El centro acoge a más de 1.700 personas a pesar de los traslados de esta semana.
La entrada diaria de sirios impide que baje la ocupación del CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes). Fuentes del centro aseguraron ayer en declaraciones a El Faro que diariamente llegan grupos de ciudadanos sirios a las instalaciones. Desde la puesta en funcionamiento de las oficinas de asilo de Beni Enzar la llegada de estos ciudadanos que huyen de la guerra en su país es incesante. Esta es una de las razones que hacen que aunque semanalmente se produzcan traslados a la península, esta semana han salido 157 residentes, la cifra total de ocupantes no baje.
Nuevas formas de trabajo
Desde el centro apuntan, además, que la llegada de sirios ha hecho que cambie también la dinámica de trabajo. El perfil de los residentes ha sufrido una transformación importante. Hasta hace un tiempo la mayoría eran hombres jóvenes y solos. Ahora, el centro se ha llenado de familias, que requieren una atención completamente distinta. Los trabajadores del centro no sólo tienen que enfrentarse a un incremento en el volumen de trabajo, sino también adaptarse a las nuevas atenciones.
El idioma es uno de los asuntos más complicados, pero no el único. También tienen que realizarse las gestiones necesarias para la escolarización de los niños en centros públicos de nuestra ciudad. Además, teniendo en cuenta la saturación que sufren las instalaciones, resulta también más complejo conseguir acomodar a las familias.
Mediadores en las peleas
En cuanto a la convivencia en el CETI, desde el centro apuntan que los problemas que surgen entre ciudadanos sirios, son viejas rencillas que arrastran desde sus países de origen. Un ejemplo de esto, apuntan, es la pelea que se produjo esta semana en la puerta del centro y que se saldó con cuatro personas heridas. No se trata de un hecho aislado, aunque aseguran que suelen ser pequeños conflictos que no tienen mayores consecuencias.
En este asunto, la labor de los trabajadores del centro también es esencial. Actúan como mediadores. Tras la pelea de esta semana, los responsables del CETI se han reunido con los implicados para tratar de calmar los ánimos. Por el momento ha surtido efecto y han entrado en razón. Esta suele ser la forma de actuar. Cuando se produce algún enfrentamiento, los propios empleados del centro buscan la forma de solucionarlo hablando con las personas que se enfrentan. La sobreocupación de las instalaciones y el empeoramiento de las condiciones en las que viven los residentes, alrededor de 400 duermen en tiendas de campaña, genera estas tensiones, que afortunadamente suelen ser resueltas con relativa facilidad.
No obstante, desde el centro insisten en que aunque es cierto que se producen peleas y discusiones entre los internos, el clima en general no es muy conflictivo a pesar de las dificultades y la situación es pacífica, con las “rencillas” propias que pueden surgir en unas instalaciones preparadas para acoger a 480 personas y en las que actualmente residen más de 1.700.
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