Melilla también sufre la plaga de la bronquiolitis infantil

La bronquiolitis es uno de los temas que más ha dado de qué hablar en estos últimos meses, debido a la gravedad que ha supuesto en los ciudadanos, en especial para los más pequeños y al aumento exponencial que ha experimentado la población, principalmente desde finales del mes de septiembre.

Esta enfermedad, que se ha disparado a nivelo nacional, también se está haciendo eco en Melilla, ya que según ha informado la consejera de Salud Pública y Políticas Sociales, Francisca Maeso, en la ciudad autónoma también “está subiendo la atención primaria y a nivel hospitalario con los niños”. Así, ha indicado, aunque esta infección se puede producir también en adultos, “está causando más dificultad en niños menores de cuatro años”.

Por lo tanto, Maeso ha remarcado que no se trata de un fenómeno del que Melilla esté escapando, tal como sucede con el resto del territorio nacional. No obstante, la consejera ha asegurado que no existe un protocolo establecido desde la Ciudad Autónoma, por lo que simplemente ha recomendado a todo el mundo “protegerse”. De ese modo, ha dicho, “estamos protegiendo a los niños”.

Por ello, El Faro ha querido analizar la situación de la bronquiolitis y conocer de primera mano las declaraciones de algunos afectados melillenses por esta dichosa enfermedad.

Ola de bronquiolitis en los niños

Esta enfermedad puede suponer un simple resfriado para las personas jóvenes y adultas, sin embargo para lo más pequeños puede suponer un auténtica pesadilla, sobre todo para los lactantes de entre 2 y 6 meses, y en general los menores de 2 años, ya que tienen más posibilidades de poder ser ingresados por ello, y el aumento de casos de bronquiolitis en los niños ha crecido de forma exponencial en estos últimos meses.

La ola de bronquiolitis ha venido desarrollada por un aumento asociado al virus respiratorio sincitial (VRS) y está tensionando las urgencias pediátricas de todo el país, que están atendiendo un 40% más de casos que antes del comienzo de la pandemia, según datos de la Sociedad Española de Urgencias Pediátricas (Seup).

Sin embargo, el pico de contagios de bronquiolitis aún no ha llegado y se desconoce cuándo se alcanzará, aunque en otros años lo común era que el máximo se observase a mediados de diciembre. "Si nos queda todavía un mes, la situación que podemos vivir es de total colapso", alertó el pediatra de la Seup David Andina en unas declaraciones para TVE.

De esta forma, la presidenta de SEUP, Paula Vázquez explicó lo siguiente ante RTVE.es: "Es una situación bastante preocupante, porque el virus respiratorio sincitial está saturando las urgencias pediátricas de todo el territorio nacional, incluso Canarias, con un aumento de hasta un 40% con respecto a lo que teníamos en 2019, antes de la pandemia", manifestó quien además tranquilizó explicando que, en general, los casos son leves.

Sin embargo, también matizó que, cuando se produce un aumento tan acusado de la incidencia, "al final siempre salen casos graves, y de hecho, las plantas de hospitalización y de UCI están llenas, sobre todo en los hospitales más pequeños", añadió Vazquez.

¿A qué se debe este aumento?

Los primeros casos de bronquiolitis se empezaron a atender en julio, mientras que en época prepandemia este virus aparecía en octubre, por lo que la estacionalidad se ha adelantado este 2022. Los pediatras de Seup consideran que existen varias razones que explican esta situación, pero las más probables pasan por la falta de circulación de este virus en los últimos dos años.

A esto, se le añade la retirada de las mascarillas junto a la ausencia de inmunidad en los niños que nacieron o pasaron sus primeros años en plena pandemia son otros de los motivos que contemplan los médicos.

