UN NUEVO sábado por la tarde y van tres desde el decreto de publicación del Estado de Alarma en que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se dirige por televisión a todos los españoles para comunicar nuevas medidas o, en todo caso, explicar su balance de la situación que estamos viviendo.
No es el momento de entrar en cuestiones en las que no se puede estar de acuerdo con la gestión del gobierno ni cómo está manejando esta crisis que, desde luego, no es nada fácil, pero lo más importante es la comunicación de otra medida relacionada con una mayor restricción a la circulación de los ciudadanos. El Consejo de Ministros que se reunirá, de manera extraordinaria en la mañana de hoy, aprobará una medida para que los trabajadores que no pertenezcan a servicios esenciales no vayan a trabajar en las próximas dos semanas y contarán con permisos retribuídos que luego deberán recuperar hasta el próximo treinta y uno de diciembre. Es una medida que se va a adoptar siguiendo con las indicaciones de la comisión técnica que está asesorando al Ejecutivo.
Luego, nos encontramos con otra respuesta de Sánchez a una pregunta en comparación con la situación italiana donde ha intentado evadirse. Porque está claro que nuestro país no fue previsor viendo lo que nos venía encima observando lo que está sucediendo en la península transalpina. España, hoy por hoy, tiene más del diez por ciento de personas infectadas del total del globo. Entendemos que no es una cifra normal para el número de habitantes que tenemos, cuarenta y siete millones. Algo ha fallado, pero también hay que darle la razón a Pedro Sánchez para añadir que ahora mismo lo único que se puede hacer es resistir y mantener la moral de victoria. Lo contrario es desmoralizarse y en esta guerra que mantenemos contra el virus no sería nada bueno.