La falta de panaderos por el cierre de la frontera, la subida de las materias primas o la guerra de Ucrania son algunos de los motivos que han causado la crisis del pan. Cada vez somos más pobres, se ahorra mucho menos. A la subida de la luz o los combustibles se suma el encarecimiento de la cesta de la compra, lo que repercute en todos los sectores de la vida cotidiana, entre ellos el del pan. Más caro cada día y con menos sabor. A las panaderías les cuesta mucho más encontrar materias primas y producir el pan si, es que tienen personas que puedan hacerlo. Con todo esto el sector panadero está al límite. ¿Habrá que racionar el pan como ya se ha hecho con otros productos?
Se estima que en Melilla faltan entre 25 y 30 panaderos. Se necesita mano de obra cualificada y capacitada para sacar adelante las panaderías de la zona, según explica un portavoz del sector en la ciudad.
La situación es bastante preocupante y no se espera que se solucione a corto plazo. Esto lo achacan a que la Delegación del Gobierno ha tomado la decisión de no retomar los permisos transfronterizos. Por ahora, aseguran, las concesiones de esos permisos de trabajo están paralizadas, ya que aunque abran la frontera dentro de poco, es imposible que los que entren puedan trabajar inmediatamente.
Tal es la magnitud del problema, que incluso los empresarios panaderos están trabajando más horas. Algunos han tenido que ponerse manos a la masa, después de muchos años sin hacerlo, por la falta de personal o cerrar durante un tiempo al marcharse sus trabajadores.
La falta de mano de obra no solo afecta a la elaboración del pan sino también a la variedad. Si antes las panaderías hacían diferentes tipos de pan ahora tienen que amoldarse a solo fabricar el pan común. Las que antes podían hacer panes más especiales y variados, han tenido que dejar de hacerlos ya que estos requerían mucho más tiempo y unas materias primas diferentes. Con ello se ha pedido calidad.
Los empresarios panaderos esperan que la Delegación del Gobierno puedan resolver la situación con alguna excepcionalidad en su sector a la mayor brevedad posible.
El Real Decreto 308/2019, que ya ha entrado en vigor, establece un reglamento que aporta definiciones específicas para diferentes categorías de pan, ingredientes y procesos, con el fin de garantizar a los consumidores productos de calidad perfectamente caracterizados y etiquetados.
Algunas de las nuevas características son:
La definición de masa madre también cambia. Debe contener al menos el 5% de masa madre respecto al resto, no se le pueden añadir aditivos y
se le podrá incorporar máximo un 0,2% de levadura.
La nueva ley del pan no afecta directamente al panadero sino a los fabricantes de harina que tienen que reducir las cantidades de sal. Lo que sí les ha afectado gravemente es la subida de las materias primas, la harina, el aceite o la luz entre otros, que se han encarecido hasta un 40%, explican desde el sector de Panadería en Melilla.
Pero no es el único incremento que han registrado. El producto que menos ha subido su valor es un 30% más caro que hace unos meses, insisten.
Las panaderías lo soportan como pueden. La mayoría ha tenido que subir el precio del pan o acogerse a lo que se llama reduflación, que consiste en hacer el mismo pan al mismo precio pero de menor peso.
La venta de pan ha bajado mucho. Si antes una persona compraba de media 10 bollos de pan ahora compra 7 o se decantan por un pan de supermercado más barato y lo congelan. Esto se entiende analizando población de Melilla. Pese que existe una clase media-alta, la inmensa mayoría gana menos de 1.000€.
Como resultado, desde el sector local explican que las panaderías han tenido pérdidas de al menos un 10% de las ventas diarias hasta un 20%. Al perderse poder adquisitivo de la población el consumo de todo baja.
Las panaderías no pueden vender la barra de pan de 100 gramos que antes vendían a 35 céntimos a 65. Pero el caso de las panaderías se puede extrapolar a todos los sectores de la ciudad. Una familia que compraba 10 o 12 bollos que le costaban 0,35€ y ahora 0,60€, gastarían al día 6€ en pan, que sumado a la subida de todos los productos de consumo diario la población va a ser cada día más pobre.
Por fortuna para el panadero, hoy día se mantienen gracias a la venta de otros productos como bollería o productos salados.
Se espera que la guerra de Ucrania, que está repercutiendo negativamente en todos los sectores, acabe pronto. De lo contrario la Unión Europea debería cambiar la normativa de veto a la compra de trigo en países como Chile o Argentina, ya que el trigo nacional no es suficiente y no existen otros mercados para encontrar trigo.
Por ahora no falta pan pero si la situación sigue así, la Confederación de Panadería Nacional avisa de que se podría racionar el pan como se ha hecho con otros productos como el aceite de girasol.
La solución, dicen, pasa por bajar los impuestos de los productos para favorecer a las pequeñas y mediana empresas.
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