Por otro lado, en un estudio liderado por investigadores del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona - Institut de Recerca Sant Joan de Déu a 150 ingresos de la UCI del mismo hospital, se llegó a la conclusión que los niños tienen mayor riesgo de ingresar en la UCI con una infección grave por rinovirus cuando están expuestos a niveles elevados de óxidos de nitrógeno, como puede ser el caso de contaminantes ambientales que emiten los coches o algunas instalaciones industriales.

¿Cuáles son sus efectos?

La bronquiolitis es una enfermedad que tiene diferentes efectos en las persona que lo padece como tos, dolores de cabeza o sibilancia, pero que dificulta principalmente a los problemas respiratorios del paciente. Estos síntomas suelen durar entre varios días e incluso alargarse hasta varias semanas, dependiendo de la gravedad del caso en concreto.

Por ello, El Faro ha podido entrevistar a varios melillenses que se han visto afectados por esta enfermedad o han tenido a sus hijos con bronquiolitis en estas últimas semanas.

Como es el caso de Isabel que confesó lo siguiente a El Faro que tras su vuelta de un viaje familiar a Budapest: "Empecé a encontrarme muy mal desde que volví de Hungría, pero jamás pensé que iba tener bronquiolitis".

Asimismo, dentro de los efectos que padeció esta melillense, confirmó que tuvo "fuertes dolores de cabeza, bastante fiebre y mucha tos". Añadió que se tomó antibióticos durante una semana, pero no le surgió mucho efecto porque lo peor fueron "los problemas respiratorios y los fuertes dolores en los pulmones, dónde sentía incluso que me ahogaba, fue una sensación horrible y que espero no volver a pasar", confesó Isabel.

Por otro lado, Yolanda, una madre melillense que tuvo a su hijo pequeño enfermo por bronquiolitis hace pocos días, aseguró a El Faro que "el momento fue horrible". Tanto es así que "el niño llegó a alcanzar 40,2 grados de fiebre y no conseguían bajarlo", explicó.

Añadido a esto, se juntaron varios problemas más, como tos, vómitos, diarreas, diarrea y pitos en el pecho, "fue tan horrible", hasta tal punto que "no podía comer, tuvieron que ponerle aerosoles porque no podía respirar bien y estuvieron a punto de ingresarlo en urgencias", contó. "Por suerte todo se solucionó y ya está mejor pero fueron unos días muy duros para todo", concluyó.

Al igual que la melillense Patricia, que también sufrió esta enfermedad a través de su hijo pequeño Javier, dónde declaró que "fue una experiencia terrible" ya que el chico estuvo dos semanas con aerosoles, debido a los graves problemas de respiración que tenía. "La angustia y la sensación de incertidumbre fue muy mala, nunca nos había ocurrido eso y pensábamos sinceramente que iba a ocurrir algo aún peor", concluyó la madre.

Triple pandemia

Por último, durante más de dos años, las medidas de protección contra la COVID-19 se han mostrado también muy efectivas contra todo tipo de infecciones respiratorias, provocando que durante este tiempo enfermedades como la bronquiolitis o la gripe epidémica hayan pasado prácticamente desapercibidas.

Sin embargo, en el arranque este primer otoño/invierno en el que el levantamiento de restricciones ha sido casi completo, los virus respiratorios han regresado con fuerza, alcanzando incidencias tan elevadas que incluso se puede hablar de una triple epidemia en la que confluyen COVID, gripe y virus respiratorio sincitial (VRS).

La presencia simultánea de estas tres patologías supone una nueva amenaza para el sistema asistencial, ya de por sí muy tensionado. En este sentido, son las bronquiolitis derivadas del virus respiratorio sincitial las que representan un mayor problema, especialmente en el ámbito pediátrico, donde las urgencias, camas hospitalarias y UCI´s se encuentran prácticamente al límite de su capacidad.

Consulta a Ingesa

Por último, cabe destacar que El Faro consultó a Ingesa los datos oficiales sobre los casos que se hayan registrado hasta ahora de bronquiolitis en Melilla, pero hasta la publicación de este reportaje no se ha recibido la respuesta definitiva por parte de la entidad.