El curso organizado por Mujer y Juventud se clausura con un éxito de asistencia y participación de más 140 personas.
La viceconsejera de la Mujer, Mercedes Espinosa, clausuró ayer las primeras jornadas ‘La sexualidad en la adolescencia y juventud: actitudes y comportamientos de riesgo’ que han estado organizadas además por la viceconsejería de Juventud de la Ciudad Autónoma. En la conclusión del curso y tras una mesa redonda donde se reunió a varios ponentes que han participado estos días con sus conferencias, se indicó que la educación afectivo-sexual en los jóvenes, adolescentes y niños, y un compromiso social serían las claves para realizar un cambio en la mentalidad actual y así conseguir que el número de abusos y agresiones sexuales y la violencia de género disminuya considerablemente.
Para cerrar el curso, se hizo entrega de los diplomas acreditativos a los más de 140 alumnos que han cursado durante estos dos días este programa.
Estudio de prevención
La primera ponencia de la tarde estuvo a cargo del psicólogo Pablo Santos Iglesias quien rescató para su charla los datos obtenidos en un estudio realizado por la Universidad de Granada con cerca de 500 mujeres de diferentes facultades, entre las que se incluyen la de Humanidades y Enfermería de Melilla.
Así, bajo el título ‘Comunicación y prevención de riesgos sexuales: asertividad, infecciones de transmisión sexual y agresiones sexuales’, se destacó la importancia de analizar cuál es la influencia que tienen esos procesos de comunicación en determinados riesgos sexuales. Por ejemplo, Santos indicó que se trata de relaciones sexuales disfuncionales, enfermedades de transmisión sexual o contagio por el VIH y también sobre las agresiones sexuales en adolescentes.
“Este tipo de estudios se realizan para encontrar evidencias empíricas que nos expliquen porqué suceden determinados fenómenos, como las agresiones sexuales, y cuáles son las respuestas y estrategias más efectivas para el tratamiento o preventivas para las mujeres”, afirmó este ponente.
Actitudes
La asertividad sexual es una actitud analizada en este estudio y se define como la capacidad o habilidad que tiene una persona para iniciar contacto sexual deseado, rechazar un contacto sexual no deseado o la capacidad para negociar conductas sexuales segura. Así, se trata de una habilidad basada en el derecho que tiene una persona a mantener la autonomía sobre su propia experiencia sexual, si tiende a poner unos límites, a decir qué es lo que considera oportuno, necesario o adecuado en base a esto, tal y como indicó Santos.
Otra de las actitudes que se pueden adoptar es la autorrevelación sexual que, por lo tanto, es otro proceso de comunicación sexual que tiene que ver más con comunicar con una pareja qué es lo que a uno le gusta o le disgusta en sus relaciones sexuales.
En este sentido, la diferencia entre la asertividad y la autorrevelación es que la primera tiene un componente más de solicitar una intención conceptual y comportamental a la otra persona, con lo cual, los cambios que suscitan son más poderosos y efectivos que la autorebelación sexual.
Por su parte, la abogada y técnica del Observatorio de Igualdad de Melilla, Francisca Gómez Díaz, realizó una ponencia titulada ‘Las agresiones sexuales desde el ámbito jurídico’, donde se explicó desde este punto de vista las violaciones, el acoso y el abuso sexual, el exhibicionismo, la prostitución, la zoofilia y la necrofilia.
“La diferencia que hay entre el abuso y la agresión sexual es que en el segundo caso hay violencia, aunque en ambas se debe destacar que no hay consentimiento por la persona”, explicó Gómez.
Antes de la entrega de diplomas, se organizó una mesa redonda donde intervinieron varios de los ponentes que han intervenido en el curso. Así, se trató, por ejemplo, que la violencia de género debe ser detectada por los jóvenes y que muchos no consideran que el sometimiento a la pareja pueda acarrear o desencadenarla en un futuro.