La respuesta del Gobierno central a una pregunta planteada por un diputado socialista en el Congreso de los Diputados ha dejado un poco más clara cuál es la realidad del mercado laboral en nuestra ciudad. El dato de que el 66% de parados registrados no tiene derecho a cobrar la prestación por desempleo sirve para revelar con una sola pincelada la situación por la que atraviesan muchas familias melillenses. Sólo el 33,9% de los trabajadores desocupados está cobrando el paro. Esta última cifra está escandalosamente alejada de la media nacional (60,9%) y del resto de autonomías (todas por encima del 54%), salvo Ceuta, que con sólo un 38,8% de desempleados con derecho a cobrar el paro vive una realidad muy parecida a la nuestra.
Estos números no sólo muestran la situación por la que atraviesan 8.335 ciudadanos del total de 12.605 sin empleo. También evidencia hasta qué punto es grave la crisis en nuestra ciudad y la dependencia que tenemos de las ayudas complementarias y de los conocidos planes de empleo para evitar que cientos de personas sean víctimas de la exclusión social y económica.
Melilla necesita atraer empresas capaces de ver una oportunidad de negocio en nuestra ciudad. De otra manera, será imposible librarnos de la dependencia de los Presupuestos Generales del Estado para mantenernos a flote. Tras la visita de los responsables de Globalia para presentar sus planes de expansión por el norte de África, la apuesta de Melilla Airlines por empezar a volar el próximo 29 de abril y el anuncio de Telefónica de mejoras en sus infraestructuras, ahora llega la noticia de que inversores privados estudian instalar un hotel en el puerto. Son proyectos que permiten mirar el futuro con cierta esperanza desde un presente angustioso para demasiadas familias melillenses.