Más de 55 adultos acuden a este proyecto que está bajo la dirección de Movimiento por la Paz · Los colegios León Solá y Mediterráneo ya funcionan con esta iniciativa desde hace varios cursos, y este año se suma el IES Rusadir.
Uno de los problemas a los que se enfrentan algunos centros educativos de Melilla es la falta de comunicación y entendimiento con los padres de los alumnos. La poca implicación de algunos progenitores con la institución en la que sus hijos pasan gran parte de día hizo necesario de elaborar un proyecto que mejorara la unión entre todos los agentes de la comunidad educativa, la Escuela de Padres y Madres.
Este programa se ha puesto en marcha en dos colegios, León Solá y Mediterráneo, y por primera vez, este curso se suma el IES Rusadir. La dirección, el diseño y la puesta en marcha de todos los contenidos de la Escuela de Madres y Padres depende de la entidad Movimiento por la Paz de Melilla.
La técnica del convenio Red Ciudadana por la Paz, Estíbaliz González, comentó a El Faro que la Escuela de Padres y Madres nació a raíz de este proyecto que se ha puesto en marcha a nivel nacional y que, según las características de cada ciudad, se desarrolla en unas u otras iniciativas.
Movimiento por la Paz
Esta ONG abrió su delegación en Melilla en 2007. En aquellos años tan sólo estaba compuesta por dos personas, mientras que este año son nueve los técnicos con los que se cuenta en esta entidad que trabajan en diferentes proyectos.
La institución se ha especializado en dos áreas en Melilla. La primera es la asesoría jurídica en la que trabaja una abogada que se encarga del asesoramiento y acompañamiento de las personas inmigrantes. Así, se les ayuda con la documentación o con la solicitud de prestaciones sociales.
La segunda área es de sensibilización y educación, en la que trabaja el resto del equipo de Movimiento por la Paz y que está dirigida a toda la sociedad. “En este área hay un programa general, Red Ciudadana por la Paz, es un convenio que tiene Movimiento por la Paz con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y que se desarrollará a lo largo de cuatro años. El objetivo es trabajar con cuatro ámbitos sociales, es decir, los centros educativos, los medios de comunicación, las asociaciones que colaboran con el colectivo de inmigrantes y las entidades públicas, para implantar la cultura de paz en la ciudad.
“Se reflexiona sobre conceptos, como la paz positiva, entender el conflicto como algo positivo o las diferentes variantes de violencia que se dan en la sociedad, para que suenen todo estos conceptos y se vaya haciendo un cambio de mentalidad”, destacó González.
Educar en valores
A partir de Red Ciudadana por la Paz surge la Escuela de Madres y Padres que se lleva a cabo en dos centros escolares, un medio esencial para acercar a las familias a la escuela.
“Hoy en día la comunidad educativa no está integrada. Por un lado está el profesor, que no tiene mucha relación con los padres y que tan sólo tiene un contacto directo con el alumno. El objetivo del proyecto es que haya más contacto y realicen actividades juntos, además, que manejen las mismas ideas respeto a los valores que se están impartiendo a los niños y jóvenes, como el respeto o la solidaridad”, comentó la técnico de Movimiento por la Paz
Estas escuelas están dando ya sus frutos en los colegios Mediterráneo y León Solá. A lo largo de este curso se desarrollarán en el Rusadir.
¿Por qué es necesario este programa dirigido a los padres? “El colegio lo demanda. Los centros se dan cuenta de que hay un distancia insalvable entre el colegio y los padres. También porque desde la estrategia de Movimiento por la Paz, los padres tienen que estar implicados en los centros docentes. Este proyecto permite que las Asociaciones de Madres y Padres funcionen, pues no había forma de acercarlos y esa distancia se percibía como un punto negativo por parte de los centros”, explicó González añadiendo que a través de un acercamiento entre la dirección, el profesorado y los padres de los alumnos se resuelven de forma más efectiva los conflictos que surgen en estas instituciones.
La mejor estrategia para que los padres conozcan este proyecto y participen es ir a la salidas de los niños del colegio y hablar con ellos, según destacó la técnico de la entidad. Se les informa para invitarles a las charlas y talleres de la Escuela de Padres y también se les envía información a través de circulares desde el centro. Aunque González también destacó que muchos de los usuarios de esta entidad son padres y madres en los colegios en los que se imparten estos talleres, así que corren la voz entre el resto de progenitores.
