca de ayuda a mi médico de cabecera, para que me derivaran a ambas especialidades médicas. Me la adjudicaron en febrero y marzo del año pasado. Me han dado cita médica para las especialidades… y aún sigo esperando.

Quise confirmarlo en una de las ventanillas del hospital junto con el jefe médico de admisión que, tras más de quince minutos de cola, y otros tantos de explicación, consultó con su pantalla y me dijo que no había cupo ni fecha en la agenda para ninguna consulta. Que significa: “que no hay citas para las especialidades” hasta nueva orden. La única solución que me daba era esperar a que me llamaran desde la “ventanilla de gestión de citas”. Imagino que no soy el único melillense al que le ocurre. Lo cual es bastante inquietante.

La escasez de recursos en el que se encuentra el Hospital Comarcal y los Centros de Salud tiene que acabar.

Es insostenible este estado de las cosas. La desidia prolongada instalada en el hospital de todos, de una sociedad melillense que está sufriendo en carne propia las consecuencias de INGESA de una gestión de la administración sanitaria atrofiada, de la inoperancia del Ministerio de Sanidad y del propio gobierno socialista; no lo digo yo, los médicos advierten: la crisis en nuestra sanidad pública está alcanzando niveles críticos, la falta de recursos técnicos, de personal médico, la gravedad de urgencias, la escasez de camas, de la incapacidad política para sacarla del atascadero nos queda un hospital y una sanidad anquilosada.

En este contexto, habrá que recordarle a nuestra Ministra de Seguridad Social y Migraciones Elma Saiz, que hace poco nos regaló con su visita. Lamentablemente lo peor de todo es “el más mal sabor de boca nos dejó” y que viniera a darse un paseo por el parque Hernández a hacerse la foto y no tuviera tiempo para solucionar el problema que tiene Melilla.

En esta línea, la responsabilidad de la gestión y de las inversiones corresponde a su ministerio y el papel de la Ministra era adoptar medidas, sentando a todos en una misma mesa, al gobierno de la ciudad y al Colegio Médico y, trabajar juntos, es absolutamente clave, con ellos puede tener un diálogo sincero para una solución efectiva que defienda los intereses de los pacientes melillenses y de sus familiares.

Claramente, hay un gran problema. La escasez de médicos en Melilla tiene que ver tanto con los números como con la geografía.

Con el objetivo de buscar soluciones a los problemas de nuestra sanidad, los médicos han presentado distintas medidas y propuestas para mejorar las condiciones de la asistencia sanitaria tanto a profesionales como a pacientes.

Cansados, sobrecargados de trabajo y mal pagados, esas son sus condiciones laborales ante la evidente falta de personal sanitario (enfermeros y médicos en particular), muchas horas extras para compensar la escasez de personal; significa que su salud y la de sus pacientes están en riesgo debido a las malas condiciones de trabajo.

También está la maldición de la lejanía y de los transportes, de una ciudad pequeña, sueldos pocos atractivos para atraer y quedarse, hacen del hospital de Melilla como de difícil cobertura en comparación con los médicos de otras Comunidades Autónomas.

Demasiado lejos, demasiado viejos, demasiado pocos; un problema que no se soluciona con un maltrato y un desprecio tan agudo con Melilla de la Ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones Elma Saiz que tendrá sus consecuencias destructivas de ignorar un conflicto que atañe a la salud de los melillenses, por lo tanto qué les importa la vida de los melillenses.

El estancamiento prolongado de la sanidad en el que se encuentra la ciudad tiene que acabar. El gobierno de Melilla ha entendido que es insostenible este continuo estado de las cosas que hace sufrir en carne propia las consecuencias de la incompetencia política del gobierno de Sánchez (el Estado tiene la obligación de garantizar la salud de todos los españoles). En este contexto, el Partido Popular ha reclamado una encomienda de gestión al Ingesa, que tiene la gestión sanitaria en Melilla, para hacer frente a la urgencia de la escasez de trabajadores sanitarios. De tal manera que los melillenses disfruten del efectivo derecho a la protección de la salud, adoptando medidas para agilizar mejoras sanitarias y hacer frente a la escasez de médicos y enfermeros, mejorando la calidad asistencial y la seguridad del paciente y del profesional.

PD. Desgraciadamente me acabo de enterar de otra mala decisión para nuestra sanidad, el gobierno de Sánchez que con su tradicional abuso de autoridad, ha denegado la encomienda sanitaria para una situación de extraordinaria y urgente necesidad que padece Melilla.

Los melillenses ya están cansados de la ineficacia, abuso y abandono del gobierno de Sánchez que ha convertido en crónicos los problemas de la frontera, paro, incentivos fiscales, transportes… y ahora vivir en Melilla implica tener menos derechos con la salud que hacerlo en la península. Luego pregunto: ¿Pero por qué el gobierno de Sánchez no se preocupa de los problemas de Melilla ?.