Desde la Consejería de Medio Ambiente estudian alternativas, menos costosas que las actuaciones de limpieza del pasado año, para poner a disposición del público el litoral norte.
La Consejería de Medio Ambiente de la Ciudad Autónoma está estudiando alternativas para dar una solución a la problemática de la playa de Horcas Coloradas. El responsable del área, José Ángel Pérez Calabuig, declaró a El Faro que este año no se repetirán los trabajos de limpieza del fondo marino del litoral norte, máxime por el alto coste que supone el desplazamiento de una draga que elimine, en la medida de lo posible los escombros que aún permanecen en la zona, procedentes del antiguo vertedero incontrolado de escombros.
La crisis económica y a la espera de conocer el presupuesto con el que contará la Consejería para este año ha hecho que éste y otros proyectos hayan pasado a un segundo plano, aunque no por ello no son prioritarios, dijo Pérez Calabuig, por lo que Medio Ambiente, en principio se dedicará a otras actuaciones más pequeñas en la ciudad también de relevancia como las concernientes a la red de abastecimiento y distribución. Más concretamente, el consejero informó de que una de las actuaciones más inmediatas será la renovación de la red de abastecimiento en el Monte María Cristina, que ya está en Mesa de Contratación. Por otro lado, también se adjudicó el pasado mes de enero el proyecto de renovación de la red de distribución de agua potable en el barrio del Tesorillo a la empresa Valoriza por un importe de 139.398 euros, tal y como informó este diario el pasado 20 de enero.
La problemática de la playa de Horcas Coloradas saltó a los medios de comunicación al conocerse la existencia de grandes cantidades de escombros en el fondo marino que ponían en peligro la integridad física de los usuarios. La Consejería de Medio Ambiente, por aquel entonces dirigida por Ramón Gavilán, contrató a unos buzos para hacer un estudio fotográfico de la situación y se llevaron a cabo varias tareas de limpieza de chatarra y hierros oxidados, que suponían un peligro para los nadadores.
La Consejería se hizo cargo de la limpieza de la playa de la Alcazaba, mientras que el área funcional de Fomento de la Delegación del Gobierno hizo lo mismo en el litoral norte. Sin embargo, estos trabajos, dependientes del Gobierno central, no ofrecieron a la Ciudad Autónoma garantías suficientes para la seguridad y se vieron obligados a colocar un cartel a pie de playa en el que se prohibía el baño a los ciudadanos.
El alto coste que supuso este trabajo para la Consejería de Medio Ambiente ha hecho que el actual responsable, Pérez Calabuig, haya desechado la opción de volver a limpiar el fondo manualmente como se hizo en la playa de la Alcazaba y el presupuesto para contratar una draga para hacer lo mismo en Horcas Coloradas sería muy alto para la coyuntura económica en la que se encuentra el país.
No obstante, la problemática de Horcas Coloradas fue uno de los temas que el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, y Pérez Calabuig pusieron encima de la mesa en su reunión con el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, pero, de momento aún no se ha concretado actuación alguna para el litoral norte.
La ambición de la Ciudad Autónoma es poder abrir al público la playa de Horcas Coloradas con todas las garantías para los usuarios, es por ese motivo por el que están estudiando otras alternativas, que no tengan costes elevados, mientras la Consejería espera el presupuesto con el que contará el área de Medio Ambiente para este año así como las actuaciones que el Ministerio llevará a cabo y que se reflejarán en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de este 2012.
La rehabilitación del parque Lobera y el río de Oro, aparcados
Otros de los proyectos ambiciosos que la Consejería de Medio Ambiente quiere llevar a cabo es la rehabilitación del emblemático Parque Lobera. El proyecto está finalizado y con la reserva de crédito correspondiente, pero también la Consejería está a la espera de los presupuestos generales del Estado y de Melilla para dar luz verde a este proyecto que pretende hacer un lavado de cara al parque Lobera, similar al que experimentó el Parque Hernández hace dos años.
Pérez Calabuig recordó que este proyecto tiene un presupuesto de 4,5 millones de euros y que, por el momento, quedará aparcado al igual que el proyecto para la cubierta del río de Oro. Éste debe realizarse en tres fases y la más inmediata será la instalación de varias arquetas que desvíen el agua del río a la Estación de Bombeo de la desembocadura y evitar que el agua se estanque y provoque molestias a los vecinos, especialmente en verano con malos olores y plagas de insectos.
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