La Plaza Multifuncional de San Lorenzo acogió ayer los actos centrales de la Campaña Mundial por la Educación. Más de 300 niños melillenses reivindicaron una enseñanza accesible.
La Plaza Multifuncional de San Lorenzo se convirtió ayer en un espacio para reivindicar la Educación pública y de calidad. La ciudad se sumó un año más a la Campaña Mundial por la Educación, con la lectura de un manifiesto en el que el respeto a la figura de los profesores fue, sin ninguna duda, el protagonista. ‘Sin profes no hay escuela’, que es el lema de la campaña de este año, fue también el hilo conductor de este discurso, con el que diferentes colectivos de la ciudad han querido mostrar su apoyo a los docentes y pedir que el sistema de enseñanza llegue a todos los rincones de nuestro planeta.
El objetivo de esta campaña, que se celebra en todo el mundo, es lograr que la Educación sea realmente un derecho universal en 2015, algo que los organizadores saben que será complicado. Los datos con los que cuentan los promotores de esta iniciativa apuntan que en el mundo se necesitarían 1,7 millones de profesores más de los que hay actualmente para que la Educación Primaria pudiera llegar a todos los niños, un reto que sin duda es complicado.
Sin embargo, profesores, padres, alumnos y ciudadanos en general no cesan en su empeño de seguir pidiendo algo que consideran justo y que sin duda es la base de una sociedad más igualitaria: el acceso de todos a la educación.
La Dirección Provincial, con José Manuel Cazado a la cabeza y la Consejería de Educación, con Antonio Miranda, han apoyado esta iniciativa a la que también se suma, entre otros, la Universidad de Granada, con la presencia del delegado del rector en el Campus de Melilla, Sebastián Sánchez.
La celebración de este año de la Campaña de la Educación contó además en Melilla con la presencia de la coordinadora nacional del proyecto, Leticia Silvela, que destacó la importancia de luchar para que los recortes provocados por la actual situación de crisis económica no afecten ni a la educación en nuestro país, ni a la inversión en cooperación. Silvela apuntó que los Gobiernos no pueden olvidar su compromiso con países en los que el sistema de enseñanza es inaccesible o no cumple los parámetros mínimos de calidad.
Durante la jornada decenas de personas se acercaron a la plaza, en la que los niños fueron unos de los principales protagonistas, como no podía ser de otra manera. Antes y después de la lectura del manifiesto, que también se pudo escuchar en Tamazight, se organizaron actividades y juegos para los más pequeños.
El intercambio de libros fue una de las acciones más destacadas. Cada pequeño llevó una publicación para después cambiarla con otro niño. Con ello pretendían fomentar la lectura, pero también afianzar valores como la solidaridad o la importancia de compartir.
Además de este intercambio los pequeños pudieron participar en diferentes talleres aprovechando la mañana de sol del domingo. El teatro de marionetas, los grafitis, la pintura corporal, el baile o juegos tradicionales como el pañuelo o el 'corro de la patata', formaron parten de estas actividades.
Los participantes quisieron destacar, además, que la jornada de ayer era sólo el colofón a varias semanas de trabajo que se han realizado en diferentes centros educativos de la ciudad, en los que se han repartido camisetas y lápices de colores, pero sobre todo se ha enseñado a los niños la importancia de un mundo en el que el acceso a la formación no sea un privilegio sino un derecho de todos.
Una buena educación es, sin duda, la base de una sociedad más justa, más igualitaria y más reivindicativa. Conseguir que los colectivos más desfavorecidos y los países en los que la enseñanza parece aún una utopía acaben accediendo a la formación tiene que ser no sólo un reto sino una obligación para los que aún no la tienen y también para los que ya la han conseguido.