Los melillenses acuden masivamente a la inauguración del evento del verano dispuestos a disfrutar de un fin de semana repleto de actividades, talleres y actuaciones a lo largo y ancho de Melilla La Vieja.
La octava edición del Mercado Medieval de Melilla no ha podido empezar con más fuerza. La cabalgata inaugural, que recorrió en la tarde de ayer la Avenida hasta Melilla La Vieja, fue sin duda una de las más espectaculares de las que se han visto con la participación este año de la compañía teatral francesa ‘Entr’act’, quienes causaron sensación con sus estrambóticos personajes, cuidado vestuario y espectacular maquillaje. La música corrió a cargo de la agrupación marroquí, procedente de Granada, Alfolk. Otra de las novedades que causó sensación fue el fakir, procedente de Israel, que no dudó en colgarse, literalmente, de la espalda únicamente sujeto con dos ganchos adheridos a la piel.
No faltaron tampoco los veteranos como el loco de la jaula, las pitones de Juan ‘El Indio’ y el druida con sus conjuros.
Minutos después de que el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, acompañado del responsable de la Fundación Melilla Monumental, José Vallés, cortaran la cinta inaugural en la Puerta de la Marina, en la plaza de las Culturas se preparaba el gran torneo medieval que ofrecerá más funciones durante el fin de semana.
La ciudadela lució sus mejores galas medievales para recibir a cientos de melillenses que desde primera hora de la tarde ya se dejaron caer por el recinto para ser los primeros en visitar el Mercado Medieval, uno de los más “potentes” de los últimos años, según destacó Imbroda, tras recorrer cerca de 80 puestos comerciales.
La plaza de Armas volvió a ser el escenario de un campamento medieval con una amplia variedad de actividades y espectáculos de la Edad Media que hará las delicias de mayores y pequeños. El camino por el medievo continúa hasta el recién estrenado Foso del Hornabeque con lo que el mercado alcanza así su extensión máxima, aprovechando cada rincón.
Además, las calles del Pueblo estarán amenizadas con diversos espectáculos para todos los públicos. Músicos, un loco enjaulado y un Krakort conducido por un duende se suman a otras actividades ya conocidas en el Mercado como el puesto del luthier, el copista o el adivino.
También hay un hueco para los más glotones que podrán elegir entre los dulces más exquisitos, desde bollería artesanal hasta las más extravagantes gominolas con sabores impensables. Fiambres y embutido de todo tipo y un millar de variedades de quesos que se pueden completar con una cena contundente con costillas, morcilla y chorizo.
Y es que el Mercado Medieval guarda multitud de sorpresas para vivir momentos inolvidables en compañía de amigos y familiares.
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