La comunidad hebrea de Melilla celebró ayer domingo día 24 de marzo, la festividad del Purim, la fiesta más alegre del judaísmo.
El presidente de la Comunidad Israelita de Melilla, Mordejay Guahnich, quiso destacar el carácter familiar y comunitario de un día que reúne a toda esta comunidad.
En esta fecha, que cada año se celebra en el día 14 del mes de Adar, se conmemora la salvación del pueblo judío por el Todopoderoso tras el intento de exterminio en el antiguo Imperio Persa, en torno al 450 A.C.
El Purim es una de las dos fiestas menores de la religión judía, junto con Janucá. Por ello, al igual que esta última, Purim no tiene limitación de ningún tipo.
El día anterior a esta festividad, los miembros de la comunidad hebrea deben realizar ayuno, en conmemoración de los judíos que salvaron del exterminio. Además, esa jornada es de recogimiento y oración, donde se pide clemencia al Todopoderoso. Este año, la jornada de ayuno se desarrolló el pasado jueves, día 21 de marzo, puesto que coincidía con el Shabat.
Ayer domingo, la comunidad hebrea tuvo que cumplir con cuatro preceptos de esta festividad. En primer lugar, se acudió a la sinagoga para escuchar la lectura en voz alta la lectura del Meguilat Ester o 'Libro de Ester'. Un pergamino enrollado de cuero que narra como la reina Ester y su primo Mordejay salvaron a los judíos persas de su exterminio.
Aparte, también se hacen donativos económicos a las personas más necesitadas y se envían alimentos a amigos y familiares.
Por último, las familias se reúnen entorno a la mesa para disfrutar de una comida festiva donde reina la alegría. También se realizan fiestas comunitarias donde acuden amigos y familiares y se conmemora el Purim en un momento agradable.
Otra de las características de esta festividad es que la gente, especialmente los más jóvenes, suelen disfrazarse. Los más pequeños también reciben regalos en esta jornada y las familias elaboran dulces tradicionales.
"La gente suele disfrazarse porque el libro de Ester habla de un milagro oculto, ya que no aparece el nombre de Dios de forma explícita en ningún momento".
El antiguo Imperio Persa abarcaba 127 provincias y el pueblo judío también era súbdito del mismo. El rey Asuero buscaba candidatas a reina tras ordenar la ejecución de su mujer, Vashti.
Finalmente desposó a la joven judía, Ester. Sin embargo, esta no reveló su origen a petición de su primo Mordejay, gran rabino. La reina pidió a Asuero que nombrara a Mordejay como su consejero. Este rechazó rendir pleitesía al primer ministro, Haman, conocido antisemita, quien lleno de ira pidió al rey exterminar a todo el pueblo judío del Imperio por, según dijo, no ser productivos.
El rey ordenó por decreto la matanza en el día 13 del mes de Adar. Mientras tanto la reina Ester se entera de la intención de exterminar a su pueblo y realiza un ayuno de tres días para pedir clemencia a Dios, además de pedir al pueblo judío que la acompañe en este ayuno.
Ester organiza un banquete en el que revela a su esposo su religión y su inminente muerte, por lo que finalmente Haman muere en la horca. Al no poder revocar el decreto, Asuero redacta otro que permite al pueblo judío defenderse, salvándose así de su exterminio.
Finalmente, Mordejay fue nombrado primer ministro del Imperio Persa.
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