Un día después del salto a la valla de 602 inmigrantes el pasado jueves en Ceuta, cuatro subsaharianos entraron ayer por la tarde a nuestra ciudad por el vallado próximo al cementerio musulmán.
Mientras que las personas que saltaron la valla en la ciudad caballa utilizaron cal viva, palos, cizallas y esprays como lanzallamas, entre otros objetos, que dejaron 154 heridos (132 inmigrantes y 22 guardias civiles), la entrada en Melilla fue tranquila y no hubo incidentes, según confirmó la Delegación del Gobierno.
Desde la entrada en Ceuta el pasado jueves, las reacciones no han cesado. El PP llegó incluso a criticar que la Delegación del Gobierno no hubiese escrito en redes sociales ni un mensaje mostrando su apoyo a la Guardia Civil. La responsable del Ejecutivo central en nuestra ciudad, Sabrina Moh, se defendió respondiendo ayer que había mantenido comunicación con el Ministerio del Interior y que se había interesado telefónicamente por la situación.
Para la senadora por el PP por Melilla Sofía Acedo, se está produciendo un “efecto llamada” a causa de los “mensajes difusos” del Gobierno central. Por su parte, Unión Progreso y Democracia en Melilla (UPyD) considera que la entrada a Ceuta “es un toque de advertencia de Marruecos” al Ejecutivo de Pedro Sánchez.
Al margen de polémicas, hay que ser cautos a la hora de abordar el fenómeno migratorio. Porque la desesperación continuará trayendo a personas hasta las dos ciudades fronterizas y hay que evitar daños personales.
Si una turba de africanos, violenta la frontera y soberanía de un país ataca a las fuerzas de seguridad, ¿se los va a premiar? ES INVASION. EL EJERCITO DEBE ACTUAR.