Finalmente ha sido la Consejería de Hacienda la que ha intervenido en los escándalos sobre el fútbol local y su financiación, en varias direcciones. El director de TVM fue invitado a exponer sus datos y documentos en el Palacio de la Asamblea.
La Consejería de Hacienda investiga los pagos efectuados a la Federación Melillense de Fútbol desde la Ciudad Autónoma por el concepto de Seguro Deportivo. La investigación lleva varios días en marcha, desde que el director de TVM Juanjo Medina, fue convocado para explicar con datos y documentos las denuncias que se están haciendo desde la propia Televisión en programas deportivos.
Es la primera vez que la Ciudad Autónoma toma cartas en serio sobre los escándalos del fútbol local, aunque nuestro medio de comunicación, El Faro de Melilla, fue el primero en denunciar hace cuatro años que las subvenciones tan millonarias como repentinas con las que Robles benefició descaradamente a la Federación Melillense a partir de 2005 no estaban debidamente justificadas, ni estudiadas y que eran producto de la amistad y apoyo que Robles puso a disposición de su "amigo" Diego Martínez con medios y dinero público.
Hace sólo unos meses, en editorial de esta casa, se avisó que las aguas bajarían turbias y que acabarían salpicando a la política de la ciudad si no se tomaban serias medidas, y que la actitud del Consejero de deporte era sospechosa al salir en defensa del presidente de la FMF y no de los intereses generales de la Ciudad Autónoma, o del buen uso del dinero público.
Finales de junio
Todo se disparó a finales de junio de este año tras las denuncias de varios árbitros locales en TVM. Se creó una alarma social que lejos de pararse, fue creciendo tras conocerse un aluvión de facturas internas de la FMF y la doble moral en el manejo del dinero del fútbol: tarjetas de créditos, festines, viajes, gastos telefónicos entre otras "inmoralidades" según palabras del director de TVM.
Robles decidió a mitad de julio dar explicaciones en una comisión de Cultura con una oposición que le instaba a pedir la dimisión de Diego Martínez, pero se buscó tres argumentos: una carta personal del propio Martínez hacia él negando los hechos como si se tratara de una prueba, una promesa de que todo era mentira y se demostraría con querellas, y en tercer lugar, que a juicio de Robles, Medina no le ofrecía ninguna credibilidad.
Varios meses después, no hay interpuesta ninguna querella y la credibilidad de Medina ha llegado al despacho de la Consejería de Hacienda hasta tal punto que las facturas hinchadas de algunos viajes y sobre todo, la duplicidad de licencias de fútbol con el consiguiente incremento en los pagos de Mutualidad con la firma del Consejero, constituyen más allá de inmoralidad en los gastos en una institución que recibe más de 500.000 euros de fondos públicos, apuntes de un descarado engaño a las arcas públicas mediante unas argucias que según los federativos, conocía el propio Robles. Casualmente, Robles prestó durante muchos años sus servicios como médico a dicha Mutualidad de Futbolistas.
El próximo jueves muchos aficionados al fútbol, y al parecer mucho políticos, esperan una nueva y prometedora entrega en TVM de los escándalos financieros de una Federación que ha tenido en Robles el "leal pagador" de cuantas facturas, mutualidades o justificantes de subvención ha presentado la Federación de fútbol melillense.
El convenio y la pizarra
Nunca unos pocos euros resultaron tan valiosos y rentables para la Ciudad Autónoma. Es el precio de la pizarra que TVM compró para explicar a quien quisiera prestar atención, dónde ha estado el truco desde el 2005 para que de la noche a la mañana una simple federación pasara de trabajar para el fútbol a vivir lujosamente a costa del fútbol.
Los escasos detractores de las explicaciones, acusan a Medina de querer explicar un asunto que es farragoso, complicado de descifrar. Es lógico. Nadie levanta 540.000 euros a la Ciudad yendo a caja y cobrando. Hay que explicar cinco años, burlando el propio convenio, sin que nadie se dé cuenta, perfeccionando interpretaciones, diciendo que los gastos de teléfono son gastos de organización de competición, doblando documentación y justificación a través de conceptos y partidas distintas para que nadie sume, nadie mire la factura con lupa y vea 142 euros, nadie pierda el tiempo pensando donde puede haber truco. Y luego, el argumento final: el bien del deporte, la limpieza del fútbol, lo felices que son los pequeños, lo felices que son los directivos en sus viajes y qué felicidad ver volar talones y tarjetas Visa.
Para eso estaban los funcionarios, para decir que todo estaba justificado. Para eso están los políticos, para no dudar de los convenios que hacen otros políticos, hasta que alguien saca una pizarra de pocos euros y desmonta el tenderete.
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