En Purim, que comienza esta tarde y acaba el domingo, es tradicional enviar dulces y comida a los amigos y familiares. También se ofrecen donativos a los más pobres.
La comunidad hebrea de la ciudad prepara hoy su fiesta más alegre y la más esperada por los pequeños de la casa, el Purim. En esta festividad, los israelitas celebran la salvación de su pueblo gracias a la intervención de Dios y por ello, regalan dulces y se disfrazan de los personajes que protagonizaron esta parte de la historia del pueblo judío.
En concreto, la comunidad hebrea de la ciudad tiene varias tradiciones en estas fechas. En primer lugar, es habitual que se envíen regalos, que suelen ser paquetes de comida y dulces, a todos los amigos. Entre estos manjares hay uno muy típico de Melilla, como es la boyoza, una especie de mona como la que se realiza en Cataluña, pero con cinco huevos. Mordejai Guahnich, presidente de la asociación cultural Mem Guímel, aseguró a El Faro que con el paso del tiempo las familias melillenses han dejado de hacer este postre tradicional, pero que todavía hay mujeres que siguen realizando la receta de sus antepasados para perpetuar esta costumbre a las nuevas generaciones.
Otra de las tradiciones del Purim es disfrazarse. Guahnich aseguró que esta parte de la fiesta les encanta a los más pequeños de la ciudad que salen vestidos con los trajes que simulan las ropas de los reyes y personajes históricos vinculados a esta fiesta o con máscaras y otros disfraces más actuales. Además de por ser una especie de carnaval para esta comunidad, los niños viven con mucha alegría estas fechas porque también suelen recibir regalos económicos, como si fuera una especie de aguinaldo que se da en las fiestas navideñas a los cristianos.
El Purim es una fiesta que se vive en comunidad y en toda la ciudad, ya que muchos melillenses que no son judíos recibirán estos días algún obsequio de los amigos hebreos.
Guahnich indicó que como la fiesta ha caído este año entre el sábado y el domingo, el ayuno previsto para el día anterior, que siempre se realiza en esta fiesta, se ha pasado al jueves, pues en sabat no se hace este tipo de sacrificios.
Otra de las tradiciones de la comunidad hebrea de la ciudad es hacer sonar la matraca, un instrumento muy ruidoso que encanta a los niños. Y tampoco olvida el pueblo judío a los más necesitados en esta fiesta. La costumbre es mostrarse más solidario con las personas que menos tienen de la ciudad para que también puedan vivir con alegría estos días y celebrar la fiesta como el resto de la comunidad hebrea.
Una reina que con sus rezos impide una masacre
El rey Ajashverosh de Persia mandó ejecutar a su esposa por desobediencia. Buscó por el reino a una nueva mujer y la elegida fue Esther, que aconsejada por su tío Mordejai no reveló que era judía. Esta nueva reina convenció al rey para que escogiera a su tío como consejero. Pero un día Mordejai se negó a rendir pleitesía al primer ministro del rey llamado Hamán que, con el consentimiento del monarca, consiguió elaborar una ley para eliminar a todos los judíos de Persia. Esther ayunó y rezó durante tres días para pedirle a Dios que impidiera esta masacre y finalmente al confesarle al rey que ella era hebrea, éste decidió hacer una nueva norma en la que se ordenaba a los judíos defenderse de cualquier ataque. Gracias a la intervención divina, el pueblo israelita se salvó del exterminio y por ello, se celebra el Purim.
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