Hay más madres que padres normalmente en las reuniónes que suelen celebrarse sobre las 17:00 horas varios días al mes. De vez en cuando acude algún padre, pero como hay mayoría de mujeres, acaba yendo más adelante con su pareja.
Para que estas reuniones puedan realizarse, desde Movimiento por la Paz o el centro se aporta el apoyo de una monitora que se queda al cuidado de los niños, ya que mientras están esperando a sus padres, ellos también realizan el taller.
No obstante, en otras sesiones se trata de que estén juntos padres y alumnos porque el objetivo es crear el colectivo de la comunidad educativa y que todos estén integrados. Entre las actividades que realizan juntos están los talleres de comunicación con los niños o actividades plásticas.
También los profesores se implican en algunas de las reuniones de la Escuela de Padres y Madres.
Los temas que se abordan son, por ejemplo, entender bien el sistema escolar y la educación formal porque muchas de las personas que están en este proyecto no estaban familiarizadas con el sistema educativo actual, la resolución de conflictos, conocer las etapas de desarrollo infantil, cómo poner normas en casa y que los padres vean si ese comportamiento es habitual o normal en su hijo. “Es un espacio para compartir vivencias y un lugar de reflexión para saber qué se espera del colegio, de la educación de los hijos o conocer los miedos que tienen como padres”, explicó González, quien aseguró que en el León Sola acuden unos 30 progenitores y en el Mediterráneo más de 25.
Asesoría jurídica
La asesoría jurídica es otra de las tareas que emprende Movimiento por la Paz en Melilla. Así, cuentan con un gran número de usuarios, ya que desde su creación, hace casi dos años, se han abierto más de 400 expedientes.
En este sentido, se destacó que la ayuda que se presta a inmigrantes, hombres y mujeres, tiene que ver con varias áreas de acción. Por ejemplo, se les puede hacer un seguimiento sobre extranjería, a nivel judicial y de otros tipos, como prestar asesoramiento para solicitar prestaciones sociales.
Los expedientes no siempre se cierran, ya que muchas de las personas que acuden a Movimiento por la Paz necesitan la asesoría jurídica para otros trámites que no saben cómo realizar.
Talleres en los centros docentes
Movimiento por la Paz lleva a cabo varios programas con alumnado de Melilla en horario de recreo y tutoría. Se trata de educar en valores y a través de estos talleres se trabajan temas como la igualdad de género, la educación medioambiental, la solidaridad y el respeto. Para los pequeños se realiza un mural y juegos en las actividades que se desarrollan en los recreos, mientras que en las horas de tutoría, se realizan iniciativas que tienen que ver con cultura de paz, resolución de conflictos, habilidades sociales y de comunicación, igualdad de género o diversidad cultural.
Una de las ideas de esta entidad es formar al profesorado, y para ello, se ha diseñado una serie de materiales que se explican a lo maestros en el recreo o en sesiones de tutoría, aunque en la gran mayoría de los casos, son los técnicos de Movimiento por la Paz los que se trasladan hasta los centros.
Esta ONG imparte talleres en el León Solá y el Mediterráneo, y en los institutos Huerta Salama, Rusadir, Virgen de la Victoria, Enrique Nieto y Leopoldo Queipo. Durante estos primeros meses del curso, se ha llevado a cabo un programa sobre VIH y sida. Se trata de un taller de dos sesiones con un video forum, que además, estará complementado con otro sobre drogodependecia.
Esta entidad reparte los talleres a lo largo del curso dividido en meses, de esta forma la tarea que emprenden de sensibilización tiene una lógica y los alumnos se implican más.
La respuesta es muy positiva, según explicó González, porque los alumnos hacen comentarios por los pasillos, hablan entre ellos de los talleres y eso se debe a que no es una clase formal. González comentó que “aprenden a realizar una participación social participando en los talleres”. La intervención de los chicos es continua, ya que se les presentan los conceptos, pero luego son ellos los que aportan el contenido, un sistema más efectivo que una charla.