El sistema, que ya se aplica en fase de prueba, analizará el recorrido de los servicios y la eficiencia l Mediante un mapa, se podrán ver las zonas a mejorar.
Melilla ya cuenta con un sistema inteligente para la limpieza de la ciudad y la recogida de residuos. Se trata de un mecanismo implantado por la empresa FCC que funciona a través de un entramado de GPS que sirve para controlar recorridos y calidad del servicio en cada tramo. Según explicó ayer el consejero de Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, este dispositivo ya se aplica en fase de prueba y se encuentra recopilando datos para, en enero, tener un histórico y poder hacer balance del servicio e intentar mejorar la calidad de la limpieza y recogida.
Así pues, las alrededor de 100 máquinas con que cuenta la Ciudad Autónoma, entre ellas, camiones de colecta de basura, baldeadoras y otros instrumentos, contarán con un sistema de GPS que además de estudiar el recorrido sobre un mapa, analizarán los puntos en que es necesario incrementar el esfuerzo.
El sistema también permite ver en qué punto se baldea y se usa más agua y en cuáles menos, para intentar ofrecer un servicio más completo a la ciudad.
Todo este entramado de localización en maquinaria se verá reflejado en un sistema informático que funciona con una pantalla con puntos de colores. En ella los responsables de la limpieza podrán ver los fallos mediante marcas verdes, amarillas o rojas, para intentar así remediarlos.
Asimismo, según Quevedo, este nuevo método servirá para demostrar cada cuánto se limpia una zona de la ciudad, con qué frecuencia y si es necesario incrementar el servicio.
Incivismo en contenedores
El nuevo sistema por GPS que implanta la empresa FCC y que se encuentra en fase de prueba pretende también analizar cómo se recoge la basura de los contenedores y cada cuánto. Así pues, según explicó el consejero de Medio Ambiente, los camiones y contenedores cuentan con un sensor para registrar si un bidón está desbordado, y poder, por tanto, incrementar el servicio.
En el lado contrario, este nuevo método va dirigido a encontrar los puntos en los que las bolsas y recipientes de residuos se quedan fuera del contenedor por puro incivismo.
Optimizar y decidir
Para Quevedo, este nuevo dispositivo permite optimizar el servicio y tomar decisiones de cómo mejorar las prestaciones de limpieza y recogida de basuras.
Además, el también vicepresidente de la Ciudad apuntó que el método da la opción de mejorar la eficacia de la empresa y optimizar los recursos de la misma.
“Es una satisfacción presentar un sistema en el que he estado trabajando desde que entré en el cargo”, reconoció Quevedo, que apuntó que el coste mensual de este nuevo servicio es de 7.000 euros y que permite recoger diariamente unos 150.000 datos de lo que acontece en la ciudad, lo que permitirá hacer un balance periódico de la situación.
Formación para 4 empleados en el nuevo sistema
Este nuevo sistema de limpieza y recogida de la residuos de la ciudad contará con cuatro empleados formados y dedicados “exclusivamente” a él. Se trata de personas que, según Manuel Ángel Quevedo, ocupaban puestos “menos interesantes” en este campo y se van a trasladar a dedicarse al manejo del sistema de Gestión de Servicios Inteligentes (GIS).
Asimismo, pese a que serán al final cuatro las personas que llevarán a cabo este servicio, ya hay dos que están formadas para empezar a desempeñar estas funciones y para, a partir del mes de enero, hacer un histórico de datos desde diciembre.
Campañas contra el incivismo en centros escolares
Para remediar la parte de la limpieza y recogida de residuos que no depende de el mecanismo, sino del factor humano, es decir, el incivismo, el consejero de Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, recordó ayer que se han implantado campañas en colegios e institutos para educar desde la base en esta materia.
Con estos métodos la Ciudad pretende que no se den casos de suciedad excesiva o que no se dejen las bolsas fuera del contenedor sin necesidad de ello.
Uno de los objetivos de estos programas es concienciar a los alumnos que tirar basura cuesta dinero a todos, porque hay que recogerla.
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