La chica que cumplió sus sueños

• Pese a su discapacidad, Anna Vives se ha convertido en una referente del diseño

• La catalana, con la ayuda de su hermano, impartió la lección inaugural del acto de apertura del curso de la UGR

“La ilusión es una fantasía capaz de doblegar cualquier realidad. Con ilusión, podemos hacer cosas que ni la realidad creería”. La cita pertenece a un libro que, aunque parezca ser de ficción, cuenta una historia tan real como la vida misma. La obra en cuestión, ‘Si crees en mí, te sorprenderé’, narra en primera persona cómo Anna Vives, una chica con síndrome de Down, cumplió sus sueños y llegó a compartir cámara con personalidades de la talla de Andrés Iniesta o Jorge Lorenzo. El pasado miércoles, Anna inspiró con su ejemplo a los estudiantes y profesores de la UGR en el Campus de Melilla, al protagonizar la lección inaugural del acto de apertura del curso académico 2016/17.

Viaja siempre acompañada de su hermano Marc, representante de la fundación Itinerarium (cuya función principal es la inclusión de personas con necesidades especiales) y voz de los pensamientos e ideas que a Anna le cuesta transmitir. Ella prefiere expresarlos a través de su arte.

Con Iniesta empezó todo

Anna Vives saltó a la fama en el verano de 2013, cuando el Fútbol Club Barcelona lució en el trofeo Joan Gamper una equipación en la que el nombre de los Messi, Xavi, Iniesta y compañía estaba escrito con una tipografía diseñada por la catalana. “Desde eso, no hemos llamado a nadie”, cuenta Marc, quien asegura que, a raíz de aquello, han sido los representantes de estrellas del motor como Jorge Lorenzo o de instituciones como River Plate o la organización del Mundial de Natación de 2013 los que se han puesto en contacto con la fundación para utilizar la tipografía de Anna y, por ende, su imagen. “Ahora firma autógrafos por la calle”, dice Marc.

La de Anna es pues una historia de superación que demuestra que, cuando se tiene confianza en uno mismo, cualquier reto puede alcanzarse. Tal vez a Anna le cueste expresarlo con palabras, pero los pequeños detalles delatan cuáles son sus verdaderas capacidades. Talento artístico aparte, es incuestionablemente tímida, pero rebosa autenticidad, sencillez y la humildad del que no es consciente de lo que ha conseguido. “Él también ha escrito un libro”, intercala espontáneamente entre las loas que su hermano dedica a una obra de la que se han vendido cerca de 20.000 copias. “Del mío, sólo 100, así que nada que ver”, bromea Marc.

La discapacidad

“Todas las personas tenemos capacidades y discapacidades. La mía es llevar lentillas y, si me las quitara, no vería nada”, comenta el catalán, quien sostiene que el objetivo del proyecto (y, por extensión de la charla que los hermanos Vives impartieron el pasado miércoles en el acto de apertura de la UGR) es “sensibilizar a la que gente que no lo está de que todas las personas con dificultades también tienen capacidades”. Las de su hermana, según hace ver durante la entrevista, son su creatividad, “decir siempre la verdad” y una fuerza que, incluso, le ha hecho romper más de un lápiz al pintar la letra ‘T’ (la favorita de Anna), como ella misma cuenta entre risas que se notan sinceras.

Como tantas otras personas en su situación, esta diseñadora empezó trabajando con una beca en una empresa que no la respetó. Su labor era recoger los carritos que la gente dejaba en mitad de los pasillos del supermercado. “El primer día llegó llorando a casa”, explica su hermano. Ella aclara por qué: “No me gustaba ese trabajo porque no tenía compañeros”.

Por fortuna, Melilla le sí le ha gustado mucho más. En este sentido, Anna describe la ciudad autónoma con concisión. “Es bonita y me tratan muy bien”. Así de sencillo. Ella no necesita más que sentirse valorada, como si acaso ya no hubiese motivos suficientes para admirarla. Es quizás el último gesto de humildad de una chica en la que creímos y, como promete su libro, nos sorprendió. A todos.