El urbanista José Luis Cañavate destaca en su prediagnóstico que las dimensiones de Melilla permiten la implementación de pequeñas acciones con un impacto casi inmediato. El consejero de Seguridad Ciudadana, Francisco Javier Calderón, reconoció ayer que la parte “más difícil” de la implementación del Plan de Movilidad será la concienciación de los melillenses para modificar algunas costumbres “melillitas” muy arraigadas y características de la idiosincrasia local. Pero el consejero se mostró optimista, pues recalcó que este ambicioso proyecto es “una labor de todos” y que así se conseguirá hacer de Melilla una ciudad más sostenible. Además, destacó la receptividad de los colectivos con los que ya ha mantenido contacto para “pulsar” las opiniones de cada uno e incorporar sus propuestas al Plan de Movilidad.
“La respuesta –de estos colectivos, como CEME, Acome, Cermi, Melilla EnBici, Asociación del Taxi, COA y Feaveme, entre otras– ha sido positiva y están ilusionados con el plan”, aseguró Calderón tras la exposición de la prediagnosis elaborada en estos meses por la empresa Contorno.
Su representante, el urbanista José Luis Cañavate, si bien subrayó los aspectos negativos de la movilidad en Melilla hoy día, destacó también que debido a sus dimensiones “una pequeña acción tendrá un impacto muy grande y casi inmediato”.
Las conclusiones de este diagnóstico, que ya avanzó El Faro en su edición de ayer, son el uso marginal del transporte público, que debe visibilizarse más, la utilización “desproporcionada e ilógica” del vehículo privado, el alto índice de agitación del tráfico que está provocando que, concretamente el centro de la ciudad se esté “debilitando” como punto de atracción y de encuentro de los melillenses.
Cañavate señaló que algunas medidas a implementar a corto plazo son el replanteamiento del transporte público, con nuevas paradas de autobús y un sistema de comunicación con los usuarios de las frecuencias de los autobuses, la renuncia al uso del vehículo privado en las distancias inferiores a 500 metros y el fomento de los desplazamientos a pie, que actualmente únicamente se destinan al tiempo de ocio.
Más adelante, las diferentes áreas de la Ciudad, deben implicarse en la recuperación de la centralidad de los barrios, de tal manera que, cada uno de ellos, se conviertan en “pequeñas ciudades”.
Medidas como la peatonalización del centro de Melilla o la habilitación de zonas azules ya no parece encontrar oposición entre los colectivos empresariales y comerciales, pues Calderón aseguró que se buscará facilitar la instalación de negocios en el casco urbano de la ciudad. Eso sí, el primer paso es la habilitación de plazas de aparcamiento para descongesionar el centro melillense de coches. El consejero sigue confiando en que la próxima apertura, este verano, del aparcamiento de Isla de Talleres cumpla con este objetivo.
Por último, Calderón y Cañavate animaron a los colectivos y entidades melillenses a hacer sus aportaciones y críticas al informe de diagnóstico que estará terminado entre marzo y abril, para enriquecer el Plan de Movilidad.
La segmentación geográfica no funciona. Compruebe si la geolocalización IP está habilitada en su cuenta…
En la obra pictórica presente en Melilla de escultor y pintor Pepe Gámez (Melilla, 20…
Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un asunto que nos interpela, casi en igual medida,…
De Galicia al Mediterráneo Si vemos la imagen de una colonia de percebes (Pollicipes pollicipes)…
Dedicaba el diario El País dos páginas de su publicación dominical del pasado domingo, 4…
Queridísimos; Si algo caracteriza a la señora Díaz Pérez (doña Yolanda, "Yoli", "Yoli O' Trapiño"),…