La crisis de Ceuta, uno de los detonantes para endurecer normas migratorias de la UE ante “ataques híbridos”

La crisis de Ceuta aparece entre las acciones que han llevado a la Unión Europea a endurecer las normas migratorias en previsión de nuevos “ataques híbridos” desde terceros países y que es uno de los fenómenos que estarán en primer plano en el año que acaba de comenzar.

En este 2022 la UE implementa un nuevo plan migratorio, con pilares como la suspensión temporal del derecho de asilo y el incremento de las devoluciones forzosas, recuerda el diario El País que cita declaraciones de la eurodiputada Sira Rego, candidata del grupo de la izquierda a presidir la Eurocámara en la segunda mitad de la legislatura, quien considera que las nuevas medidas son “De facto es una suspensión del derecho de asilo”.

El detonante parece ser la reciente crisis con Bielorrusia, aunque para Rego “no toda la culpa es de Minsk, por mucho que a uno no le guste lo que está pasando en ese país” y considera que esa nación “no tendría instrumentos contra la UE si contáramos con otro tipo de política migratoria”.

Considera factible una que facilite vías legales de entrada y no acumule millares de personas al otro lado de un “muro” esperando a jugarse la vida para entrar. Afirma la eurodiputada Rego que “la UE le entrega la llave a estos señores al mando de Gobiernos autoritarios”, y se remonta a lo acontecido con Turquía durante la crisis de refugiados de 2015.

Las propuestas de la UE

El País señala que tras la crisis con Bielorrusia el Ejecutivo comunitario hizo en diciembre pasado dos propuestas para endurecer las medidas de asilo ante situaciones de “instrumentalización de migrantes” por parte de terceros países con la “intención de desestabilizar” la UE y “poner en riesgo funciones esenciales” de un Estado miembro.

El 1 de diciembre de 2021 se conoció la primera de las iniciativas, la cual busca la autorización excepcional y limitada en el tiempo de un trato duro con los refugiados que lleguen a Polonia, Lituania y Letonia. Esta medida incluye mantener en la frontera a los aspirantes al asilo, prolongar hasta cuatro meses la tramitación de las solicitudes y devolver de manera expeditiva a quienes vean rechazada su petición. La segunda de las propuestas, hecha solo dos semanas después, está encaminada a que esas herramientas extraordinarias sean permanentes y ampliarlas a todo el club comunitario.

Considera que la emergencia por la acción de Minsk, que arrancó en verano y alcanzó un punto máximo en noviembre, ha provocado que la Comisión Europea eleve el tono político, que no dudó de calificar los hechos de “ataque híbrido”; a esto le han seguido propuestas más restrictivas sobre las normas de protección internacional cuando los migrantes son “instrumentalizados” por Gobiernos del entorno de los Veintisiete para lograr objetivos políticos.

Recuerda que 2021 ha acabado con más de 120.000 entradas irregulares por el Mediterráneo (un incremento de casi el 30% con respecto al año anterior), según datos provisionales de mediados de diciembre incluidos en un informe interno de la Comisión Europea.

Bruselas se dirige, decisión tras decisión, hacia un férreo control de los bordes comunitarios. La agencia europea Frontex, que prevé sumar 10.000 agentes frente al millar actual, batió récords de devoluciones de inmigrantes en situación irregular en la primera mitad del año.

Asimismo asegura que un documento aún confidencial conocido como Brújula Estratégica, que elabora el departamento de Josep Borrell, busca dar orientación geopolítica al club comunitario ante “una peligrosa mezcla de agresiones armadas, anexiones ilegales, estados frágiles, potencias revisionistas y regímenes autoritarios”, entre las que incluye la “migración irregular”.