La Ciudad despide el Ramadán

La ruptura de ayuno oficial congrega a cerca de 400 personas e Imbroda rebate las críticas de la oposición.

El programa de Ramadán de la Ciudad Autónoma llegó ayer a su fin con la celebración de la ruptura de ayuno institucional que congregó a cerca de  400 personas. Además, se entregaron los premios de los concursos que se han celebrado a  lo largo de este mes sagrado para los musulmanes melillenses tanto de fútbol como de dominó, videojuegos, redacción y dibujo.

El presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, en su intervención momentos antes de la ruptura del ayuno, alabó el programa de actividades que se han venido celebrando con gran éxito de acogida y aceptación por parte de los ciudadanos, así como censuró también aquellas voces críticas “que se han movido” provocando la cancelación de una obra de teatro a cargo de un grupo marroquí que no pudo pasar la frontera de Melilla.

“Esas voces no buscan la esencia del mes de Ramadán que es la solidaridad, el compañerismo y el respeto entre culturas”, dijo el mandatario local. Un objetivo que, por otra parte, y a pesar de las críticas y descalificaciones, “ha conseguido que Melilla y los melillenses se respeten, estén más unidos. Por ello, estoy contento de cómo está Melilla”, apostilló.

Y es que el peor de los errores en estos tiempos, según dijo Imbroda, “es dejarse llevar por intereses políticos. Mezclar la religión y la política es lo peor que se puede hacer porque eso es ir hacia atrás. Melilla no puede dividirse en compartimentos estancos ni coger discípulos cautivos que vayan detrás de una persona porque eso es atacar la libertad”, concluyó.

Por último y en el apartado de agradecimientos, la asociación Mujeres Vecinales entregó una placa al presidente Imbroda y, por su parte, el portavoz de la Asociación Religiosa Musulmana, Abderamán Benyaya, se sumó a la crítica y rechazo del Gobierno local contra la oposición: “La convivencia es el único paso porque sin convivencia no hay futuro”, dijo y añadió que “los que no apoyan estas actividades deben ir al vertedero político”.