La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) tendría de plazo hasta el 31 de diciembre para arreglar la desaladora, según ha informado el consejero de Medio Ambiente y Naturaleza, Daniel Ventura. La reparación de las deficiencias que presenta la planta habría quedado registrado en un anexo durante la entrega a la Ciudad Autónoma.
La CHG comunicaba hace unos días que era responsable de ampliar la planta existente de la desaladora y no de construir una nueva en respuesta a las declaraciones de la Ciudad Autónoma sobre el mal estado en el que se encontraba la planta.
Al respecto, Daniel Ventura ha recordado que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir ha sido la responsable de operar y mantener la desaladora hasta el 6 de marzo de 2024, día en que se firma el traspaso de competencias a la Ciudad Autónoma para su mantenimiento y explotación.
Por este motivo, tanto las obras de ampliación de la planta como la construcción inicial de la misma fueron realizadas por la CHG. El pasado 6 de marzo se hizo entrega de la planta desalinizadora completa, de ahí que sea la “única responsable” del estado en aquel momento.
Actualmente, insiste, la planta es “incapaz” de funcionar con cuatro módulos de manera simultánea, como se reflejaron en los informes de auditoría que se adjuntaron al convenio durante el acto de entrega de la desaladora.
Daniel Ventura reconoce que la Ciudad Autónoma conocía el estado de la planta cuando le fue entregada aquel 6 de marzo y que, precisamente por eso, se incluyó un anexo de observaciones en el que se registraban estas deficiencias y se fijó de plazo hasta el 31 de diciembre de 2024 para que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir para su subsanación.
Para entonces deberían estar funcionando los cuatro módulos y dando los 32.000 metros cúbicos de agua diaria que se prometieron y que, a día de hoy, “no es posible”. El consejero de Medio Ambiente hace hincapié en que dicho anexo recoge que la Ciudad Autónoma “no se responsabiliza por los perjuicios y los daños que la planta pudiera ocasionar” por esas deficiencias anteriores a su entrega.
Por otro lado, el popular aclara que actualmente tan solo hay tres bombas de alta presión instaladas en la desaladora y no cuatro, “como puede comprobarse con una simple visita a la misma”. La cuarta bomba, explica, está presentada pero no acoplada, por lo que no funciona.
También hay una quinta de reserva, todavía embalada, que requiere un montaje por parte del fabricante y suministrador, “cuyo contrato ha sido realizado por la empresa que realizó las obras de ampliación para la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y es quien debe responsabilizarse de su cumplimiento”.
Por ello, Daniel Ventura desconoce los motivos por los que la CHG haya decidido enviar un comunicado “contrario a lo reflejado en el acto de entrega”. El escrito le llama particularmente la atención y, aunque quiere “pensar que ha sido un error”, no descarta que esté detrás “la mano” de la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, caracterizada por su “desconocimiento y falta de humildad política”.
Este miércoles, 8 de mayo, Medio Ambiente mantendrá una reunión con la CHG y personal del Ministerio para la Transición Ecológica para tratar este asunto y saber en qué punto se encuentran las reparaciones que hay que llevar a cabo y la puesta en marcha del cuarto módulo y de la nueva red eléctrica, que, dice el consejero, lleva más de seis meses paralizada.
“Es muy importante que los tres módulos que ya están, y que tienen más de 15 años, se reparen para que puedan dar el agua que deben”, señala Ventura. Mientras la nueva línea eléctrica no esté instalada no podrán funcionar los cuatro módulos a la vez. Sí que se podría, apunta, alternar los cuatros módulos en caso de avería, pero “ahora mismo tenemos tres por debajo de sus posibilidades”.
En ese sentido, recuerda que se invirtieron casi 30 millones de euros en el cuarto módulo para que no funcione. “Aunque la línea no pueda tirar de los cuatro a la vez, podemos alternar unos con otros y cualquier deficiencia que apareciese en cualquiera de ellos, podríamos atenderla y tener, al menos, 22.000 metros cúbicos diario alternando con el agua de los pozos”.
El popular ha reiterado que la Ciudad Autónoma lo único que quiere es que se pongan en funcionamiento todas las bombas, se arreglen las deficiencias y los melillenses tengan los 32.000 metros cúbicos de agua diaria. Espera no tener que seguir “dándole vueltas a la pelota” y que antes de 2025 esté todo solucionado. “Queremos que funcione”, precisa.
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