Mediante su reconocimiento como ‘Melillense del Año’ en la tradicional cena de gala coincidente con nuestros festejos patronales.
La Ciudad Autónoma simbolizó anoche en Ramón Gavilán el ejemplo del buen gestor público. En el marco de una cena de gala a la que asistieron las primeras autoridades civiles y militares de la Ciudad, así como una amplia representación del Gobierno local y de la Asamblea de Melilla, el que fuera consejero de Medio Ambiente desde el año 2003 hasta mayo del presente 2011, fue nombrado nuevo 'Melillense del Año' en atención y reconocimiento a sus muchos años de servicio en la Administración local, primero como alto funcionario del antiguo Ayuntamiento y posterior Ciudad Autónoma de Melilla, y después como consejero de los dos últimos gobiernos presididos por Juan José Imbroda.
Precisamente, conforme al tradicional protocolo que rige este acto, fue la primera autoridad local quien tomó en primer término la palabra para “resaltar y homenajear los valores que adornan a la sociedad melillense, a través de sus hijos”.
Imbroda subrayó que los 'Melillenses del Año' “agradan el espíritu y el alma de Melilla”. “Creemos en nuestra sociedad porque creemos en nuestra gente y en su seno -añadió Imbroda- hoy resaltamos a Ramón Gavilán Aragón, símbolo de permanencia a lo largo de los años en algo tan noble como necesario, tal cual es la gestión pública”
Imbroda hizo un repaso de su trayectoria, aunque después Ramón Gavilán, en su intervención, se encargó de narrarla, salpicada de impresiones sobre lo que han sido las casi cuatro décadas trascurridas en Melilla, desde que llegara a esta ciudad en el año 1974.
Una trayectoria “ejemplar”, a juicio de Imbroda, que ha hecho posible convertir muchos proyectos en realidad “durante los ocho años que ha estado al frente de la Consejería de Medio Ambiente”. En tal sentido y a modo de ejemplo se refirió a la “recuperación, regeneración, mantenimiento y creación de nuevos espacios públicos” como una constante a la que había que unir su labor en pro de “la mejora de la red de tratamiento y abastecimiento de aguas, la continua lucha por la modernización del servicio de suministro eléctrico, el avance cualitativo y cuantitativo de la limpieza pública y la adecuación de puntos clave de nuestra periferia”.
Además, le reconoció su extraordinaria defensa de los intereses de Melilla en cuantas conferencias sectoriales de Medio Ambiente y organismos como la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir ha tenido que intervenir en representación de nuestra Ciudad Autónoma.
Imbroda tampoco pasó por alto el papel de Ramón Gavilán en la UNED, para atribuirle “la evolución positiva de tan importante institución académica”, que durante su larga etapa como director en Melilla ha logrado “la mejora de sus instalaciones, el aumento de las titulaciones y el incremento significativo de su alumnado”. “La UNED en Melilla bajo su dirección -señaló la primera autoridad local- se ha convertido en plataforma socio-cultural abierta y plantel de oportunidades para los melillenses. No en vano -agregó- de las 14 titulaciones que existían en 1977 se ha pasado a 25, más varios grados y doctorados, en la actualidad. Desde aquella fecha -prosiguió- se ha triplicado también el número de titulados por esta entidad universitaria en Melilla”.
“Creo conocer bien a Ramón Gavilán -enfatizó Imbroda al final de su discurso-. No en vano nuestra amistad se remonta a los tiempos de UCD. Siempre tuve de él, como observador de sus actos, una magnifica impresión como persona y como técnico. Hombre comprometido con lo encomendado, entusiasta y de una gran capacidad de trabajo, maestro en su grandeza y con un sentido de la lealtad extraordinario. Lealtad a su trabajo, a su familia y a Melilla. Lealtad y profesionalidad que extendiste a todas las Administraciones a las que serviste eficazmente, fueran del signo político que fueran, porque ya lo he dicho, eras y eres leal a Melilla”. “Hoy -prosiguió- nos encontramos con un Ramón Gavilán lleno de empuje y fuerzas. No es ya Consejero de Medio Ambiente y éste, además, no es un acto para despedir políticos de un gobierno, sino para reconocer valores singulares. Pero sobre esto último deja que te diga Ramón, que a las responsabilidades públicas , a las políticas, es importante saber llegar y mucho mas importante, saber salir y en esto has demostrado ser sobresaliente CUM LAUDE. Gracias por lo que me toca aunque no te vas del todo: seguirás dando lo mejor de ti en la UNED, que en Melilla es consustancial a ti; seguirá siendo Presidente de REMESA y te aconsejo además que con tu capacidad comunicativa acudas a todos los foros públicos necesarios para hacernos partícipes de tus conocimientos de las Ciencias Medioambientales”.
Fiel al compromiso adquirido
Por su parte, Ramón Gavilán subrayó, en su intervención, que siempre ha vivido “sin pensar en 'el que dirán' o en la imagen que pudiera dar al final. Lo importante -consideró- siempre ha sido mantener el compromiso adquirido, con fidelidad y dedicación. Siempre sin pretensiones grandilocuentes, intentando ser útil en la vida cotidiana, en el día a día, quizás con mayor interés en los asuntos que puedan parecer sin importancia, porque podían afectar a las personas individualmente en su vida diaria”.
Gavilán recordó que vino para tres meses y se ha quedado durante 37 años, fiel al axioma de que Melilla “atrapa” y más aún en un ámbito profesional, el del Medio Ambiente, sin desarrollar hace cuatro décadas y que en esta ciudad-isla se convertía en un auténtico reto, porque, tal cual dijo, de no haberse desarrollado y planificado una política medioambiental, Melilla se habría convertido “en un gran basurero”.
Una gestión que en sus ocho años como consejero le han permitido, además, “desarrollar los proyectos más importantes de los treinta años de la historia medioambiental de Melilla”. Un reto que también tuvo su alcance personal, porque le hizo pasar “de un trabajo como funcionario, más distendido y tranquilo, a un trabajo como político, donde hay que vivir en todo momento de cara al ciudadano”. De ahí que defendiera para el área un trabajo bidireccional que a las grandes obras sumara la atención a los pequeños problemas de los melillenses. Asimismo, reconoció que las responsabilidades políticas le han enseñado a aparcar las razones técnicas en favor de las sociales.
Gavilán reiteró que su etapa como político ha sido la culminación de su etapa inicial como técnico y aludió a Juan José Imbroda como un presidente “que tiene algo especial” que de forma “cordial y exigente” ha marcado el cumplimiento de los compromisos electorales contraídos con los melillenses.
Por último, habló de su etapa al frente de la UNED y anunció que este curso será el último que se mantenga como director de la Universidad a Distancia en Melilla .
Un galardón compartido con su esposa Loli
Ramón Gavilán quiso compartir su galardón de 'Melillense del Año' con su esposa Loli Montenegro, a la que reconoció todo el esfuerzo personal que su trabajo le impidió desplegar en pro de la educación de los ocho hijos que han tenido juntos. “Porque en muchas ocasiones -comentó- tuvo que hacer también de padre para que ese padre pudiera dedicar su tiempo a otros asuntos ajenos a la familia”.
Rodeado de varios de sus ocho hijos, el ingeniero, se congratuló de su jubilación en aras a poder prestar más atención a su familia, y culminó su intervención con un ruego a contextualizar en estos días de Feria: “Que la alegría sea el testimonio de nuestra solidaridad para poder salir de esta crisis, demostrando que los melillenses somos una piña tanto en la alegría como en la tristeza”.
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