La Conferencia de Presidentes sólo abordará el futuro de la UE y la crisis

El encuentro se celebrará el próximo 2 de octubre en el Senado, estará presidido por Rajoy y los jefes de los ejecutivos autonómicos desayunarán con el Rey.

La quinta Conferencia de Presidentes volverá a celebrarse después de tres años y sólo abordará en el orden del día, muy a pesar de Cataluña y Andalucía, el futuro de la Unión Europea y del euro y la situación económica de España. Así lo explicó ayer el vicepresidente de la Ciudad Autónoma, Miguel Marín, que participó ayer en la reunión preparatoria del encuentro de jefes de ejecutivos autonómicos del próximo 2 de octubre.
Los dirigentes territoriales (entre ellos el presidente de Melilla. Juan José Imbroda,) desayunarán ese día con Mariano Rajoy y con el rey Juan Carlos, que tiene previsto acudir a la Cámara Alta a primera hora de la mañana.
El Monarca repetirá desayuno con los participantes en la Conferencia de Presidentes, como hizo en la última, celebrada el 14 de diciembre de 2009, en la que le acompañó el Príncipe de Asturias. Esta vez  don Felipe no asistirá porque sale ese mismo día de viaje oficial a Panamá y Ecuador.

La unidad de Europa

Marín estuvo ayer representando a Melilla, a las doce del mediodía, en Moncloa donde se celebró el comité preparatorio de la Conferencia de Presidentes Autonómicos, presidido por la ministra de la Presidencia, Soraya Sáenz de Santamaría, y el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro.
Sobre las seis de la tarde el también consejero de Fomento y Juventud y Deporte de la Ciudad, ya estaba de vuelta en Melilla y dio parte a la prensa de los temas abordados en la reunión de Madrid.
Según explicó, en el encuentro quedó claro que la Conferencia de Presidentes se convoca para enviar “un mensaje nítido de unidad a Europa y a nuestro propio país”.
Sobre el futuro de Europa, uno de los dos puntos del orden del día de la Conferencia de Presidentes, se marcaron cuatro ejes en torno a los cuales se articulará el debate: Pacto Fiscal, Pacto de Estabilidad Presupuestaria, Unión Bancaria y Unión Fiscal.
También se habló, apuntó Marín, sobre la credibilidad del euro y de la UE y cómo afecta a España la incertidumbre de los mercados. “Eso no se discute. La UE y el euro tienen futuro”, zanjó tajante.
En cuanto al segundo punto del orden del día, la crisis, Marín señaló que en Moncloa se acordó ayer centrar el debate del próximo 2 de octubre en el Senado en lo que de verdad importa al conjunto de los españoles y no entrar en cuestiones que atañen a territorios concretos.
Por ejemplo, Cataluña y Andalucía intentaron ayer que se debatiera en la Conferencia de Presidentes sobre la Ley de Financiación Autonómica “y se les dijo que eso quedaba para el Consejo de Política Fiscal y Financiera”, comentó el vicepresidente de Melilla.
Lo que de verdad importa a los españoles y es lo que entrará en la cita de los 17 dirigentes autonómicos, más los presidentes de Melilla y Ceuta “es la creación de empleo y el mantenimiento de los servicios públicos básicos, o sea, la sanidad, la educación y los servicios sociales, afirmó Marín.
Aquí entró en juego el tema de la contención del gasto público. En la reunión de ayer en Madrid se dijo además, según Marín, que es necesario que se apliquen la Ley de Estabilidad Presupuestaria y la Ley de Transparencia, porque ambas harán que se cumpla con el objetivo de déficit comprometido con la UE.
A todos los presentes en el encuentro les quedó claro que “es necesario continuar con la agenda reformista porque con estas medidas España saldrá de la crisis”. Este mensaje, insistió el vicepresidente melillense, “es positivo para Europa”. No obstante, aclaró, que no les adelantaron nada de los ajustes  que se anunciarán este jueves.
En la cita de ayer sí se hizo hincapié en la necesidad de evitar duplicidades administrativas para que el ciudadano no dé tumbos de una administración a otra.
A modo de anécdota y consultado por El Faro, el vicepresidente Marín explicó con modestia que el hecho de que en la reunión de ayer se sentará a la izquierda del ministro Montoro y de la vicepresidenta Sáez de Santamaría obedeció sólo “a una cuestión protocolaria”.