Categorías: Editorial

La criminalidad en números

LOS números están del lado de la Delegación del Gobierno. Las cifras que manejan la Policía Nacional, la Guardia Civil y la Policía Local señalan que el índice de criminalidad en nuestra ciudad es el más bajo de los últimos 12 años. Así lo expuso ayer el propio delegado, Abdelmalik El Barkani, en su comparecencia ante los medios de comunicación flanqueado por el coronel de la Guardia Civil y el jefe regional de Operaciones de la Policía Nacional. Ambos, Ambrosio Martín y Javier Nogueroles, refrendaron las palabras de El Barkani. Los dos coincidieron en señalar que los guardias civiles y los policías nacionales están ganando la ‘batalla’ a los delincuentes en Melilla. Sin embargo, ninguno supo explicar cómo se ha extendido por la ciudad esta extraña sensación de inseguridad que nos acompaña en las últimas semanas.
Además de la confluencia de una puntual concentración de delitos menores en un corto periodo de tiempo, lo que por sí sólo no basta para generar esta inquietud entre la población, sobre todo cuando muchos han quedado resueltos policialmente, el delegado apuntaba dos motivos para explicar esta percepción errónea por parte de la ciudadanía. El Barkani hablaba de una mayor difusión de los sucesos en los medios de comunicación y de la propagación en las redes sociales de informaciones, algunas veces “erróneas” y “malintencionadas”. En esencia, lo que el delegado del Gobierno vino a decir, quizás sin darse cuenta, es que las oficinas de prensa de la Guardia Civil y Policía Nacional no funcionan como debieran. Su ritmo de trabajo y capacidad de respuesta es similar a la de hace años, cuando los medios de comunicación trabajan con unos recursos que hoy se ven como prehistóricos y las redes sociales no existían ni como concepto. Entre tanto, ambos Cuerpos de Seguridad emplean unos recursos humanos y técnicos en sus gabinetes de comunicación insuficientes y muchas veces inadecuados. Los responsables de la Guardia Civil y la Policía Nacional en nuestra ciudad no dan la importancia que tiene una eficaz política de comunicación dirigida tanto hacia la prensa como, directamente, hacia los ciudadanos.
La prueba más evidente de su equivocación es que ni el máximo responsable de la Comandancia de la Guardia Civil ni el segundo jefe de la Comisaría de Policía Nacional supieron explicar cómo se ha extendido esta inquietante sensación de inseguridad por nuestra ciudad. Ambos insistían ayer en aferrarse a los números, a los porcentajes y a las comparaciones con otros años, sin caer en la cuenta de que en esos otros periodos a los que se referían las posibilidades de comunicación tanto de los ciudadanos como de los profesionales de la prensa eran muy distintas a las actuales, infinitamente menores. Los dos están convencidos de que luchar contra el delito es cosa de coches patrullas, duro trabajo de investigación, vigilancias, sacrificio, persistencia... pero no saben que quizá todo esto no sea suficiente para acabar con la sensación de inseguridad que se ha extendido por la ciudad. Para esta ‘batalla’ hacen falta otras ‘armas”.

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