La enfermedad es endémica en Marruecos, lo que provoca que tenga que haber controles exhaustivos en el paso de animales.
El pasado mes de enero se detectaba en la ciudad un caso de rabia canina que volvía a poner de actualidad la enfermedad, de la que en los últimos 25 años, se han registrado 70 casos en Melilla.
La encefalomielitis vírica aguda mortal, que es el nombre completo de esta dolencia, se transmite por la saliva y es endémica en el norte de África, lo que hace que resulte más fácil que se detecten casos tanto en Melilla como en Ceuta. En los últimos cinco años, en Melilla se han detectado seis casos, todos en perros y en la ciudad caballa dos.
Desde el área de salud animal de la Consejería de Sanidad de la Ciudad Autónoma se encargan de controlar la vacunación de los animales cuando se detectan casos de posible infección.
Una de las responsables del área, África Trujillo, explica que en la mayoría de los casos se produce por animales que se cuelan en la ciudad a través de la frontera, ya que los que pasan de forma legal tienen que llevar documentación en la que se especifique que han pasado todos los controles sanitarios y no son portadores de ninguna enfermedad.
No obstante, cuando se produce un caso de infección se activa un protocolo de actuación para intentar que el contagio no se extienda. Así, explica Trujillo, por un lado es imprescindible localizar a todas las personas que han tenido contacto con el animal para vacunarlos si es necesario. En este sentido, indica que la transmisión se puede producir por un lametazo o una mordedura. Además también tienen que averiguar si el perro ha estado con otros animales, para evitar que se propague de unos a otros. En cualquier caso el animal infectad se sacrifica.
Trujillo indica además que normalmente tienen conocimiento de estos casos, o porque sean animales callejeros que la protectora captura o porque el propietario se de cuenta de que está enfermo y lo lleve a un veterinario, como sucedió en el último caso.